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Suplemento Jubilados Miércoles 24 de Agosto de 2011

Los abuelos necesitan cariño, y gratitud

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Redacción

Por Redacción

El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, consideró que en el trato con abuelos hay dos cosas a prestar atención porque, advirtió, “pueden hacerlos sufrir mucho. Una tiene que ver con la familia y otra con la sociedad en general”.

“La familia es lo primero. Y así como es fuente de gran alegría, también lo es de sufrimiento. ¡Cómo sufren ellos por las peleas de los hijos o los nietos! O por las separaciones de la unión matrimonial. Son momentos en que el dolor los puede cargar de angustia y amargura. No es que a ellos solos les preocupa y no a los de otras edades. Es que ellos no se ‘distraen’ de los asuntos familiares y se quedan horas (o todo el día) masticando angustia”, describió el obispo en su columna semanal en el diario Crónica, a la que tituló “Viejos son los trapos”.

El prelado destacó que “suelen tener también una sensibilidad particular a algunos gestos de desatención, y que a veces pueden tomar como desprecio, aunque no sea ese el sentimiento en la familia. Tienen ‘frágil el corazón’ por la cantidad de años vividos con intensidad. Me lo imagino como a esa camisa gastada en los codos de tanto uso y que se puede romper si no se le trata con delicadeza”.

“Lo otro que también los hace sufrir es el olvido de la sociedad -alertó-. Un olvido manifestado en la magra jubilación para quien trabajó y aportó toda la vida y ahora no le alcanza para remedios. O una sociedad que privilegia el consumo desmedido, y ellos no están entre los grandes gastadores de plata. O una sociedad que banaliza el lugar de la mujer y el varón, mostrándoles en actividades de burla el amor o la fidelidad”.

Monseñor Lozano recordó que “un sacerdote muy sabio nos enseñó hace muchos años a unos sacerdotes jóvenes: «Los abuelos necesitan poco, pero lo poco que necesitan, lo necesitan mucho», y nos ponía como ejemplo la visita a los hogares de abuelos. ‘Si a uno de ellos le decís que vas a ir el martes a las 17.00, seguro que el lunes a la tarde ya está esperando ese momento. Y si llegás 10 ó 15 minutos tarde, se queda con la preocupación de si te habrás olvidado de ir’”, memoró.

“Sé que la situación de algunos abuelos no es fácil, y que es distinto según estén en una casa grande con su familia, o en un pequeño departamento, en un barrio o en una ciudad grande o pequeña. Pero abuelos y abuelas necesitan en cualquier parte de nuestro cariño, ternura y gratitud. El Papa Juan Pablo II escribió en una Carta a los Ancianos: ‘Honrar a los ancianos supone un triple deber hacia ellos: acogerlos, asistirlos y valorar sus cualidades’”, señaló.

Monseñor Lozano dirigió, además, una palabra especial para los sacerdotes mayores. “Ellos han sostenido en su cariño y oración a nuestras comunidades. Nos dan ejemplo de perseverancia en la fe y en el servicio a los hermanos. Tengamos también hacia ellos un afecto cercano y agradecido”. (AICA)

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