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Suplemento Economía Domingo 7 de Julio de 2013

Evolución Empresaria y RSE

OPINION

REDACCION

Por REDACCION

Por Fernando Solari


Abercrombie & Fitch es una marca de ropa con excelente penetración

en los Estados Unidos y expansión global orientada a un público

joven y "cool".

En una entrevista brindada en 2006 el CEO de la compañía -Mike

Jeffries- declaró que solo le interesaba que su ropa fuera

utilizada por personas jóvenes, bellas y delgadas ya que hacia

allí apunta su negocio.


La crisis que se desató en el momento de la entrevista recuperó

espacio recientemente -a través de las redes sociales- con

acciones directas como los videos en youTube donde la ropa de la

marca es regalada a indigentes para "escarmentar" a la empresa.


Mango es una prestigiosa empresa de indumentaria que se ha

transformado en multinacional desde su origen catalán. Empresa que

tiene un sólido prestigio y lleva un tiempo considerable asociando

su negocio con la RSE (Responsabilidad Social Empresaria) se

encontró con la publicación del hallazgo de etiquetas de sus

prendas en el centro textil recientemente incendiado en Bangladesh

donde hubo centenares de muertos debido a las pésimas

condiciones de seguridad.


Mango declaró que las etiquetas encontradas solo respondían a

un pedido de cotización para saber cuál era la diferencia de

costos si sus prendas se produjeran en un sitio como ese.

Ejemplos aislados de actitudes 100 por ciento empresarias. En

el primero de los casos Abercrombie & Fitch no hizo más que

transparentar su posicionamiento.

Los manuales de negocios más simples y básicos explican con

claridad que "intentar venderles a todos nos llevará a no venderle

a nadie" y el hecho de elegir un segmento de mercado al que

apuntar demuestra profesionalismo y talento empresarial.

Sin

embargo, para Abercrombie & Fitch, representó una crisis sin

precedentes y destino final incierto.

El caso de Mango es similar. No se pueden juzgar las

intenciones y, analizar los costos de diferentes alternativas –que

incluyan las opciones que eligen los competidores- es un accionar

completamente razonable para una empresa, en especial para una que

se desempeña en el competitivo mercado de la moda.


Sin detenerse a justificar su inquietud Mango es una de las

empresas que van a indemnizar a los deudos de quienes perdieron la

vida en la tragedia del centro textil donde pidieron cotización.

Solo dos casos de tantos en que las empresas hicieron lo que en

una reunión de directorio convencional sería completamente sensato

y apropiado para sus intereses con consecuencias temibles para su

futuro, ¿qué significa esto? ¿Qué hay un complot en contra de las

empresas para perjudicarlas? ¿Qué las empresas deben ser

hipócritas? Y guardar sus pareceres, sus intenciones, su necesidad

de cuidar sus costos, su posicionamiento deseado para no ser

malinterpretados por el público.


Nada de eso. Se trata simplemente de evolución. Hubo un tiempo

en el que los establecimientos rurales contaban con esclavos

-esclavos sin eufemismos; ver, por ejemplo, la película

de Quentin Tarantino "Django sin cadenas"- de su propiedad e

intercambiaban información y consejos sobre la mejor forma de

hacerlos rendir.


Un buen día eso se terminó –por fortuna, para todos- sin

sospechas de responder a un complot en contra de los

terratenientes de la época.

Hoy la comunidad toda está evolucionando y las empresas no

pueden escapar a la corriente que las arrastra por formar parte de

ella.

La evolución no requiere de un cambio que implique que las

empresas dejen de ser tales.

Como ocurre durante todos los

períodos de cambio, la confusión suele imponerse por momentos y

son muchos los que creen que la evolución de las empresas consiste

en transformarse en una suerte de ONGs/OSCs (Organizaciones No

Gubernamentales / Organizaciones de la Sociedad Civil).


La verdadera evolución de las empresas consiste en ser mejores

empresas cada día. Ser mejor empresa, de ninguna forma requiere

dejar de lado las ganancias, ignorar el valor del posicionamiento

y otros tantos principios de los cuales depende el desempeño

eficiente y la sostenibilidad empresaria.

Evolucionar, para una empresa, significa ser mejor empresa cada

día. Ser mejor empresa requiere una mejor gestión integral y allí

es donde se destaca la RSE como el modelo de gestión que facilita

la evolución de la empresa a favor de una comunidad que también

evoluciona.


La empresa depende de sus ganancias para seguir siendo empresa,

y para evolucionar como tal; tanto como la comunidad involuciona a

través del asistencialismo sostenido y depende de cómo sea guiada

y acompañada hasta lograr resolver sus problemas por sí misma para

evolucionar.

Solo cuando la RSE se alinea con la estrategia ambos

extremos se unen y potencian asegurando una evolución positiva

para todos y cada uno. 

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