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Automotores Martes 9 de Agosto de 2011

Citroen C5, un auto para el deleite de sus portadores

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Redacción

Por Redacción

 En 2008 se lanzó la segunda generación del Citroën C5. Para sorpresa de muchos, la marca del doble chevrón abandonó el estilo francés (y la carrocería hatchback) y presentó un automóvil con rasgos germanos en su diseño exterior, desde entonces sedán. No en vano, los autos alemanes dominan el segmento D, de autos grandes, en casi todo el mundo.También contra no pocos pronósticos, el Citroën C5 gustó.

Al punto que hoy, tres años más tarde, la estética de la carrocería sedán del modelo se mantiene vigente. Aquí en la Argentina Citroën realizó una revisión de la gama y presentó el C5 1.6 Turbo Exclusive, que compone la gama, como única versión naftera, junto al C5 2.0 HDi Confort.

Un periodista de La Nación probó la primera de ellas, equipada con el conocido motor desarrollado entre PSA Peugeot Citroën y BMW, que utilizan modelos que se comercializan en nuestro país como el MINI Cooper, Peugeot 207 GTi y 3008, y Citroën DS3. Se trata de un motor de 4 cilindros en línea, 1.6 litros de cilindrada e inyección directa con turbocompresor Twin Scroll (doble entrada), que entrega 156 CV a 6000 rpm de potencia máxima y 24,4 kgm entre 1400 y 4000 vueltas. Pero, a diferencia de la mayoría de los modelos mencionados, en vez de estar acompañado por una caja manual de 6 velocidades, en el Citroën C5 se combina con una transmisión automática de 5 marchas. Igual que el resto del concepto del modelo, enfocado en el confort (tanto dinámico como interior), inherente por otra parte al segmento al que pertenece, este conjunto depara una conducción relajada, ágil y cómoda, tanto en ciudad (donde la caja alivia el trabajo sobremanera) como en ruta y autopista.

 En todas las situaciones de marcha, la aceleración y elasticidad (producto del excelente torque desde muy bajo régimen) son acordes con el estilo suave y progresivo del modelo. Mejor aún es el consumo, que resulta muy bajo para un auto grande. En esto influye tanto la cilindrada del motor como el excelente perfil aerodinámico (Cx 0,29) del que hace gala este C5 segunda generación. El concepto de confort se profundiza con la excelente suspensión neumática Hydractive 3 Plus, un sello de Citroën que hace que el C5 supere obstáculos, empedrados y desniveles sin que se sufran en el inteior del vehículo. Además, junto con el adecuado esquema de suspensiones (con multilink trasero), más los controles de estabilidad (ESP) y tracción, el C5 dobla en forma excepcional, por lo que logra un comportamiento dinámico notable en ambos modos de configuración (Normal y Sport). También frena muy bien, con distancias de frenado adecuadas (menos de 40 metros de 100 km/h a 0). Para mejor, el C5 está calzado con neumáticos Michelin 245/40 ZR19 de alta performance.

La posición de manejo es muy confortable. Además, ambas butacas delanteras tienen regulación eléctrica (más memoria en la del conductor), por lo que no es difícil sentirse cómodo rápidamente. La calidad percibida es muy buena, gracias a los materiales y las terminaciones de calidad. Eso sí, le faltan espacios para poner objetos de manipulación durante el manejo (monedas, etcétera) y el switch de las balizas está lejos del alcance del conductor, por lo que hay que mirar para encontrarlo.En el asiento trasero el espacio es bastante justo por tratarse de un automóvil grande, y eso que el baúl, con 439 litros, tampoco es de los más grandes del segmento.

El precio de 212.624 pesos es competitivo para el segmento, por lo que la relación costo-beneficio es muy adecuada, en especial considerando el bajo consumo. En cambio, la garantía de dos años sin límite de kilometraje queda un poco corta frente a la que ofrecen algunos competidores.En suma, muy buena nota para este producto que es el modelo insignia de Citroën..

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