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Suplemento Economía Domingo 22 de Junio de 2014

RSE y el desafío de un futuro sostenible

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Fernando Solari

Por Fernando Solari

La RSE (Responsabilidad Social Empresaria) tiene que ver no sólo con el futuro sino también con que ese futuro sea sostenible.

Hay infinidad de señales que nos preanuncian la necesidad de que el futuro sea sostenible; algunas de ellas lo hacen frente a la alternativa trágica que contrapone la nada a ese futuro planteando que si no logramos ser sostenibles no lograremos alcanzar un futuro mientras que otras lo plantean en forma más amable considerando que un futuro sostenible es lo más conveniente para todos.

Seguramente el futuro será sostenible por varias razones, porque todo tiende -incluso en forma natural- hacia ese destino y porque siempre terminaremos eligiendo lo que nos conviene, tanto en forma individual como colectiva, y la conveniencia de futuro tiene que ver con lo sostenible.

Sostenible puede ser un concepto engañoso y es oportuno identificar el valor que tiene en relación con la RSE. Si sostenible tienen que ver con mantener lo que tenemos, o lo que conocemos, estaremos alejándonos peligrosamente de la búsqueda de valor que implica la RSE.

La vida, en todas sus expresiones, está destinada a crecer; a desarrollarse y evolucionar. Todo lo que nos preocupamos por mantener lo hacemos consumiendo cada vez más energías hasta caer en la cuenta que lo único que logramos fue perder porque el resto de la vida sigue su curso y lo que intentamos conservar era una foto que integra una película que no admite pausas.

No hay soluciones permanentes, no hay ambientes estáticos, no hay logros que excedan el momento de gloria que alcanzaron para dejar lugar a nuevos y, en lo posible, mejores logros cada vez. En un mundo que se niega a permanecer estático, con una vida que no se deja convencer para detenerse el concepto de sostenibilidad es un concepto que debe necesariamente comprender el progreso, la evolución y la mejora.


¿QUE TANTO MEJOR?

Podemos partir desde la necesidad de subsistencia o podemos hacerlo desde la búsqueda por encontrar un diferencial competitivo; desde ambos extremos llegaremos al mismo concepto de sostenible. Tenemos que buscar la forma de crecer, mejorar y avanzar todo el tiempo porque esas son las aristas más evidentes de haber logrado mantenernos en pie y estar entre los protagonistas del futuro.

Como personas tenemos que contar con lo necesario para mantenernos vivos y sanos, eso no puede discutirse de ninguna forma, pero es sólo el piso desde donde comenzar a crecer y avanzar. Si creyéramos que sostenernos vivos y sanos es suficiente no seríamos humanos, no tendríamos futuro, de ninguna forma.

Como instituciones, empresas o cualquier otra especie, si no crecemos desaparecemos. No es crudo, es concreto; nadie va a rescatar a una empresa o institución que no evolucione y si lo hace estará forzando la realidad con un costo cada vez más alto.

La RSE es la evolución natural de la filantropía y del asistencialismo porque ambos están limitados a mantener la realidad, lo cual está bien en ciertas y determinadas oportunidades en que las crisis o los desastres se precipitan y no hay espacio para planes ni tolerancia para intentar un camino evolutivo.

La RSE permite generar un compromiso de largo aliento a través del cual es capaz de brindar un valor capacitante que le permita ganar independencia a quienes luego responderán brindando valor a la comunidad y regresando valor que podrá  capitalizar la empresa que hizo la inversión.

La sostenibilidad tiene que abarcar el crecimiento tanto como debe ser abarcador para todos los involucrados para asegurar que haya un futuro y que ese futuro sea mejor para todos.

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