Por Guillermo Malisani (*)
A casi un año y medio de la imposición de las
restricciones cambiarias, la histórica obsesión argentina por el
dólar no se frenó y el precio del "billete verde" mantuvo una
preocupante escalada, acelerada en los últimos días.
El deseo argentino de desechar los pesos para ahorrar en
dólares en combinación con las medidas cambiarias llevó a que
en la actualidad haya como mínimo cuatro valores de la moneda
americana.
El dólar "fuga" -el más caro- se vende en torno a los 8,50
pesos; el dólar blue o paralelo, supera los 8 pesos; el dólar
"tarjeta" se negocia a 6,10 y el dólar "oficial" a 5,10.
Los números marcan que se están rompiendo todas las marcas
psicológicas que terminan afectando al mercado y retroalimentando
el apetito "verde".
Resulta incomprensible que haya pequeños inversores o grandes
jugadores del mercado que estén dispuestos a pagar tan caro el
tipo de cambio, pero confirma que se están cubriendo de algo que
no resulta tan claramente visible.
Esa aspiración tan nacional de atesorar dólares generó un
sinfín de modalidades y mecanismos para poder obtenerlos, aunque
sea a precios altísimos o a través de operaciones que orillan la
ilegalidad.
Cerrado el grifo cambiario, el Banco Central tuvo que aceitar
más los mecanismos para intentar llevar al mínimo las operaciones
con dólares.
Así, salieron cientos de inspectores del Central a controlar
agencias de viaje para detectar supuestas ventas de paquetes
turísticos que nunca se realizaban.
Y, en una última medida, dictó una resolución para impedir la
salida de dólares a través de apuestas de juego o en el casino,
para lo cual habrá que pedir autorización.
Sin embargo, el ingenio popular parece no tener freno y el
monitoreo del Central es permanente para determinar cuál será la
próxima iniciativa para tener dólares.
En este marco, parece casi imposible poder cambiar la
psicología argentina a través de medidas cambiarias o resoluciones
para ajustar el mercado de divisas.
Este desorden se da en medio de renovadas versiones sobre un
posible desdoblamiento cambiario que a esta altura ya no se sabe
si alcanzará para encarrilar el desajustado mercado local.
A esa incesante suba, se le suma otro dato no menos
preocupante: la persistente pérdida de reservas del Banco Central
que implica una menor capacidad de fuego para mantener a raya el
tipo de cambio.
La autoridad monetaria perdió casi 1.800 millones de dólares en
lo que va del año, sumados a los 3.100 millones del 2012 (en la
actualidad las reservas están en 41.400 millones).
La esperanza de recuperar el tiempo perdido está puesta en las
liquidaciones de exportadores que deberían empezar a fines de
marzo y continuar hasta junio.
Pero para la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont se le
está haciendo eterna esta espera de los "agrodólares", que permita
frenar la caída de reservas.
Esa preocupante baja en el volumen de fondos atesorados en el
Central también tiene un motivo: la también incesante salida de
depósitos en moneda extranjera, otro síntoma de la desconfianza de
los ahorristas.
Otro punto preocupante en este contexto es que el 2013 es un
año electoral y que para no bajar el nivel del gasto, se apelará a
una mayor emisión monetaria.
Según un reciente informe de la consultora Ecolatina, "cada vez
hay más pesos en circulación por cada dólar de reserva
internacional" y agrega que "el continuo deterioro del balance
del Banco Central no es inocuo a la hora de explicar la dinámica
de los mercados alternativos de tipo de cambio".
Así, los pesos que circulan se van al dólar paralelo y genera
una pregunta inquietante: hay que seguir emitiendo con el riesgo
de incrementar la brecha cambiaria (actualmente cercana al 60 por
ciento) o sacar pesos del mercado para enfriar el dólar libre.
El debate se irá instalando a medida que pasen los días y se
acerquen las elecciones pero habrá algo que seguramente no se
cambiará: el deseo de seguir pensando en "verde", de ahorrar en
una moneda extranjera.
Esa obsesión convirtió a la Argentina en uno de los países
con mayor cantidad de dólares por habitante: casi 2.000 dólares
por persona.
(*) Especial para NA