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Suplemento Economía Domingo 26 de Mayo de 2019

La lluvia nunca vuelve hacia arriba, es obvio

Las lecciones económicas del caso de las pilas triple AAA. La necesidad de replantear temas que son importantes pero que están relegados en la agenda política mientras nos distraemos con el debate de asuntos no tan urgentes.

Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

La lluvia nunca vuelve hacia arriba. La vida comienza en la concepción. La oferta y la demanda tienden a equilibrarse y nuestras acciones en el mundo dejan huella.

El mundo pide y a gritos un cambio en la economía, y no es solo nuestra Argentina. Debemos ser parte del cambio de paradigma que nos haga pasar de una maximización de las ganancias en el corto plazo a la generación de rentas a largo plazo. Esto se debe a que nuestro medio ambiente no soporta más este nivel de consumo y máxime si es el consumo de una parte de la población que agota los recursos de toda ésta.

Para ejemplificar el párrafo anterior diremos lo siguiente, una batería triple AAA en el mercado cuesta $50 aproximadamente, dicho precio está conformado por el costo de fabricación y puesta a disposición del consumidor, más una utilidad para cada integrante de la cadena. Una vez agotada la pila es desechada. El costo de tirarla es sostenido por los contribuyentes mediante sus impuestos municipales, recolección de basura y relleno sanitario. Como podrán observar el costo de tirar la batería no está incluido en el costo del producto. Esto lleva a que se consuman más pilas comunes en detrimento de las pilas recargables o de energía de red. También que sean más demandados los productos con pilas que aquellos con baterías recargables o que se enchufen directamente a la red. Esa demanda replica en los puntos de equilibrio y en las curvas de oferta, tanto de este producto como de los sustitutos.

Lo expuesto no choca con la teoría económica clásica, solo que hay un costo que no se está teniendo en cuenta en la fabricación, porque no lo paga quien elabora el producto, sino que se lo cargan al Estado, y este lo traslada a los ciudadanos. Esto quiere decir que la ciudadanía se encuentra subsidiando al fabricante, consuma o no el producto. A esto debemos sumar la contaminación que generan dichos bienes y que como externalidad negativa, no está siendo tenido en cuenta por el mercado pero que, sin embargo, a largo plazo afectará a éste.

Hasta el momento lo único que encontramos para combatir los efectos de la contaminación de las pilas son campañas de concientización y recolección para la posterior disposición correcta. Pero encarada por organizaciones privadas con personas de buena voluntad, o por el Estado, donde nuevamente se subsidia al fabricante a través de los impuestos de todos.

Por el contrario, si se le establece al fabricante la obligación de retirar las baterías usadas del mercado y desactivarlas para que no contaminen, aumentará el precio al público de este tipo de elementos, por lo que se consumirán aquellos que contaminen menos, solo por acción de economía. Dicho esto, reto al lector a googlear lo que contamina una sola pila tirada a la basura.

Lo anterior es solo un ejemplo de los cientos de productos que podemos encontrar y que no están correctamente regulados. Piensen también en los envases de plástico con los que innecesariamente envolvemos todo, en las pinturas y solventes, en los electrodomésticos que duran muy pocos años y deben reemplazarse, que están conformados por un montón de productos contaminantes o en los autos que proliferan en chacharitas, entre cientos de ejemplos.

Hay mucho para regular y discutir, pero tenemos poco tiempo, es imperioso que pongamos en agenda de la política los temas que realmente son importantes y que se están volviendo urgentes, mientras discutimos verdades de perogrullo como el origen de la vida. Gastando recursos y tiempos de los contribuyentes para batallas personales mezcladas con dinero. La condena de esta semana al doctor Rodríguez Lastra -por negarse a practicarle un aborto a una joven violada en la ciudad de Cipolletti- nos recuerda a Galileo y su “Eppur si muove”. Mientras dejemos la política en manos de gente carente de principios y valores morales tendremos estos resultados. El país se fortalecerá apoyando a las familias como estrategia de contención, como integradora y educadora. La familia sobrevivirá a todo, porque es una institución anterior al estado. Es el primer educador, la primer economía y el primer estado. La defensa de la vida y del medio ambiente en el que todos vivimos es tarea de hoy, la de elegir gobernantes acordes a las necesidades de la Nación también.


#BuenaSaludFinanciera #haciendonuevotodo

@elcontadorB @guillebriggiler

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