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SUPLEMENTO ESPECIAL Lunes 25 de Mayo de 2015

La Plaza de Mayo, el homenaje de Rafaela a la gesta patriótica

Desde el momento en que nació la colonia Rafaela, la plaza estaba ahí. Vaya a saber en qué año fue bautizada con el nombre "25 de Mayo", pero lo que está claro que es un tributo al Día de la Revolución.

REDACCION

Por REDACCION

La plaza que nos une en el corazón de Rafaela constituye el principal homenaje que la ciudad le tributó a la Revolución de Mayo. Desde el momento que un grupo de familias comenzaron a forjar una colonia donde antes había un campo agreste estaba definido el espacio para lo que hoy es el principal espacio público y en torno al cual se moldeó el pueblo que luego creció, se hizo grande y se transformó en ciudad en 1913. 

Lugar de encuentro por sobre todas las cosas, la Plaza 25 de Mayo es nuestra "plaza de Mayo". Las familias caminan al ritmo del trencito que pasea a sus pequeños los domingos, los jóvenes se reúnen en las escalinatas del monumento al General José de San Martín para compartir momentos y mates, los jubilados dialogan sentados en los bancos y cientos de personas de distintas edades caminan por su perímetro a la mañana, a la siesta, a la tardecita o a la   noche -cuando la luces no tienen la intensidad deseada, lo que es un problema en tiempos inseguros-. En los días de semanas los jóvenes que van a la escuela, la gente que camina a su trabajo o aquellos que van apuraditos a hacer trámites a los bancos van y vienen casi sin tiempo para detenerse a disfrutar de sus flores y de su cuidado impecable, más allá de las huellas de los negruchos. 

Así es nuestra plaza de Mayo, la que los domingos es testigo de la vuelta del perro -¿quién le puso este nombre a los paseos sin prisa?- y en cuya geografía se reparten los "trapitos" durante la semana haciendo base para ganarse la vida. Es vecina del edificio de la Municipalidad de Rafaela y de la Catedral San Rafael y además a sus pies nacen los recoletos bulevares fundacionales. 

En sus rincones nacieron pasiones y amores, quizás también se apagaron historias de amor con muchas lágrimas con gusto a sal. De la plaza para el sur o hacia el norte o para allá es cuando se utiliza como referencia geográfica. Los artesanos también se instalan en sus senderos en la fiesta de las colectividades. Y hasta fue el centro donde miles de alumnos vestidos de blanco juran lealtad a la Bandera Nacional cada 20 de junio. 

En su pequeño universo estuvo la Madre Teresa de Calcuta cuando despuntaban los años 80. Si nuestra plaza de Mayo hablara, las historias que podría contar, mínimas y también de las más importantes. 

Un trabajo que hizo Ana Paula Rosillo en este Diario describió en detalle todo lo que hay en esas cuatro manzanas donde late el corazón de Rafaela. En su centro se encuentra emplazado el monumento al General San Martín a pocos pasos del mismo está la caja armónica en la que actúa la banda de música y hace las veces de escenario oficial en celebraciones patrióticas, mientras que entre las obras escultóricas que más se destacan, pueden citarse el reloj floral, la estatua del segador, la Venus de Milo, el niño de la fuente, los leones, las ciervos, el mural del trabajo, entre otros.

A su alrededor se construyeron los primeros y más importantes edificios de la ciudad como la ex Casa Ripamonti, la Municipalidad, el Correo, las sucursales de los bancos y la Catedral San Rafael, decía un artículo ni tan reciente ni tan añejo. 

Entre las especies de plantas y árboles que recorren el predio puede observarse la presencia de rosas, palmeras, durantas, azucenas, lirios, santa ritas, margaritas y bulbines, además de tuyas y juveniles, entre otras. El Departamento de Espacios Verdes se encarga de traer las plantas y renovar especies.

El 17 de agosto de 1950 se inauguró el monumento a San Martín en la plaza 25 de Mayo que actualmente se encuentra en perfectas condiciones a pesar del paso del tiempo. La realización de las obras fueron efectuadas por administración municipal. El Concejo Deliberante, según lo establecía la ordenanza N° 1001, había autorizado al Ejecutivo la suma de 20.000 pesos en dinero, materiales, personal técnico u obrero para ser invertidos en la construcción de la estatua del General José de San Martín y levantarla en lugar del mástil de la bandera que sería trasladado a Bv. Santa Fe.

Debajo del célebre monumento a San Martín, epicentro de la Plaza y síntesis central a uno de nuestros mayores próceres, en uno de los costados laterales se observa el momento cúlmine de la batalla de San Lorenzo en el que se aprecia el fragor de la lucha, con la inscripción "Al gran capitán. La colectividad italiana 03/02/1952". Al otro costado aparece un San Martín anciano recordando el cruce de los Andes, en un homenaje realizado por docentes y alumnos al Padre de la Patria. Por último y mirando hacia la catedral de la ciudad, una inscripción dice "1850-1950"y se impone el recuerdo al prócer del Instituto Nacional Sanmartiniano. 

La lucha por la libertad fue uno de los legados mayores, la búsqueda de la independencia de Argentina, Chile y Perú, la convicción de un mismo ideal bajo los preceptos de liberación, signan durante todos y cada uno de los días un espacio público compartido que desde hace unos años también referencia el sitio elegido por varias agrupaciones que defienden los derechos de las minorías, optan por luchar a favor de los desaparecidos o apuestan por valores vinculados a la ecología. Las banderas hoy se levantan en nombre de los reclamos sociales, en el mismo sitio que ocupa el General San Martín. Bajo la tutela de nuestro prócer y lejos de la casualidad, las nuevas agrupaciones entonan sus derechos, organizan murgas callejeras o convocan a la ciudadanía a proyecciones y concentraciones.


REINO ANIMAL

Caminando por la misma plaza y casi de improviso apareció la necesidad de incursionar en un recorrido al menos hipotético acerca de su emplazamiento, adivinar algunas impresiones sobre las estatuas y pronosticar ideas de su creación. Las esculturas que rodean la Plaza presentan animales representados por una leona que trae alimentos a sus crías, un león que de frente la mira y un ciervo, mientras que en las cuatro esquinas se presentan figuras de un sembrador, un segador, la Venus de Milo, un niño en fuente y una mujer.

Los animales custodian la plaza, la cuidan de los depredadores, pareciera aquí Thomas Hobbes filósofo inglés del SXVII prestar letra en aquello que alguna vez supuso al manifestar que “el hombre es lobo del hombre”. Dicho planteo hace referencia al egoísmo como comportamiento básico del hombre, aunque la sociedad intente corregirlo. Aquí la leona, el león y el ciervo, reviven su salvaje naturaleza para otorgar una mirada atenta, simulando un recorrido posible y ordenando el espacio contenido en cada una de las aristas de la cuadra.

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