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Suplemento Economía Domingo 31 de Marzo de 2013

Planificación de la producción

Para adecuar nuestra producción y nuestras ventas a las condiciones del mercado es necesario planificar. Además de ordenar las actividades, permite un óptimo control de la empresa.

Alex Rodríguez

Por Alex Rodríguez

En la coyuntura actual, los mercados tienen como característica principal una alta volatilidad, tanto desde la oferta de insumos como en la demanda. En este artículo me gustaría hablar de una serie de metodologías que reducen el impacto de esa inestabilidad, estos son los modelos de previsión de la demanda y redimensionamiento de proyectos.

La estrategia de negocio de cada compañía tiene una incidencia directa en la producción. La dirección suele llevar a cabo el planteamiento estratégico, considerando horizontes temporales de más de 5 años y sus correspondientes líneas de acción. Junto a esos lineamientos, se presenta la demanda proyectada para cada producto y con ello, los planes de producción, a un nivel jerárquico inferior.

Existen diferentes métodos de producción, pero los más frecuentes son la Planificación de Requerimiento de Materiales (MRP: Material Resource Planning), el sistema de Balance de Producción (BP) y los sistemas Justo a Tiempo (JIT: Just in Time). Los sistemas MRP y JIT están orientados al manejo de inventarios de insumos y la relación con sus proveedores. El BP es el proceso productivo en sí.

¿Pero cuál es el sistema que más se adapta a mi compañía? A continuación procederé a describir brevemente cada uno de ellos, para que logre identificar cuál es el más conveniente para su empresa:


• MRP: Es sistema útil para productos con muchos niveles de componente y alta personalización, por lo que tienen una demanda irregular. Volúmenes bajos e intermedios con flujos flexibles

• BP: Perfecto para estructuras de productos más sencillas, con productos más estandarizados. Este sistema soporta volúmenes de producción relativamente altos, con flujos flexibles.

• JIT: El sistema más complejo de establecer. Su objetivo es el mejoramiento continuo. Requiere de proveedores fiables y de calidad uniforme. Util para volúmenes altos y flujos lineales.


Posterior al análisis de nuestra necesidad y decidirnos por un sistema u otro, procedemos a la planificación de la producción propiamente dicha:

Otra parte fundamental para una correcta elaboración de la planificación de la producción, es desarrollar un diagrama de flujo del proceso. En el mismo deben quedar claros el orden cronológico y todas las tareas que intervienen. En muchas ocasiones la elaboración de este diagrama revela los puntos débiles del proceso, donde la producción puede quedar estancada y comprometer la fecha de entrega del producto. Por lo cual, está herramienta permite identificar las falencias y buscar soluciones para fortalecer eso puntos críticos o cuellos de botella.

No podemos obviar que la producción viene directamente ligada a los volúmenes de venta proyectados a varios años de previsión en el plan de venta, es decir, que esto marcará los volúmenes de producción medios anuales para los próximos 5 años o más.

Además, este plan de ventas debe definir si la comercialización de nuestro producto es o no lineal o incluso estacional, ya que esto condicionará nuestro plan de producción y marca el ritmo de trabajo que tendremos mes a mes. Con ello conoceremos la alimentación requerida de cada vía de abastecimiento de todos los procesos.

Hasta este punto hemos calculado la cantidad de insumos y productos semielaborados que deben pasar por las diferentes etapas del proceso para la fabricación del producto final. Ahora bien ¿Cuántas máquinas deberíamos instalar? Es necesario crear una planificación de la maquinaria en donde se evalúe la capacidad real de esta y se analice la posibilidad de adquirir nuevas equipos con un mayor rendimiento o aumentar el número de horas operativas de las actuales.

En ocasiones esto puede provocar un mayor riesgo de colapso de la máquina, un mayor mantenimiento y una drástica reducción de su vida útil. Completamente ligado a este aspecto se encuentran nuestros recursos humanos. El aumento o reducción de horas operativas de nuestras máquinas, aumentarán o reducirán la cantidad de turnos que nuestra producción necesita para poder alcanzar los objetivos. Por ello, es imprescindible una planificación de la mano de obra.

Resumiendo, la planificación de la producción brinda la posibilidad de adaptar nuestra producción y ventas al mercado, por particular o estacionario que sea nuestro target. Asimismo, contribuye a ordenar nuestras actividades, focalizarlas a un propósito concreto y lograr un mejor control de nuestra compañía.

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