Por Redacción
La licenciada en Economía, Lilián Koper, presentó el martes anterior la cuarta edición de su ciclo de charlas “Argentina Quo Vadis”, a la que tituló “Señales”, en el salón Centenario de la Sociedad Rural de Rafaela. Luego de un abordaje de la realidad política y económica de nuestro país, dejó planteado el desafío para los jóvenes: “Tienen que ponerse la situación al hombro y generar el cambio”. En el evento se recibieron litros de leche que Ateneo destinará a una entidad de bien público.
La profesional abrió el diálogo haciendo referencia a la “parábola de la rana hervida”, y explicó: “Cuando uno pone una rana en agua hirviendo, la rana salta para salvarse; pero si a la rana la ponemos en agua fría, y lentamente empezamos a calentarla, primero va a estar cómoda, después va a estar aturdida, y cuando quiera reaccionar, ya no lo va a poder hacer; la rana murió. Eso es porque nosotros, y todos los animales, estamos preparados para ver las amenazas repentinas, pero nos cuesta mucho ver la estrategia”. Y de inmediato, agregó que es necesario detectar las señales, ver “cómo viene la mano”, detectar los procesos económicos subyacentes, “para no terminar como la rana en la olla”.
Dando continuidad a su exposición, Koper brindó algunos datos sobre la realidad político-económica de Argentina. Primero, apuntó que “por cada 100 empleados privados, hay 36 empleados públicos, lo que quiere decir que el 41% de la población depende de los pagos del Estado”, y afirmó que, luego de una leve disminución, en los últimos meses el número de empleados públicos se duplicó; en segundo lugar, y en referencia a una de las problemáticas que vive el sector agropecuario, dijo “…mientras niegan la reducción de las retenciones al campo, hay un proyecto para ampliar el cupo de diputados. En Argentina hay un diputado por cada 160 mil habitantes, pero se necesitan más…”; por último, sostuvo que “lo que en Argentina se llama pobreza, en otro país es miseria”, y consideró necesario “empezar a achicar el Estado”.
“No podemos deslindarnos de la responsabilidad del proceso vivido de 12 años de deterioro, habiendo existido señales que no se vieron”, reflexionó. Y luego se dirigió directamente a los jóvenes: “Tienen que ponerse la situación al hombro y generar el cambio”.Hacia el final dejó el espacio abierto para la reflexión: “Escuchemos las señales, empecemos a actuar. (…) Hoy no hay señales que indiquen hacia dónde vamos; tenemos que ser un conjunto de tábanos pinchando a los que están arriba, que están muy cómodos, para que nos lleven por un verdadero camino de cambio”, concluyó.
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