RIO DE JANEIRO, 19 (AFP-NA). - Las negociaciones de
más de 190 países en la conferencia de la ONU Rio+20 para lograr
un acuerdo que salve al planeta entraron este lunes en una
controvertida recta final, en medio de críticas sobre su falta de
ambición y bajo la sombra de la cumbre del G20 en México.
Brasil, que comanda las negociaciones, se propuso sellar un
acuerdo el lunes, antes de que comiencen a llegar el martes los
130 jefes de Estado y de Gobierno, pero las delegaciones indicaban
que las maratónicas reuniones se extenderían en la noche.
Europa dejó claro que el borrador del acuerdo propuesto por
Brasil no alcanza la necesaria ambición requerida para preservar
el medio ambiente y la lucha contra la pobreza en el mundo.
Pero dejó claro que los
países quieren evitar a toda costa el fantasma de Copenhague, la
cumbre del clima de 2009, cuando las negociaciones fueron
entregadas a los presidentes y acabó en un fracaso, sin acuerdo.
Las diferencias en puntos clave continuaban este lunes. Los
países en desarrollo quieren una clara definición de cómo se
financiará su transición a una economía verde que respete los
recursos naturales del planeta, y Europa quiere crear una organización internacional encargada del medio ambiente, a lo cual
se oponen Brasil y Estados Unidos.
La crisis económica planea sobre la conferencia: los países
ricos son más reacios a repartir fondos que en el pasado y los
países en desarrollo son más reticentes a ceder sin que sus
contrapartes correspondan, reconocen los delegados.
La conferencia de la ONU es la cuarta de su tipo en la historia
desde 1972, y su objetivo es trazar un plan mundial para enfrentar
los principales problemas ambientales y luchar contra la pobreza.
El plan define por ahora las grandes áreas en las que se
requiere de acción inmediata, como protección de océanos y
bosques; transición hacia una agricultura, energía y modelos de
producción y consumo sostenibles; erradicación de la pobreza;
seguridad alimentaria; empleo y protección social.
Pero la principal crítica es que el documento se queda corto en
acción y definiciones, cuando se prevé que para 2030 la demanda
de alimentos aumente 50% y la de energía 45%, en un contexto de
más desigualdad social y aumento de la temperatura.