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Suplemento Economía Domingo 28 de Octubre de 2018

Un enfoque desde las capacidades locales

¿Es suficiente desarrollar programas nacionales con “enfoque territorial” sin una estrategia local consolidada que asegure la sostenibilidad del proceso?

REDACCION

Por REDACCION

Por Andrea Malvasio 

y Lucía Campanella


Uno de los grandes problemas que se presenta en Uruguay y que responde a la lógica de un país unitario y extremadamente centralista, es la baja incorporación de la dimensión territorial al momento de diseñar programas y políticas públicas.

Esto genera como consecuencia la existencia de innumerables herramientas perfectamente diseñadas, pero con poco impacto territorial. Desde la mirada de la política pública, uno de los supuestos que pueden dar respuesta a esta premisa es la no existencia de las capacidades a nivel local para apropiarse de los instrumentos, pero nunca lo explicamos como un problema de diseño. Esto lleva a preguntarnos, ¿quién diseña? ¿para quién? Es una posición bastante simplista y cómoda afirmar que lo que se diseña en un lugar fracasa en otro por falta de capacidades. Si bien no desconocemos que esto es una realidad, existen otros factores quizá arraigados desde lo cultural que limitan a los territorios en su margen de acción local para impactar y generar procesos sostenibles.

Partir de la base de que para algunos el problema está en lo “central” y para otros en lo “local”, es ampliar una brecha que existe y que parece agudizarse cuando desconocemos al otro como un actor capaz de modificar y generar nuevas oportunidades para la acción.

Los que trabajamos en desarrollo territorial sabemos que las recetas no existen y copiar modelos puede resultar un fracaso. Cada territorio tiene su propia impronta, cultura, historia, una forma de hacer que lo hace único, por tanto, necesitan su propio proceso de maduración y de anclaje. Esto es un desafío para un país como Uruguay, que obliga a la política pública a salir de su “zona de confort “y lo invita a construir con los actores desde el diseño en búsqueda de soluciones genuinas.

En este contexto, creemos que la convocatoria del programa Fomento a la Competitividad Territorial diseñada desde la política nacional por la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) y el programa “Uruguay Más Cerca”, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), es un instrumento que genera los incentivos adecuados para la construcción con los actores y posibilita un entramado interinstitucional, que con la apropiación y liderazgo territorial, puede generar las condiciones para un proceso sostenible.

El objetivo de esta convocatoria fue impulsar el desarrollo de capacidades vinculadas a la promoción y consolidación de las estrategias asociativas de las principales cadenas de valor y el desarrollo de estrategias de diversificación productiva a nivel territorial. Esto requería propuestas territoriales que involucraran de manera conjunta al sector público, privado y la academia; consolidando una estrategia departamental diseñada por el territorio incorporando a todos sus actores.

“Avanza Salto Hortícola”, uno de los proyectos de Competitividad Territorial, nos demuestra como un territorio puede liderar un proceso de desarrollo territorial y generar una plataforma consolidada para la acción.

Este proyecto se enmarca dentro de un proceso acumulado, que desde el año 2012 articula al sector privado, a través de los siete gremiales hortícolas salteñas, y el sector público, a través del trabajo conjunto con la Intendencia de Salto. Además, desde un comienzo ha contado con apoyo de instituciones nacionales que visualizan a este proceso y sus objetivos, como fundamentales para generar un cambio profundo en el sector, uno de los motores de la economía salteña a nivel productivo que, por ende, se vuelve una estrategia departamental que requiere dotarlo de las capacidades y herramientas necesarias para mejorar su competitividad.

Los actores nacionales vinculados a este proyecto (ANDE y OPP), no desconocen este proceso, y es justamente esta apropiación desde lo local que motiva al gobierno central a apoyar estas herramientas. Creemos que es posible trabajar articuladamente, definiendo ciertas líneas desde lo nacional, pero dejando a los actores locales trabajar desde estos procesos endógenos que los guían hacia los resultados esperados. Son ellos los responsables de guiar las acciones, por su conocimiento, por su historia, por su compromiso, por todo lo que se juegan en este proceso.

El Gobierno Nacional debe tener injerencia a través de sus distintas políticas públicas, en el desarrollo del territorio. Pero cuando estas acciones se conjugan con procesos apropiados desde lo local, y con una fuerte participación del sector privado, resulta claro que las brechas antes mencionadas disminuyen y las capacidades locales se ven fortalecidas.

Es un desafío también para este proyecto, pero para Uruguay en general por sus características, el involucramiento de la academia en este tipo de procesos y acciones. El sector del conocimiento tiene mucho para aportar en tiempos donde la vinculación y transferencia tecnológica se vuelven fundamentales para mejorar la competitividad. A su vez, la academia debe incorporar y responder a los problemas reales que necesitan fortalecerse y crecer. Por esto, “Avanza Salto Hortícola” tiene como socios estratégicos también a la Universidad y al INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuario), sinergia estratégica que permite pensar en un proceso local de largo plazo.

Lo local requiere, puede y debe liderar sus propios procesos, creando espacios para el diálogo y la reflexión de sus experiencias y necesidades, esto lleva a cuestionarnos si, ¿el instrumento es simplemente exitoso por su diseño? Y no tenemos dudas en cuanto a la respuesta, si el territorio no logra generar acuerdos y consensos para una estrategia local y si el instrumento no responde adecuadamente a las necesidades territoriales contemplando sus debilidades y fortalezas, el instrumento es insuficiente. Trabajar juntos, reconociendo la complejidad como parte del camino, aceptando sus debilidades y limitaciones, pero priorizando la construcción conjunta de procesos es la clave para que el desarrollo territorial con un enfoque de construcción de capacidades y apoyado en el trabajo en red con mirada a largo plazo, se produzca.




 

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