Si bien era un secreto a voces, la salida de Bioeconomía del Ing. Fernando Vilella confirmó lo que en el sector agropecuario ya se sabía: la secretaría no tenía injerencia en las políticas del campo y tampoco poder de decisión.
Hasta el último día de su función, el académico, ex decano de Agronomía de la UBA, se mostró como una persona externa al sector productivo, más como un analista y gurú de las nuevas tendencias que como un hombre de campo. Su última misión oficial fue un viaje por China, Japón y Corea del Sur en busca de promover convenios bilaterales para la apertura de nuevos mercados.
Su reemplazante, Sergio Iraeta, quien venía desempeñándose como subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal, asumió hace dos meses por recomendación de Juan Pazo, otro funcionario del área que fue ganando espacio y poder, luego de la reestructuración que sufrió esta secretaría en el mes de abril.
En la comunicación oficial difundida por la ahora llamada “Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación”, dice que Iraeta asume “en línea con los objetivos del presidente Javier Milei, de reducir la estructura burocrática del Estado, de potenciar las capacidades de los productores agropecuarios, de generar las condiciones para aumentar la competitividad y de seguir abriendo nuevos mercados para la heterogénea producción agropecuaria nacional”. Esto supone que Vilella no cumplía con estos propósitos recomendados.
Luego de varias semanas de tenerlo bajo la lupa, el Gobierno decidió entonces este miércoles echar (invitar a renunciar) al secretario Vilella. Cabe analizar que esta área depende del organigrama del Ministerio de Economía (Luis Caputo). En efecto, venían cercando a Bioeconomía desde abril, con decisiones administrativas que le fueron sacando atribuciones, entre ellas, el manejo de áreas creadas específicamente con gente de su confianza que también debían renunciar.
Las primeras señales de que Vilella no prosperaría en su función, se habían producido meses antes por varios episodios que, conectados, permitían imaginar que el académico (sin relaciones políticas sólidas en el seno de la Libertad Avanza) estaba transitando sus últimas semanas. Primero con el alejamiento de dos cuadros técnicos que él mismo había puesto en su secretaria, como Pedro Vigneau y Germán Di Bella, todos relacionados al mundo técnico/empresarial, y en segundo lugar porque los anuncios relacionados al sector, los hizo siempre el ministro de Economía, Luis Caputo o Juan Pazo, su segundo en asuntos de Producción.
Además, en las visitas presenciales a eventos del campo, el presidente Milei nunca le dio el lugar protagónico a Vilella que sí tuvieron personas conectadas más a la economía y el sector dirigencial del campo, llámese José Luis Espert y Nicolás Pino. Incluso con la reciente llegada de Iraeta a la secretaría, se especuló desde un comienzo que él sería el referente político en un futuro cercano.
“Su suerte estaba sellada”, indicaron fuentes oficiales, y las escasas repercusiones en el sector dirigencial del campo, así lo ratificaron. Nadie lamentó su salida.
QUÉ DIJERON LAS ENTIDADES
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), su presidente, Carlos Castagnani, evitó entrar en polémicas o críticas, y encontró que su estilo correcto fue elogioso en relación a Vilella y auguró éxitos ante la llegada de Iraeta. “Esperamos que haya una muy buena gestión del nuevo secretario y lamentamos la renuncia de Fernando Vilella, quien ha sido una excelente persona. Respetamos la decisión del gobierno, tenemos los mejores conceptos de Vilella como persona y le deseamos éxito al flamante secretario”.
En tanto, una mirada más crítica y amplia llegó por parte de la Federación Agraria Argentina (FAA), desde donde evitaron hacer mención a Vilella, a quien siempre sintieron lejano por su perfil academicista, y de manera indirecta dejaron en claro que su función no Fue de su agrado, además de reconocer que fue evidente que desde el Ministerio de Economía no le brindaron apoyo.
De paso, le marcaron la cancha a Iraeta sobre la necesidad de “pensar medidas concretas para los pequeños y medianos productores”. Dijo Elvio Guía: “Como entidad esperamos que finalmente se ponga en marcha la Secretaría. Porque, más allá del nombre propio, para nosotros lo importante es la herramienta, ya que es fundamental que el sector empiece a ver señales claras y medidas que favorezcan a los productores, sobre todo de menos escala, que esperan soluciones, en algunos casos. con urgencia, y en otros, que se vienen aplazando desde hace años”.
Además, dijo: “Está claro que el reemplazo no resuelve los problemas que tenemos, pero esperamos que el nuevo secretario cuente con el apoyo político necesario para encontrar las soluciones tan esperadas”, reforzó Guía.
Por su parte, el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Elbio Laucirica, opinó que “dado que quien lo reemplaza es alguien que ya venía participando, esperamos se continúen políticas como la de liberación y desregulación de la economía, y apertura de mercados”. Asimismo, el dirigente pidió que “se continúe con las políticas de incentivos a la producción ya la agroindustria, donde nuestras cooperativas tienen una gran participación, movilizando las economías locales, generando las divisas que necesita el País, generando más puestos de trabajo genuinos”.
En el caso de la Sociedad Rural Argentina (SRA), trascendió en las últimas horas que, durante la reciente reunión que mantuvo con el ministro de Economía, Luis Caputo; El titular de la entidad, Nicolás Pino, le transmitió al funcionario el pedido de que si, se realizaba algún cambio de nombres como se estaba mencionando, se volvería a renombrar a la Secretaría como de Agricultura, Ganadería y Pesca, porque la denominación de Bioeconomía. la alejaba de los productores.
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