Por Guillermo Briggiler
Nuestra economía, como la vida misma, puede ser transitada por dos caminos, el del esfuerzo, el mérito y el sacrificio o el de dejar para mañana las responsabilidades y vivir el hoy, casi como una eterna adolescencia. Pero claro, al menos en el plano mundano esto último jamás puede ser para siempre.
En finanzas, una disciplina donde debemos tener ingresos y egresos balanceados, se puede consumir hoy, tomando un préstamo y pagar después en cuotas, o realizar lo contrario postergar ese consumo, ahorrando y realizar la erogación cuando se tienen los recursos. Ambos casos son válidos y suman cero, excepto que por haber abusado de la primer instancia, ya no tengamos crédito disponible.
En la política que nos gobierna desde hace décadas se optó por lo primero, se va siempre por el atajo, acortando camino y burlándose de los que hacen mérito y esfuerzo, incluso al punto de cuestionar estos valores. Se utilizaron fondos de privatizaciones de empresas del Estado, de supervalores de nuestros commodities exportables, el ahorro de toda la población para su jubilación depositado en AFJP y en Anses, impuestos a los sectores que producen, nuevos impuestos y una larga lista de etcéteras para conseguir recursos, pero nunca se hizo el esfuerzo para cambiar las matrices productivas, invertir en infraestructura, en educación, en tecnología o al menos no combatir a quien realiza sacrificios para mejorar su situación y con ella la de sus semejantes, dando empleo, productos y servicios a los que lo demandan.
Hoy nos encontramos en una situación donde no tenemos ahorros, llámese reservas en BCRA y tampoco posibilidad de tomar créditos, ya que el mundo no nos presta y el mercado de crédito doméstico se encuentra totalmente empachado de deuda pública. Solo nos queda la opción de emitir para hacer pagar los gastos a la población entera con inflación.
Durante años pusieron medidas que prohibían o dificultaban exportar y generar divisas que engrosen las reservas, hoy faltan. Entonces prohibimos importar, complicando la producción nacional y nuevamente la exportación generadora de ingresos. También cuestionamos la balanza de turismo, siendo el problema la brecha cambiaria autogenerada, en palabras más sencillas, sale más barato salir al exterior al dólar turista que comprar dólar paralelo y los que vienen a Argentina les conviene vender en el blue y no en el mercado de cambios, porque se dan cuenta que les sale el viaje un 50% más barato de esa manera. Es decir, salen dólares del Banco Central y no entran. Ahora, si esta situación la entendemos nosotros, ¿por qué la ministra dice que los que viajan al exterior son lo que dejan sin trabajo a los argentinos? Es imposible que ignore que las normas cambiarias actuales permiten que la brecha entre el dólar oficial y los dólares libres sea del 100%.
Continuando con el mismo análisis, observamos que tenemos atraso cambiario, ya que el dólar mayorista viene subiendo a un 35% anual, mientras que la inflación en pesos superará (por mucho) el 70% anual. Esto es válido en especial para aquellos productos que se liquidan al dólar oficial y ven subir sus insumos por inflación.
Ahora si comparamos el ahorro en pesos, para postergar consumos y realizarlos cuando tengamos los recursos, vemos que las tasas de plazo fijo están al 53%, con la locura financiera que es lo mismo hacerlo a 30 días que a un año y como todo el mundo está seguro que la inflación estará muy por arriba de este valor, el mercado de pesos se reduce y todos tratan de adelantar consumos, destruyendo de esta manera la inversión futura por falta de ahorro.
Con todas las variables económicas intervenidas, manoseadas y desequilibradas, solo nos queda esperar que la nueva ministra Batakis de un “batakazo” y decida transitar por el camino que lleva a la puerta estrecha, del esfuerzo, la seriedad, el mérito, el sacrificio, el servicio, el trabajo y el comercio, sendero que alguna vez hizo grande a este país.
#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler
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