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Suplemento Economía Domingo 1 de Junio de 2014

La economía social solidaria y su aporte al desarrollo local

A partir del caso de la cooperativa La Fageda, que desempeña sus actividades en España, es posible dimensionar cómo una iniciativa social puede contribuir al desarrollo territorial, con inclusión. El 2012 cerró con una facturación de 12,1 millones de euros y una planta de 245 empleados en el área de producción y 45 en servicios asistenciales.

Cecilia Pliauzer

Por Cecilia Pliauzer

En palabras del economista José Luis Coraggio, “la economía social y solidaria es un modo de hacer economía, organizando de manera asociada y cooperativa la producción, distribución, circulación y consumo de bienes y servicios y no en base al motivo de lucro privado sino a la resolución de las necesidades, buscando condiciones de alta calidad para todo el mundo que en ella participan (…) para resolver necesidades materiales, estableciendo lazos sociales fraternales y solidarios, asumiendo con responsabilidad el manejo de los recursos naturales y el respeto de las generaciones futuras, consolidando vínculos sociales armónicos y duraderos entre comunidades, sin explotación del trabajo ajeno.” No hay un sujeto predeterminado, sino una pluralidad de sujetos que buscan construir una economía orientada al desarrollo de la vida de todas las personas, no sólo de y para las personas más pobres, sino de y para toda la ciudadanía y todas las comunidades.

Y un claro ejemplo de esto es una cooperativa láctea muy particular, La Fageda. Su fundador, Cristóbal Colón, es un médico psiquiatra que tenía una asignatura pendiente: la rehabilitación del enfermo mental. Así, creó una cooperativa sin fines de lucro para lograr este objetivo y lo logró. Junto a un equipo interdisciplinario, montaron una empresa para dar trabajo a personas con problemas mentales.

Ubicada en el parque natural de la Garrotxa, en Cataluña y fundada en el año 1982, hoy produce 45 millones de yogures al año, en 18 variedades, postres lácteos y mermeladas que se comercializan en 1.500 puntos de esta región. El secreto de la calidad está en que la leche que utilizan tiene menos de 48 horas y ello es posible pues tienen su propia granja dentro del predio de la empresa.

El éxito son sus empleados, enfermos mentales que con esfuerzo y dedicación han convertido al trabajo como un estímulo para salir adelante y reintegrarse en la sociedad. Tienen un sueldo y una vida como cualquier persona. Trabajan contentos, con ganas de darlo todo porque se sienten responsables y útiles.

Colón entiende que el trabajo es la mejor herramienta terapéutica para que estas personas puedan recuperar su vida. Que el hecho de que alguien tenga una enfermedad mental no lo invalida para desempeñarse laboralmente. La empresa fue un medio para cumplir un fin. Crearon una estructura empresarial para que estas personas pudieran desarrollarse, sentirse útiles e integrarse a la sociedad.

La fábrica es rentable porque tiene la obligación social de serlo, sus dividendos no se distribuyen sino que se reinvierten en el proyecto. El 2012 cerró con una facturación de 12,1 millones de euros y una planta de 245 empleados en el área de producción y 45 en servicios asistenciales. 

En La Fageda se aplica la economía del bien común, que establece que la diferencia de sueldos entre el que menos gana y el que más gana debería ser de 1 a 20. Aquí la media tiene el salario mínimo decente y el que más ingresos tiene, percibe seis veces ese haber. Es decir que la ecuación se cumple de una manera holgada.

Dice Cristóbal Colón que para que se cumpla esta economía del bien común hay que cambiar las almas de los actores protagonistas de esa economía. Es un problema de educación, de mentalidad, de saber valorar las cosas importantes de la vida y no pensar que se debe trabajar sólo para ganar mucho.

Si bien el dinero es necesario para satisfacer necesidades básicas, él se refiere a esa carrera y ese mandato social implícito de que hay que trabajar para hacer mucho dinero, cuando el mayor capital que tenemos los seres humanos son los valores y eso sale a la luz ante situaciones críticas en las que se puede perder hasta la vida.

La Fageda no es sólo una empresa. Sus empleados cuentan con el apoyo de terapistas ocupacionales, psicólogas, educadoras, que monitorean sus actividades. Tiene, además, talleres de día para las personas que no pueden desarrollar sus actividades en la fábrica y para adultos mayores, además de viviendas, programas de formación y de ocio para los empleados.

Como dice su fundador: “El sentido de la vida es dar sentido a la vida. Cada vida es una vida con sentido y el proyecto de la Fageda ayuda a dar sentido a la gente.”

Como resultado de un trabajo de discusión realizado entre los alumnos de la Maestría en Desarrollo Territorial, acerca de las claves del éxito de esta experiencia, se arribó a las siguientes conclusiones:

* Un fuerte liderazgo en el manejo del equipo de trabajo teniendo en cuenta que el principal recurso con el que cuenta la empresa son las personas y por lo tanto contribuyen a que estas desarrollen al máximo sus capacidades.

* El fin no es el negocio, sino que las personas puedan insertarse en un contexto social determinado.

Todos trabajan en pos de un mismo objetivo.

* Tiempo: en todo proceso de desarrollo se requiere madurez, es decir que como construcción social hay que dejar que las cosas vayan sucediendo.

La dirección se centra en los valores.

* La solidaridad es la base.

* Es coherente organizacionalmente.

* La cooperativa, bien concebida, es una forma de estar en el mundo. Encierra el propósito de generar más y mejor convivencia.


La economía social y solidaria propone la resocialización de la economía. La realidad social es una realidad entretejida. Por lo tanto la economía debe estar orientada a la vida.

Debe haber espacios de innovación social ya que no hay un único sujeto. Hay una multiplicidad de sujetos con distintas capacidades y aptitudes que pueden aportar al desarrollo del territorio.

El territorio es un espacio organizacional y social, y no sólo económico.

En la economía social y solidaria hay una aspiración a transformar el modelo y no tener al mercado como única respuesta al modo de vida. Esto permite captar la diversidad del territorio y por lo tanto de la sociedad toda.

De esto se trata la innovación social.


RAFAELA

En Rafaela se aplicaron los principios de la economía social y solidaria en la formación de las cooperativas de construcción y de servicios (limpieza por ejemplo), dando oportunidades de trabajo independiente a personas que estaban desocupadas. Se les otorga la posibilidad de ser ellos mismos quienes manejen el destino de la empresa dándoles protagonismo.

El sistema socio educativo es muy importante. Se debe incorporar la noción de la economía social y solidaria desde los primeros años de la educación. Las cooperativas tienen que verse como algo normal dentro del modelo de vida de la sociedad.

La gente tiene que estar implicada en su futuro.

Hay que abordar lo simple desde lo complejo. Es decir, observar los territorios en toda su complejidad e integralidad, sin encajonarlo en compartimentos estancos. La metodología de la complejidad no es de respuesta sino de cómo plantear los problemas.

Cuanto más autonomía quiere tener un territorio, más dependencia tiene que tener de sus actores.

A modo de conclusión, quiero dejar un comentario de María Edo acerca del pensamiento de Amartya Sen sobre “El Desarrollo como Libertad”. “El desarrollo como libertad posee un aspecto innovador: la idea de que los individuos son 'agentes' y no 'pacientes' de los procesos de desarrollo. Es decir que el individuo no debe ser considerado como un ente pasivo que recibe ayuda sino como un motor de generación y cambio de desarrollo y justicia social.”

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