WASHINGTON, 1 (AFP-NA). - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó ayer a Nueva Jersey (este) para visitar las zonas azotadas por el huracán Sandy, mientras su rival republicano, Mitt Romney, reanudaba en Florida la campaña a una semana de los comicios presidenciales.
Sandy, que dejó al menos 43 muertos en Estados Unidos y Canadá e inundó buena parte de la costa este, apaciguó la retórica electoral y mezcló las líneas de la batalla política.
La tregua sin precedentes de 24 horas, muy cercana a la elección del 6 de noviembre, obligó a las respectivas campañas a evaluar cómo hacer mejor uso del tiempo restante en la pareja carrera hacia la Casa Blanca.
Obama optó por centrarse en su función de presidente, emitiendo órdenes a los jefes de agencias de emergencia, dando ánimo a los afectados por el ciclón, y dando la impresión de ignorar la cercanía de los comicios.
Pero su visita ayer a Nueva Jersey y su encuentro con el gobernador de ese estado, Chris Christie -un republicano que respalda a Romney y que ha elogiado la gestión presidencial del desastre-, tiene lugar en un contexto altamente político.
Romney, mientras tanto, llegó a la conclusión de que en una carrera tan cerrada no podía darse el lujo de pasar otro día viendo cómo Obama ocupaba los titulares, y anunció una gira por Florida, estado clave e indeciso.