Por Redacción
Bruselas es el escenario de la cumbre más prolongada y difícil desde que se formó la Unión Europea. Los 27 gobernantes del grupo debatirán la crisis de la moneda única, la deuda de algunos países y el salvataje a los bancos.
Se habla ahora de un acuerdo secreto franco-alemán para ampliar el Fondo Europeo de Estabilización Financiera, creado para rescatar al euro, dotado actualmente con 440 mil millones de euros, hasta casi 2 billones, para, en definitiva, fortificar ese cortafuegos circunstancial para la divisa.
Se intentará poner en marcha una amplia recapitalización bancaria en Europa, quizá por entre 200 mil y 300 mil millones de euros, tras la quiebra de la entidad franco-belga Dexia, que puso en evidencia la escasa fiabilidad de las “pruebas de esfuerzo” a la banca en Europa, realizadas en julio pasado, que dieron un “sobresaliente” a esa entidad.
Más allá de las versiones, Europa se preparó para un largo fin de semana ante la ya interminable crisis de deuda soberana en la eurozona y la del sistema bancario, que necesita una masiva recapitalización. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) intentan evitar el colapso de la “constelación del euro”, aunque en Bruselas la sensación de desconcierto e improvisación es total.
Todo pasa en la capital belga en un tenso “weekend” del euro: ya se realizó un Eurogrupo, luego hubo un Ecofin y hoy domingo, la cumbre de líderes de los 27 socios del bloque. Hace años que no se recuerda una cita europea tan prolongada en el tiempo, pero el momento es especialmente grave.
Mientras el Viejo Continente sigue exhibiendo lentitud y falta de destreza para cortar la crisis de deuda soberana, dos de las principales agencias de rating del mundo, Moody’s y Standard & Poor’s volvieron a escribir el guión a golpe de boletín de calificaciones, con la dureza de una maestro de escuela inflexible. Y es que los 27 siguen por ahora transmitiendo una improvisación y una geometría muy variable, adaptándose a cada momento según la circunstancia cual marinero que intenta atajar vías de agua en la nave, que surgen por todos los rincones.
Por ejemplo se habla ahora de un acuerdo secreto franco-alemán para ampliar el Fondo Europeo de Estabilización Financiera, creado para rescatar al euro, dotado actualmente con 440 mil millones de euros, hasta casi 2 billones, para, en definitiva, fortificar ese cortafuegos circunstancial para la divisa. Bruselas lo desmintió ayer, aunque sin mucha convicción.
También se intentará poner en marcha una amplia recapitalización bancaria en Europa, quizá por entre 200 mil y 300 mil millones de euros, tras la quiebra de la entidad franco-belga Dexia, que puso en evidencia la escasa fiabilidad de las “pruebas de esfuerzo” a la banca en Europa, realizadas en julio pasado, que dieron un “sobresaliente” a esa entidad.
La impresión en la UE es que todo funciona en forma precaria. Grecia, ahogada en su propia crisis de deuda soberana y al borde de la quiebra y España ve cómo Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch la tienen acorralada con sus calificaciones. (Dpa)
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.