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Suplemento Economía Domingo 22 de Abril de 2012

YPF otra vez argentina, una decisión acertada

NUEVO RUMBO DE LA POLITICA ENERGETICA DEL GOBIERNO NACIONAL

Horacio J. Garetto

Por Horacio J. Garetto

Con la de ayer lunes, si a alguno le quedase alguna, se terminaron las dudas. Los argentinos estamos viviendo uno de los períodos más apasionantes de nuestra historia. De uno de los períodos más negros, el de la dictadura militar, el de las hiperinflaciones alfonsinistas, y la década del 90, que culminó en la crisis apoteósica martirizante del 2001/2002 pudimos pasar, de la mano del kirchnerismo, a uno de los períodos históricos más luminosos, más exitosos, más transformadores, más reparadores de los efectos abrumadores del huracán liberal/neoliberal monetarista.

Se terminó la pesadilla asfixiante de la deuda externa, se terminó la depredación bancaria de los aportes de los futuros jubilados y ahora se termina con la depredación de nuestros recursos energéticos no renovables. Se termina con la concepción inconcebible de nuestro petróleo y de nuestro gas como un mero commodity. Como si nuestro petróleo y nuestro gas fuesen como cualquier otra materia prima común y silvestre cuyo destino lo decide el que lo saca porque sería de él. Nada de eso. Ahora volverá a ser como debe ser: un recurso estratégico. De utilidad pública, como dice la ley. ¿Queremos desarrollo? Necesitamos energía abundante y a costos tales que ayuden a la competitividad de nuestro glorioso campo y de nuestra renacida y recuperada querida industria nacional. ¿Podía cumplir con ello Repsol? No. Su gestión fue un fracaso y una desgracia. Me causan gracia los que achacan la responsabilidad del desastre al gobierno kirchnerista. El gobierno, y los gobiernos provinciales, antes de actuar, contundentemente como lo hicieron, necesitaban tener bien configurado el incumplimiento de las normas de la concesión. Estuvieron (los españoles) depredando. Ganaron 16.450 millones y se llevaron a España 13.250. ¿Qué reinvirtieron? Nada. YPF les dejó todo servido: los pozos suculentos. No gastaron un dólar en perforar nuevos pozos. YPF perforaba promedio 120 pozos por año para buscar petróleo. Los sinvergüenzas de Repsol 8 pozos. Nada. La excusa de que no les autorizaban precios más altos no vale. Cuando cobraron precios internacionales tampoco reinvertían. Los que critiquen la política del gobierno que muestren alguna opción mejor.

Duele, molesta, indigna la insolencia del gobierno español amenazando con represalias y demás. Pero Repsol es indefendible. Agradecidos tendrían que estar que antes de depredar la Argentina no existían como empresa. Hoy Repsol es una multinacional gracias al dinero que sacó de la Argentina. Toda la vida les hemos sacado las castañas del fuego a los españoles. A los que vinieron huyendo de su miseria. A los que huyeron de las guerras mundiales, de su guerra civil y a los que huyen ahora y que caen de a cientos a la Argentina a buscar trabajo. Me enfurece el ministro español que plantea que con esta expropiación la Argentina no respeta la “seguridad jurídica” de las inversiones españolas. ¿Será que la “seguridad jurídica” de España es más importante que la “seguridad energética” de la Argentina”. Argentina es un país que periódicamente padece escasez de dólares que traban su crecimiento y no puede gastarse 10 mil millones de dólares por año en importaciones porque los responsables de producir no producen y se la llevan afuera. No se merece Argentina esas palabras, esos gestos, esas acciones. ¿Tendrán presente que los derrotamos en el norte de Salta con Belgrano y con los gauchos de Güemes, y en Chacabuco, en Maipú con San Martín y se despidieron de estas tierras en la batalla de Ayacucho ya hace mucho?


Duele y molesta, también, mucho, la actitud de cierta parte de la prensa argentina, mucho más preocupada por lo que piensa España y lo que cacarea Repsol que por lo que piensan y les conviene a los argentinos. A sus representantes y a su gobierno. Jamás han caído tan bajo.

La expropiación es legal. El propio Tratado Bilateral de Inversiones la autoriza, previa declaración de utilidad pública, como se hizo. ¿Qué nos pueden hacer? Nada, o muy poco: una demanda ante el CIADI. El CIADI es un tribunal arbitral. Es un organismo que depende del Banco Mundial. Banco que, como todo el mundo sabe, lo controla Estados Unidos. El CIADI es un lugar en dónde siempre ganan los monopolios y siempre pierden los países. Este, por lo tanto, es otro lugar del que la Argentina tendría que irse. Venezuela acaba de hacerlo. Ecuador también. Brasil nunca estuvo. El que invierte en Brasil se somete a las leyes y a los jueces brasileros. ¿Qué nos puede pasar con esa demanda? Nada: los abogados discutirán 25 años y dentro de 25 años, si a la Argentina no la agarran de nuevo los liberales desindustrializadores y si la gente colabora un poco y se deja de comprar dólares y fugar capitales, será una potencia. Y si España se sigue hundiendo en su crisis y si Argentina logra seguir creciendo dentro de 20 años comparar Argentina con España va a ser como comparar una lomita de Entre Ríos con los Gigantes de Tanti (Córdoba).

El general Mosconi, fundador nacionalista de YPF, Hipólito Yrigoyen, que lo apoyó, Perón, Frondizi, todos los nacionalistas argentinos deben estar dichosos en el cielo. Toda la gente de la línea nacional apoya la medida. Los trabajadores argentinos organizados en la CGT redactaron un hermoso comunicado de prensa de apoyo. Lo mismo la CTA de Hugo Yasky. Pino Solanas apoya. El proyecto de ley de soberanía hidrocarburífera, expuesto públicamente el lunes en la Casa Rosada, ya remitido al Congreso para su rápida aprobación, e impecablemente presentado en uno de los mejores discursos de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es un paso de gigantes hacia la recuperación de la plena soberanía económica de nuestro país. Una conducción profesional y patriótica de YPF irá reduciendo, primero, y revertirá después, la descapitalización que provocaba Repsol al concentrarse en la exportación o en la venta de naftas Premium mientras se desentendía de la exploración y el desarrollo de nuevos yacimientos así como de la producción de combustibles industriales y de transporte pesado. Veremos a YPF convertida, otra vez, en palanca de desarrollo y ariete de dignidad.

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