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SUPLEMENTO ESPECIAL Domingo 30 de Abril de 2023

Ginés, de Susana: 83 años y sigue con su taller como el primer día

REDACCION

Por REDACCION

Por Javier Alfonso, (Redacción LA OPINIÓN). - Ginés Navarro, de 83 años actualmente -nació en 1939-, es un vecino de la localidad de Susana, hijo de inmigrantes españoles que como tantos otros vinieron a América en busca de progreso y trabajo, siendo que Ginés formó su familia finalmente en Susana: “Se vinieron escapando de la guerra y escondidos en los barcos”, mencionó.
Su padre vino a Argentina desde la localidad española de Lorca (Región de Murcia) cuando tenía sólo 11 años y con su familia se asentaron en primer lugar en Despeñaderos (Córdoba), una pequeña localidad ubicada en ruta 36 que conduce a Río Cuarto. Cuando tenía 15 años falleció su madre, dejando 7 hermanitos, y el joven Navarro también tuvo que hacerse cargo de esta situación que la vida le planteaba.
Según cuenta Ginés, luego de Despeñaderos, buscando un futuro mejor su familia se mudó a Santiago Temple, una localidad cordobesa ubicada cerca de Arroyito. Uno de esos años hubo una tremenda sequía en Temple, “mi papá tenía como 40 animales y no quedó uno”, graficó Ginés.
Luego de esa terrible pérdida, llegar a Susana “fue una casualidad”, ya que según dijo subieron su tío y su padre a un colectivo hacia Santa Fe a buscar nuevos horizontes y en el trayecto se conocieron con un hombre que les comentó que alguien de apellido Allassino necesitaba una familia para trabajar su tambo, y fue así como la familia Navarro se mudó a zona rural de Susana: “acá nomás a tres kilómetros, cerca de la curva Fessia”, explicó.
Así fue como desde muy pequeño empezó sus primeras labores en el sacrificado trabajo del tambo, junto a toda su familia. Lamentablemente, esto le impidió terminar la escuela primaria: “como faltaban caballos para venir, yo muchas veces me quedaba en el campo y no podía venir a la escuela”, recordó. Y agregó: “no era como ahora. Ordeñábamos 300 litros de 70 vacas, todo a mano”.
Pasados los años, ya adulto, Ginés se casó con Ana María Gutiérrez -oriunda de Susana- y juntos formaron una familia que tuvo dos hijos: Ariel conocido como “Bachi” y Susana, quien actualmente es la directora de la Escuela de la localidad que lleva su mismo nombre.

LA COMUNA Y
LA MECÁNICA
Navarro tenía 20 años en 1960 cuando entró a trabajar en la Comuna de Susana y al mismo tiempo descubrió el mundo de la mecánica, por lo que al poco tiempo abrió su tallercito “para arreglar motos”, dijo. Al poquito tiempo sumó motosierras, motoguadañas, cortadoras de césped y también motores eléctricos: “sólo reparaciones, bobinados no”, explicó. Y así es como lleva 63 años arreglando motos y motores de todo tipo en su “tallercito”.
Así, con horario matutino en la Comuna y vespertino en el “tallercito” Ginés vivió y trabajó 43 años de vida. “Con tantos años -comentó- de los pueblos de alrededor y de Rafaela también, como no había tantos talleres, vinieron y se hicieron clientes míos”. Esa es la razón por la cual hoy con 83 años sigue trabajando, ya que su taller está “tapado” de máquinas para arreglar, aunque no siendo ajeno a estos tiempos económicos, muchos trabajos no los puede hacer “porque no consigo los repuestos y tendría que cobrar muy caro”, dijo.
Volviendo hacia sus inicios dijo que “trabajé siempre solo”, y que fue siempre el único en Susana que se dedicaba a estos menesteres. En cuanto a su labor en la Comuna, relató que, “yo era el que armaba y reparaba las cosas. Por ejemplo, un tractor que se rompía, yo lo reparaba y lo armaba. Pero también cuando se hicieron las viviendas Fonavi, tenía que arreglar puertas, cerraduras y baños; y también hice la instalación eléctrica del edificio de la Comuna, todo”, agregó. Sobre cómo aprendió el oficio, respondió al igual que todos los de su generación de aprendices: “mirando y dándome maña”, dijo.
De todas maneras, advirtió, “me jubilé años antes en la Comuna, porque me sobraban años de aportes”. Claro, Ginés ya llevaba 43 años haciendo aportes.
Para finalizar, nuestro entrevistado -que gentilmente recibió en su hogar a LA OPINIÓN-, dijo que aunque ya tiene 83 «pirulos» piensa seguir con su “tallercito” abierto, “es más pasión que otra cosa -expresó-. Pienso seguir y no dejar del todo, porque sino uno se oxida”, concluyó con su risa característica, que lo identifica como uno de los personajes “históricos” de los tiempos cuando todo se lograba trabajando, en la vecina población de Susana.

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