Por Redacción
La presidenta Cristina Fernández advirtió que "el crecimiento de la Argentina no tiene que ser visto como una amenaza por los empresarios brasileños" e instó a consensuar un "blindaje" regional para "no perder" lo que se logró y se expresó a favor de "recalentar" la inversión en vez de "enfriar la economía".
Cristina se reunió primero a solas con su par brasileña Dilma Rousseff cuando estuvo en Brasilia, y después las mandatarias participaron de un encuentro ampliado con la presencia de ministros y funcionarios de ambos países, donde analizaron -entre otros temas- los procesos de integración productiva bilateral.
Con posterioridad, Fernández y Rousseff destacaron las características positivas de la integración y del avance económico de ambos países.
"Es importante que integremos nuestros procesos productivos, es imposible retroceder de una integración de esta magnitud", destacó Dilma, que además llamó a avanzar en la cooperación en áreas como la energía atómica, la industria espacial y la defensa.
"El vínculo con Argentina resume una amplitud que no tenemos con otro país. En nuestras relaciones hay grandes avances que queremos profundizar, la alianza entre nuestros países cuenta con bases sólidas", afirmó Rousseff.
En tanto, Cristina ratificó la decisión "inquebrantable e irrevocable de profundizar" la relación entre ambas naciones y destacó la "mirada común" lograda entre los países de la región sobre los actuales problemas globales, en tanto que advirtió acerca de "cómo pueden impactar en la región el ingreso de capitales especulativos que tienden a una depreciación de nuestras monedas".
Ejemplo. Después de insistir en la necesidad de complementación y cooperación entre las economías de ambas naciones, Cristina afirmó que el "crecimiento no debe ser visto como una amenaza para ninguna empresa brasileña", tras destacar el ejemplo de Camargo Correa, empresa cementera de ese país "que bate récords de producción en Argentina".
Asimismo, el 4 de agosto se desarrolló en Lima una reunión de ministros de Economía de la Unasur, donde se analizaron políticas para afrontar la crisis económica y sirvió de antesala para la cumbre de ministros y presidentes de Bancos Centrales que se realizó el 11 de este mes en Buenos Aires.
En la declaración conjunta realizada tras el encuentro en la sede de gobierno brasileña con su par, Cristina Fernández, Dilma aseguró que "somos una región muy apetecible" y que por tanto "debemos desarrollar una estrategia inteligente de integración y aprovechamiento de los recursos humanos, materias primas, recursos de industrialización, para blindar la región, en cuanto a no perder lo que hemos logrado".
"Sumando reservas, somos el tercer bloque económico del mundo", ponderó la mandataria, sobre los países que conforman el Mercosur, para señalar que "necesitamos más y mejores consumidores, que nos den sustentabilidad al desarrollo creciente de la región".
Además, destacó que Argentina y Brasil mantienen "una relación bilateral con impacto regional" ya que "nadie puede desconocer que la relación" entre las dos naciones "adquiere por volumen, una cuestión de carácter estratégico".
Asimismo, la presidenta argentina destacó "el avance que han hecho nuestras sociedades en materia de inclusión social" por lo que instó a "una actitud proactiva para que esto no sea puesto en riesgo".
“Chiquitos”
El ex presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva (2003-2010), dijo que las presidentas de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Brasil, Dilma Rousseff, van a dejar "chiquitos" a sus antecesores.
"Argentina y Brasil no quieren ser mejores ni más grandes que nadie, pero estas dos mujeres, con el compromiso de lucha que tienen, nos van a dejar a mí y a Néstor Kirchner mucho más chicos en la historia de Argentina y Brasil", dijo el ex mandatario. "Las dos juntas en el G-20 (grupo de las 19 mayores economías mundiales más la Unión Europea), van a trabajar para cambiar la geopolítica mundial", afirmó el ex presidente.
Las presidentas de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Brasil, Dilma Rousseff, minimizaron ayer el entredicho comercial que mantienen los industriales de sus respectivos países, y prefirieron asumir la responsabilidad conjunta de liderar la unión continental para enfrentar la crisis económica global.
Rousseff advirtió sobre una posible “avalancha” de productos industrializados, los cuales “al no encontrar mercado en los países desarrollados” a raíz de los problemas financieros, podrían recaer sobre Sudamérica, y abogó por una “definición de acciones conjuntas y concretas” para que el continente se defienda “de la excesiva liquidez que valoriza nuestras monedas”.
Para enfrentar la posible invasión de productos industriales, la presidenta brasileña propuso que los países de la región “integren cada vez más nuestros procesos productivos para incentivar el componente regional en nuestras cadenas (productivas)”.
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