Por Redacción
Por Guillermo Malisani (*)
(*) Columnista de la Agencia Noticias Argentinas
Las señales de una incipiente recuperación de la industria
brasileña hacen presumir una reacción del alicaído aparato
productivo nacional, pero, como contracara, un dato preocupante es
el incesante goteo de reservas del Banco Central.
En las últimas horas, se conoció un resultado alentador para la
Argentina: la producción del mayor socio del Mercosur creció 5,7
por ciento en enero y podría traccionar al sector manufacturero
nacional, que hasta ahora atraviesa un período de amesetamiento.
Durante el año pasado, la crisis internacional no tuvo efecto
directo sobre la Argentina, sino que su impacto fue a través de la
economía brasileña.
En 2012, las ventas de Brasil a la Argentina bajaron más del
20 por ciento, y las exportaciones locales al país vecino
retrocedieron sólo 2,7, con lo que se logró bajar el déficit
comercial a 1.554 millones de dólares.
Cifras y estadísticas que demuestran la importancia de Brasil
para la Argentina y arrastre que podría significar una
reactivación del poderoso sector fabril de esa nación.
Para el INDEC, la industria nacional empezó el año sin
crecimiento, pero para las estadísticas privadas hubo una baja de
entre 0,5 y 1,9 por ciento, según al consultora que haya realizado
la medición.
La recuperación del sector manufacturero es vital para
reactivar la economía argentina y para alcanzar un crecimiento que
los privados estiman por debajo del 3 por ciento para todo el año.
Pero, además, la recuperación de la industria es clave para
mantener los niveles de ocupación y desechar cualquier posibilidad
de aumento en los índices de desempleo.
Esta semana próxima el organismo encargado de las estadísticas
difundirá el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), el
que para las consultoras tendrá un resultado poco significativo.
Otro dato que también difundirá el INDEC es el vinculado con la
inflación y permitiría comprobar si finalmente el acuerdo de
precios tuvo algún resultado.
Desde ya, no será el resultado oficial el que demostrará el
efecto sino las estadísticas privadas: para la consultora Ledesma
SRL, el costo de vida tuvo un alza del 1,3 por ciento y acumuló en
el primer bimestre un alza del 4,5 por ciento, con una inflación
anualizada superior al 26 por ciento.
"El supuesto congelamiento de precios, hasta ahora sólo alcanzó
para evitar que el proceso continúe acelerando. Y no, como se
publicitaba, para frenarlo abruptamente, produciendo un supuesto
quiebre en las expectativas", indicó la consultora en su último
informe.
Agregó: "Todo esto, a un alto costo, pues la implementación de
este tipo de medidas en contextos de alta inflación termina por
alterar y lesionar el funcionamiento de las cadenas productivas y
de sus canales de comercialización".
FUGA DE RESERVAS
Mientras la expectativa está puesta en que a fines de este mes
empiecen a entrar los dólares de los exportadores de la cosecha
gruesa agrícola, el Banco Central no para de drenar reservas, que
según los últimos datos apenas superan los 41.400 millones de
dólares.
Así, en lo que va del año, las reservas se desplomaron más de
1.800 millones de dólares aunque la expectativa oficial es
recuperar a razón de 1.000 millones por mes entre abril y junio.
A esta altura de la situación, parecen inalcanzables aquellos
52.547 millones de dólares récord alcanzados hace poco más de dos
años.
Sin cepo cambiario, la situación sería aún más preocupante:
según un informe de la consultora AMF, por las restricciones el
Central dejó de venderle al sector privado no financiero unos 900
millones de dólares por mes, que le permitió acceder a un volumen
extra de 4.100 millones.
En un mercado cambiario con poca oferta, es la autoridad
monetaria la que debe equilibrar la plaza para evitar un mayor
desajuste en el tipo de cambio oficial.
El principal motivo de la caída de reservas es el permanente
goteo de depósitos en dólares que se computan como parte de las
tenencias internacionales de la entidad y la falta de liquidación
de divisas de exportadores.
El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, denunció públicamente
que las cerealeras tienen en stock unos 4,2 millones de toneladas
de soja, equivalente al 11 por ciento de la cosecha total.
En el mercado oficial, el dólar se negocia a 5,07 pesos, el
paralelo llega a 7,83, con una brecha del 55 por ciento mientras
que el contado con liqui (utilizado para la fuga de divisas) trepa
a 8,20, con una diferencia del 62 por ciento.
Frente a este panorama complejo, no extrañaron las últimas
medidas adoptadas por la AFIP para poner mayor control sobre las
agencias de viaje y la fuga de divisas que se estaría produciendo.
El organismo denunció a la agencia Alhec Tour de haber comprado
dólares en exceso para viajes que nunca se realizaron. Y el caso
no sería el único en el mercado.
Con todo, el punto positivo es que este año la Argentina tiene
un camino más despejado en cuanto al pago de deuda y también
aparece como más clara la negociación con los fondos buitre en los
tribunales de Nueva York.
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