Por Guillermo Briggiler
Los que vivimos en este país, luego de aprender a decir mamá y papá, la siguiente palabra que aprendemos es crisis, crisis económica, financiera, cambiaria... A las abuelas seguramente les pesará, pero a nosotros nos prepara para afrontar toda una vida llena de vicisitudes económicas, que a cualquier otro mortal, nacido en otras latitudes, lo sumirían en desesperación y desesperanza. Aquí aprendemos a poner el pecho en los negocios desde pequeños y sin perder la alegría.
La economía de nuestra Patria es muy particular y en algunos casos se comporta de manera diferente a la teoría económica. Como en el caso de la demanda de dólares, donde la teoría nos dice que cada vez que sube el precio de cualquier bien, cae la cantidad demandada. El dólar, como cualquier bien de la economía, debería comportase de esa manera y así se mueve en los países con mercados normales. Pero en Argentina, cuando sube el precio de la divisa americana, aumenta también la cantidad demandada, contradiciendo el comportamiento esperado de la curva de demanda.
Cuando hablamos de fuga de capitales, solemos imaginar grandes empresas o fondos internacionales que llevan sus inversiones al exterior, pero en nuestro país, todo aquel que compra dólares está fugando capitales. Y los que fugan capitales en Argentina, encontraremos a muchos minoristas, desde jubilados hasta asalariados, que compran dólares con sus ahorros y los sacan del sistema, para protegerse de las medidas económicas que puedan tomarse y de la inflación siempre reinante.
En cualquier lugar del mundo cuando una empresa tiene fondos ociosos los va invirtiendo haciendo provisiones para pagos de sueldos, aguinaldos o alguna contingencia como la aparición de deudas incobrables o cualquier otra situación no prevista. En nuestra economía, quien invirtió esos fondos en Lecap o en Fondos Comunes de Inversión, sufrirán en los próximos días reprogramación de la fecha en que les devolverán dichos fondos.
Para sobrevivir a tantas crisis, ya van nueve incumplimientos del pago de la deuda de nuestro país en la corta historia que tenemos, vamos creciendo y desarrollando estrategias para defendernos.
Una de las claves para hacer negocios en tiempos de inestabilidad financiera y cambiaria, es ir cerrando operaciones y contar las ganancias de cada una por separado. Intentando que mi comercio, negocio o servicio, se convierta a lo más parecido a un negocio de intermediación. Compro, vendo y cierro precio, ajusto margen para poder recomprar y vender nuevamente. Presto servicio, cobro en lo posible a cortísimo plazo e intento cancelar los insumos que utilizo. Trato de pagar al plazo más largo posible y cobrar lo más pronto.
En el caso de los empleos, también tengo insumos que debo observar, costos de transporte al lugar de trabajo, viandas, costo y beneficio de las horas extras. Debo evaluar minuciosamente los pagos de mi microeconomía, de la economía de mi hogar, con mucha precaución y teniendo en cuenta que no puedo cambiar el flujo de ingresos.
Siempre y en todos los casos es conveniente recurrir a especialistas en finanzas y en nuestro país es indispensable. Transitamos otra crisis sin perder la alegría, poniendo la mirada en nuestra familia, amigos, empleados y clientes.
#BuenaSaludFinanciera
@GuilleBriggiler
@ElcontadorB
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