Suplemento Economía

Cambian el cepo por la guillotina cambiaria

Ante la sequía de dólares y los exigentes vencimientos de deuda

de este año, la presidenta Cristina Fernández dio la orden a la

AFIP de cambiar el cepo para frenar la compra de divisas por lo

que ya a esta altura el mercado considera una "guillotina

cambiaria".

Traducido a los hechos, representa prohibir discrecionalmente

a casi todos los ahorristas comprar dólares, más allá de que

tengan justificados sus ingresos y estén legítimamente en

condiciones de hacerlo.


A esta altura, la estrategia gradualista de Ricardo

Echegaray, el titular de la AFIP, de frenar la compra de divisas

para evitar la sangría de dólares vía complejas ecuaciones de

ingresos y egresos, parecía no alcanzar.

Esto ocurre mientras la economía ingresó en un proceso de

debilitamiento, más o menos acelerado según el cristal de quien

lo mire, aunque la palabra "recesión" va sonando con cada vez más

fuerza y preocupa a sectores empresarios y gremiales.


Por eso, desde el lunes último el Estado directamente

prohibió la compra de dólares en más del 90 por ciento de las

operaciones, y provocó trastornos cuyo impacto se sentirá con

fuerza en las próximas semanas.

Es que el corralito cambiario frenó a un sector clave como el

mercado inmobiliario -motor del crecimiento económico- pero

también está provocando complicaciones a millones de argentinos

endeudados en moneda norteamericana, que ahora se encuentran

ante la necesidad de repactar contratos a un valor más alto, con

el consiguiente perjuicio económico.


Es que en la Argentina, donde el intervencionismo sobre la

economía avanza al galope, ya existen tres cotizaciones del

dólar, lo cual distorsiona la toma de decisiones y genera poca

transparencia en los mercados.

El dólar oficial ronda los 4,50 pesos en los bancos y casas

de cambio, pero casi nadie los puede conseguir, algo parecido a

lo que ocurre en países como Venezuela.


Luego se abrió un gran negocio, producto de la escasa

transparencia de las medidas tomadas por el gobierno, que hizo

reaparecer el mercado paralelo, o "blue", donde la divisa puede

conseguirse a 5,10 pesos, en las denominadas cuevas, por cuenta

y riesgo de quien lo haga.


Para los inversores más sofisticados existe la operación de

triangulación con bonos denominada "contado con liqui", donde la

divisa se puede fugar del país a 5,70 pesos.

En algunas agencias de la AFIP admiten que el ajuste es total

y que ya ni siquiera hay permisos especiales para comprar dólares

para aquellos que vienen con escrituras o pasajes al exterior,

circunstancias que antes muchas veces eran contempladas.


Así, con lo que se empieza a denominar "guillotina

cambiaria", Cristina busca obtener un superávit de divisas para

afrontar los vencimientos de deuda.

Pero de paso frenar de prepo un fenómeno que el año pasado

hizo fugar del país más de 23.000 millones de dólares.

La jugada, ideada por Guillermo Moreno y ejecutada por

Echegaray, le permite también al Banco Central comprar dólares,

aunque sea a través de una medida artificial.


La pregunta de fondo todavía no se la hace nadie en el

gobierno: por qué todos buscan refugio en la divisa

estadounidense si al país le va tan bien como sugieren las

estadísticas oficiales.

Autor: José Calero

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