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Suplemento Economía Domingo 22 de Septiembre de 2013

RSE y el crecimiento

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Fernando Solari

Por Fernando Solari

La RSE (Responsabilidad Social Empresaria) tiene que

ver con el crecimiento, pero fundamentalmente, con que ese

crecimiento sea sostenible.

China es uno de los países que se mantienen en las noticias,

tanto económicas como empresarias, durante los últimos años por su

sorprendente capacidad de crecimiento.


Sorprendente por lo intensa y sorprendente por lo sostenida. Ha

resultado ser, durante los últimos años una suerte de concentrado

que permite ver las diferentes etapas que se van cubriendo, en

este caso en forma vertiginosa, necesarias para la evolución de un

país que pasa de una etapa de baja y precaria industrialización

hacia la vanguardia de la tecnología aplicada.


El gran disparador de este cambio ha sido un cambio político,

un cambio de reglas que generó las condiciones para el desarrollo

y facilitó el cambio de actitud humano necesario para que el

cambio se implemente.

La metáfora utilizada por el semanario The Economist sigue

siendo tan clara como concreta para ilustrar el cambio; el Estado

cambió las reglas de juego de forma tal que el campesino que tenía

asignada una parcela para cultivar zapallos pasó de tener que

entregarle la producción al Estado y quedarse con lo necesario

para cubrir su supervivencia personal y familiar

(modelo con el que lograba que difícilmente hubiera excedentes

importantes de producción) a entregarle al Estado un mínimo de su

producción para poder quedarse con todo el excedente que fuera

capaz de generar.


Un cambio de reglas que seguían siendo iguales para todos pero

que, en este caso, les permitía a cada uno que llegara tan lejos

como se propusiera y fuera capaz.

En este sentido China no se diferencia del resto del mundo,

donde todas las actividades (incluyendo los negocios, por

supuesto) se desarrollan dentro de un marco delimitado por

terceros que no forman parte de -en este caso- los negocios. Estas

son las reglas de juego que deben ser cumplidas por todos y

funcionan como límites externos. Quienes quiebren las reglas deben

salir del "juego" y quienes las respeten podrán llegar tan lejos

como les permitan sus energías y su talento.


China se transformó en una locomotora que avanzó ganando cada

vez más velocidad. Velocidad que generaba vértigo y vértigo que

hacía que fuera muy difícil tomar decisiones que frenaran el avance.

Ese avance se vio facilitado por decisiones, también políticas

relacionadas con las reglas de juego, que permitían algunos

"deslices" que evitaran la posibilidad de un freno.


El gobierno permitió replicar productos que eran entregados por

empresas extranjeras para ser fabricados o ensamblados gracias al

bajo costo de la mano de obra local porque consideraba que esa

"falta de respeto" a las patentes y a los esfuerzos en

investigación, desarrollo e innovación era sólo una "licencia"

temporal apuntada a lograr el entrenamiento necesario para que los

chinos se encuentren en condiciones de lograr, por si mismos,

desarrollos semejantes.

Esta flexibilidad que llevaba a invadir el terreno de lo ilegal

llevó a que las plantas, la producción de energía y todo lo

necesario para que el crecimiento no se detenga obviaba

consideraciones medioambientales, laborales y otras que en buena

parte del globo ya son cuestiones sobre las cuales se les presta

atención prioritaria.

.



DECISIONES Y CONSECUENCIAS 

Hoy, para bien de la población china y mundial, el gobierno

está comenzando a tomar decisiones compensatorias con vistas a

dejar de hacer que el crecimiento tenga un costo tan innecesario

como doloroso.

Lo que le pasa a China le está pasando a muchos países y es un

indicador a tener en cuenta. China acaba de vetar importantes

proyectos de China Petrochemical Corporation (Sinopec Group) y

China National Petroleum Corporation (CNPC) por no cumplir con la

reducción de emisiones prefijadas. Proyectos potentes y

generadores de riqueza que se invalidan por ir en contra de la

naturaleza. 

Los costos los están pagando antes quizás de lo que preveían

cuando fijaron las reglas anteriores.

Una cosa es que la población se acostumbre a las peores

situaciones y las tome como "normales" pero una de las industrias

que se está deteniendo abruptamente es la del turismo y este es

uno de los tantos indicadores que, no solo por su peso económico

sino por su capacidad de poner en evidencia lo que a los locales

les cuesta un poco más ver, ha tenido peso propio en el cambio de

política.


Lo que no se nota internamente no significa que no exista o que

no tenga peso económico ya que los gastos en salud crecen en forma

exorbitante y las complicaciones que genera en todos los aspectos

comunitarios son insostenibles.

Son los propios estándares chinos los que se han superado por

lo que la reacción del gobierno no tiene mucho margen para

demorarse o tomar el rumbo equivocado.


El caso chino es un caso que deja enseñanzas relacionadas con

la RSE que la enriquecen.

En primer lugar la necesidad de la diversidad en la toma de

todas las decisiones. Las empresas no son entes abstractos como

tampoco lo son los gobiernos y, si bien el gobierno chino sigue

siendo el emergente de un régimen particular no puede desprenderse

de lo que le ocurre a su comunidad ni las consecuencias que sus

decisiones generan sobre la población.


La competencia, y el estímulo que esta representa para

presionar para que mejoren las reglas de juego al tiempo de

empujar a los restantes jugadores a superarse, es una cuestión

relativa que depende del marco en el que está inmersa.


El valor de la comunicación y su consecuencia directa, el

conocimiento de lo que realmente pasa, es una de las herramientas

más eficaces para lograr que las cosas ocurran y puedan ser

cambiadas para mejor.

La RSE es un concepto de gestión que genera modelos que deben

ser implementados en todas las instancias y por todos los actores

para que sus resultados sean realmente enriquecedores para todas

las partes.


Finalmente es el tiempo el que se encarga de acomodar las cosas

para alinearlas con la naturaleza y es la presencia de la RSE, de

sus conceptos y modelo de gestión, el que permite que el tiempo

juegue a favor y no nos deje afuera de nuestras posibilidades de

reacción.

China está reaccionando a favor de la comunidad, ¿cómo no

habría de hacerlo nuestra empresa?

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