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Suplemento Economía Domingo 28 de Mayo de 2017

Macri, decepcionado con sectores del empresariado

El motivo del malhumor presidencial apuntaría, en primer lugar, a los formadores de precios, que no resignaron ni un ápice de sus intereses y trasladaron toda la devaluación oficializada para salir del cepo, y en algunos casos un poco más, a las góndolas de los supermercados.

Agrandar imagen FOTO ARCHIVO NA BRAUN. Cuestionado por la falta de resultados para frenar escalada de precios.
FOTO ARCHIVO NA BRAUN. Cuestionado por la falta de resultados para frenar escalada de precios.
José Calero

Por José Calero

Mauricio Macri está decepcionado con el "círculo rojo", ese

complejo entramado que entrecruza al poder político y económico,

porque considera que no acompañó con énfasis el cambio de

paradigma impulsado por su administración, y evitó hacer el

esfuerzo necesario para, por ejemplo, combatir la inflación.

"Que empresarios, sindicalistas y jueces no se crean dueños de

decirnos lo que tenemos que hacer", advirtió Macri, horas después

de regresar de un accidentado -sufrió una "descompensación leve"-

viaje a Ecuador para asistir a la asunción del nuevo presidente.


A Macri se lo vio cansado en el Tedeum por el 25 de Mayo, y

algo molesto en su discurso posterior.

El Presidente estaría más que nada desilusionado con sectores

empresariales que fogonearon su candidatura para poner fin al

intervencionismo desaforado del kirchnerismo, pero cuando llegó la

hora de poner el hombro, se borraron.

"Los ciudadanos somos los que tenemos el poder y elegimos

servidores públicos, como el que les habla, para que nos ayuden a

trabajar y superar dificultades", les advirtió Macri.


El motivo del malhumor presidencial apuntaría, en primer lugar,

a los formadores de precios, que no resignaron ni un ápice de sus

intereses y trasladaron toda la devaluación oficializada para

salir del cepo, y en algunos casos un poco más, a las góndolas de

los supermercados.

Un estudio que maneja el gobierno sostiene que buena parte del

creciente mal humor social en los sectores más postergados se debe

al fortísimo aumento en los precios de los alimentos, las bebidas,

los productos de limpieza y los medicamentos.


Es un cóctel explosivo que impide a la gente llegar a fin de

mes y hunde en la pobreza a una franja cada vez más amplia de la

población.

Esto conspira contra la audaz promesa de "pobreza cero"

realizada por Macri en la campaña electoral.

Sobre ese sector viene operando el kirchnerismo, sobre todo en

el conurbano, para tratar de instalar como candidata a senadora a

Cristina Fernández, quien así se garantizaría fueros ante la

andanada de causas por corrupción en las que está involucrada,

junto a parte de funcionarios de sus dos gobiernos.


Se desconoce si la preocupación presidencial alcanza también a

Miguel Braun, de familia supermercadista y elegido para ocupar la

estratégica Secretaría de Comercio, que poco y nada hizo para

controlar que los precios no salieran de cauce.

Una de las ideas que se le ocurrieron a Braun terminó por

hacer colapsar el consumo: fue cuando buscó eliminar los planes de

pago en cuotas con la ingenua lectura de que los precios bajarían

si la gente pagaba al contado.


No sólo los precios casi no bajaron, sino que las compras se

desbarrancaron provocando un colapso del consumo y despidos en los

comercios.

Lo raro es que Macri, pero sobre todo la dupla de control

Lopetegui-Quintana, lo dejaron hacer a Braun aún conociendo

estudios de opinión pública del oficialismo que ponían al consumo

en el primer lugar aspiracional de la gente.


El estudio concluye que los electores están dispuestos a

resignar algo de su poder de compra, pero de ninguna manera a

tener que privarse de adquirir bienes y viajar.

La sed argentina por comprar electrodomésticos y realizar

viajes, como en los fines de semana largo, el kirchnerismo la

interpretó como pocos grupos políticos, y por eso fogoneó los

feriados puente que crecieron como hongos durante los 8 años de

Cristina Fernández en el poder.


A la inversa, el macrismo nunca lo entendió, y así, el impacto

del ajuste para tratar de superar el campo minado dejado por el

kirchnerismo, terminó de herir de muerte al consumo por la mala

praxis en la administración económica.


REACCION EMPRESARIAL

Y GREMIAL

En la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la entidad del

sector privado ahora más poderosa del país, parecieron sentirse

aludidos por la palabra presidencial.

El jefe de AEA, Jaime Campos, aclaró que esa cámara no quiere

marcarle la cancha al Gobierno, y a la vez deslindó

responsabilidades del empresariado en los problemas de inflación

que tiene la Argentina.

"Las decisiones del rumbo del país son del Gobierno", dijo

Campos, un ejecutivo profesional a quien los grandes conglomerados

empresariales eligieron para difundir su posición.


En la CGT tampoco cayeron bien las palabras del presidente.

Héctor Daer, hombre de Sergio Massa, dijo que los sindicatos están

"muy lejos" de ser los dueños del país.

"Si uno le pregunta a la sociedad quiénes son los dueños del

país, lo asocia a la familia presidencial", contragolpeó Daer.

Para el gremialista, los dichos del mandatario "son parte del

problema de la democracia actual, donde hay un Presidente que cree

que por haber ganado las elecciones tiene poderes

plenipotenciarios".

Es en ese escenario convulsionado que el gobierno deberá

definir las listas electorales para tratar de hacer un papel

decoroso en octubre, una tarea que por ahora parece titánica.


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