Por Redacción
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da
Silva, expresó su solidaridad con Julian Assange, fundador del
sitio WikiLeaks que divulgó informaciones reservadas de los Estados
Unidos y fue detenido en el Reino Unido por cargos de abuso sexual.
“En
lugar de culpar a quien divulgó (informaciones reservadas), hay que
culpar a quien las escribió; entonces yo me solidarizo con el fundador
de WikiLeaks”, declaró el mandatario. Assange “fue detenido y no veo
ninguna protesta contra la amenaza a la libertad de expresión”, añadió
Lula.
El presidente dijo que el ex embajador estadounidense Clifford
Sobel escribió “zonceras” en los documentos divulgados por WikiLeaks.
Sobel cuestionó la política externa “antinorteamericana” del canciller
Celso Amorim, y mencionó supuestas divergencias entre este y el
ministro de Defensa, Nelson Jobim, a quien elogió.
En tanto, se
conocieron nuevos documentos de WikiLeaks en los que Brasil está
involucrado. Diplomáticos de los Estados Unidos criticaron la conducta
de Lula durante la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático. Según
el diario Folha de São Paulo, en uno de los cables la diplomática
estadounidense Lisa Kubiske afirmó que Lula “cacareó” las conquistas
ambientales de su gobierno y su habilidad para negociar acuerdos. Los
cables, escritos entre 2008 y 2010, afirman, además, que el mandatario
intentó presentarse como “héroe” y “caballero blanco”.
Por otra
parte, diplomáticos estadounidenses adjudican a Marco Aurélio Garcia,
principal asesor de Lula, haber dicho que Venezuela está sufriendo
“profundos problemas económicos domésticos, particularmente en su
abastecimiento energético”.
Esos “crecientes problemas económicos
contribuyeron a un declive de la popularidad de Hugo Chávez, lo que
constituye un motivo importante por el que Chávez aprobó una
devaluación que permitiría un aumento sustancial de los ingresos del
gobierno”, dice el cable. Según el análisis de la diplomacia
estadounidense, “Chávez está apostando que las medidas de corto plazo
podrán atrasar las consecuencias de largo alcance de sus políticas mal
concebidas”.
En sintonía con la postura de Lula, el Gobierno argentino también le bajó los decibeles a las publicaciones sobre nuestro país habida cuenta de que fueron todas "conclusiones" sacadas de los diarios de mayor tirada y a su vez, opositores a las políticas del gobierno de Néstor y Cristina Kischner. Tratar de entender la realidad argentina leyendo Clarín y Nación, implica una desorientación absoluta sobre el rumbo socioeconómico por el que transita uno de los países que más ha crecido en América Latina y el mundo.
De esta manera, los trascendidos de las elucubraciones norteamericanas, no hacen más que poner en evidencia la inoperancia política, diplomática y estratégica del gobierno de Barack Obama. Muchos dicen que finalmente a EE.UU. le llegó su De la Rúa.
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