Por Redacción
La alemana Angela Merkel le dijo al líder conservador Antonis Samaras que todos los políticos de Grecia deben unirse, y apeló al “sentido de la responsabilidad histórica” para aprobar el plan de privatizaciones y recortes.
La Unión Europea, al borde del pánico por la posibilidad de que Grecia caiga en bancarrota, presionó a las fuerzas políticas de ese país para que acepten sin chistar las duras medidas de ajuste y así se abran las puertas a la ayuda financiera internacional.
En una reunión paralela a la cumbre de la Unión Europea (UE), los dirigentes conservadores intentaron convencer a su compañero Antonis Samaras, líder de la oposición helena, de que acepte los planes de austeridad que pretende implantar el Gobierno socialista de Georgios Papandreu.
La canciller alemana, Angela Merkel, cuya banca sería afectada si Atenas cae en un default, señaló que todos deben unirse en momentos tan graves, y pidió a Samaras “sentido de la responsabilidad histórica”. “Ocurrió con Portugal, ocurrió con Irlanda y por ello hemos instado a que lo mismo ocurra en Grecia”, dijo Merkel, en referencia a que allí las oposiciones se unieron en momentos clave.
Pero los esfuerzos no rindieron frutos. El economista y máximo dirigente del partido Nueva Democracia manifestó una vez más su rechazo a las medidas de Papandreu, alegando que Grecia no necesita austeridad, sino acciones que “garanticen que la economía se recupere y se devuelva la ayuda” que ha recibido.
El consenso de las fuerzas parlamentarias griegas a favor de las nuevas medidas de ajuste para ahorrar unos 28 mil millones de euros es una de las condiciones exigidas por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para desembolsar los 12 mil millones del próximo tramo del rescate, y evitar así la suspensión de pagos.
A fin de facilitar la decisión parlamentaria y combatir el creciente rechazo popular a las medidas de ajuste, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, propuso el martes adelantar el acceso a los fondos comunitarios que corresponden a Grecia para contrarrestar el efecto de los ajustes sobre el crecimiento y la desocupación, una idea que iba a ser analizada por los líderes de la UE.
Previamente al inicio de la cita en Bruselas, Papandreu mantuvo una reunión con algunos líderes comunitarios en la que afirmó que el Gobierno de Atenas “cumplirá sus compromisos”, y aseguró que garantizaba el respaldo parlamentario a las medidas de ajuste. Sin embargo, Samaras siguió manifestando su rechazo al plan que se votará el martes en el Parlamento griego, y los principales sindicatos del país anunciaron para ese mismo día una huelga general.
Los trabajadores, movilizados masivamente desde que estalló la crisis, se oponen férreamente a los recortes salariales y de los beneficios sociales, el incremento de los impuestos y las privatizaciones, las principales medidas del paquete “socialista”. Sus dirigentes sostienen que los griegos no deben ser sacrificados para evitar la bancarrota de los bancos, en particular los de Alemania, que poseen más del 80% de los bonos de la deuda pública de Atenas.
Los países europeos pidieron a los grandes bancos y aseguradoras tenedores de deuda de Grecia que se impliquen en el segundo rescate del país, que oscilaría entre 90 mil y 120 mil millones de euros. Ansa, Efe y AP
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