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Suplemento Economía Domingo 28 de Septiembre de 2014

Incertidumbre en la economía regional

¿Qué pasa después del boom de la economía en América Latina?

REDACCION

Por REDACCION

Por Joshua Berger 


Bajas calificaciones,

declaratorias de default, recesiones y crisis son síntomas que

anuncian el final de la fiesta para las economías de América

Latina después de la llamada "década de oro", a pesar de que

algunos países siguen en la senda del crecimiento.

Pese de los titulares pesimistas y el fin del boom del

mercado de las materias primas que alimentó el crecimiento

vertiginoso en la región, varios países aún están actuando bien,

estimaron analistas.

Brasil atraviesa una recesión técnica y Venezuela está golpeada

por millonarias deudas y una ascendente inflación, mientras

Argentina padece una mezcla de estos tres síntomas.


Sin embargo, los países de la Alianza del Pacífico (Chile,

Colombia, México y Perú) buscan un crecimiento considerable, del

3% este año y un 4% el próximo, según sus proyecciones.

Y mientras las previsiones de crecimiento para la región (menos

del 2% del PIB para 2014) parecen sombrías después de años

registrando topes del 5% y 6%, el hecho de que el boom económico

no haya estado seguido de un colapso generalizado es una buena

noticia, dicen los expertos.


"En el pasado, en cualquiera de estas situaciones, el marco de

políticas en América Latina magnificaba los problemas", dijo

Augusto de la Torre, jefe del Banco Mundial para la región, a la

AFP.

"Latinoamérica en esos años (los 80 y los 90) era una región

propensa a auges y caídas", explicó.


Las reformas claves que han rescatado a parte de la región de

ese ciclo son macroeconómicas, destacó De la Torre, elogiando a

los bancos centrales del "primer mundo" y a las políticas

monetarias que ahora gobiernan el escenario económico de la

Alianza del Pacífico.


ECONOMIAS

HETEROGENEAS

A estas se suman las políticas prudentes en países que

capitalizaron el boom para acumular reservas internacionales,

estimó Juan Ruiz, economista jefe para América del Sur del banco

español BBVA.

"Actualmente es difícil hablar de América Latina como una sola

región porque hay mucha heterogeneidad", apuntó.

"Hay países que gestionaron bien los buenos tiempos y se

mantuvieron para no caer en políticas populistas, manteniendo una

sólida gestión macroeconómica. Y hay países que no lo hicieron",

analizó Ruiz.

Uno de los que no es la mayor economía de la región, Brasil.


Durante el auge, con el estímulo económico de Estados Unidos en

los mercados emergentes y una China voraz en la compra de materias

primas, la economía de Brasil registró un crecimiento del 4,5% en

cinco años hasta 2010, donde alcanzó un pico del 7,5%.

Esa expansión fue combinada con innovadores programas sociales,

famosos por transformar a 30 millones de brasileños pobres en la

nueva clase media. Ellos fueron parte de los 75 millones de

latinoamericanos que salieron de la pobreza en una década.


Pero la caída de Brasil en la recesión fue especialmente dura

porque en lugar de ahorrar durante el boom financió programas de

bienestar a expensas de los de infraestructuras.


UN ESTADO

MUY GRANDE

Administraciones como la de Brasil, demasiados grandes,

costosas y pesadas, aún son un problema estructural en varios

países de la región, dijo Carlos Sabino, economista de la

Universidad Francisco Marroquin de Guatemala.

"Cuando la situación es buena, no hay problema. Eso se aguanta.

El estado recibe muchos ingresos y todo parece que va de

maravilla. Pero nunca se dan cuenta de que esos ingresos van a

subir y van a bajar de acuerdo del precio de las materias primas",

explicó.


A medida que América Latina busca una salida de esta fase de

crecimiento lento, reducir el papel del Estado puede ser la clave

para definir si seguirá la senda de la Alianza del Pacífico o la

de países con serios problemas como Argentina o Venezuela.


Costa Rica, cuyas políticas han sido elogiadas en el pasado,

recibió malas noticias esta semana cuando su calificación de

crédito fue reducida el mismo día que la de Venezuela.

Moodys bajó la calificación del turístico país centroamericano

a Ba1, argumentando que su crecimiento deficitario estaba dañando

su confianza crediticia.

Eso podría convertir a esta nación en un "aviso para

navegantes" para la región, dijo Susan Kaufman Purcell, directora

del Center for Hemispheric Policy de la Universidad de Miami, y

explicaría los problemas de partidos políticos, particularmente

los de izquierda, que gobernaron durante los años de auge y

consecuentemente de decrecimiento en buena parte de la región.


En primer lugar de esta lista ubica a la presidenta de Brasil,

Dilma Rousseff, quien busca su reelección en los comicios de

octubre.

Incluso si gana las elecciones, Rousseff tendrá que adoptar

"políticas más convencionales", añadió Purcell. "Es muy difícil

ser una populista de izquierdas cuando no estás nadando en

dinero", concluyó la experta.

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