Por REDACCION
Por Guillermo
Malisani
(Especial para NA)
El resultado de la arriesgada operación de recompra
de bonos Boden 2015 dejó un inocultable sabor agridulce en el
equipo económico de Axel Kicillof, porque no alivió los
vencimientos del año próximo y tampoco permitió conseguir los
dólares que tanto se necesitan en estos tiempos.
El esfuerzo del ministro por demostrar que la operación fue un
éxito porque sólo un 2% de los bonistas pidió la plata en
efectivo, contrasta con el hecho de que menos del 10% de los
inversores se mostró interesado en la nueva emisión de los Bonar 2024.
"Es un espaldarazo a la confianza en el país", graficó el
ministro en una exposición en el Palacio de Hacienda, en un
microcine colmado de funcionarios y en la que no aceptó preguntas.
Más allá de estas consideraciones, no se consiguieron fondos
frescos para sostener las reservas del Banco Central, ni se
descomprimieron los vencimientos de deuda del 2015, que llegan a
casi 14 mil millones de dólares.
La oferta realizada por Economía había sido de 3.000 millones
de dólares, de los cuales sólo fueron tomados por los inversores
286 millones, que representarán un ingreso exiguo para las arcas
del Estado.
Tan escaso fue el resultado, que apenas superaron los 281
millones de dólares que esta misma semana una compañía de
telecomunicaciones pagó por la adjudicación de la tecnología 3G y
4G, que le sirvieron al Central para sumar reservas.
En el Palacio de Hacienda hubiesen celebrado con bombos y
platillos si el resultado de la suscripción de los nuevos bonos
hubiera orillado la mitad del total ofertado.
Es que tampoco resultaba un buen negocio conseguir bonos a 97
dólares si puede tranquilamente adquirirlos en el mercado
financiero a menor valor.
Tampoco el canje de títulos tuvo el resultado esperado por
Kicillof ya que apenas 377 millones de dólares en Boden 2015
aceptó el canje por el Bonar 2024.
En rigor, este resultado se trató de algo previsible porque
ningún tenedor de bonos iba a aceptar perder dinero en este canje
si puede tranquilamente venderlos en el mercado financiero en
cualquier momento y con mejor rendimiento.
De esta manera, ante la falta de mayores atractivos, era un
escenario lógico esperar hasta octubre para cobrarlos o
negociarlos en el mercado.
En la conferencia de prensa en la que anunció el resultado, el
ministro insistió sobre la "catastrófica" situación que viven los
mercados internacionales.
En el Palacio de Hacienda, seguramente estarán evaluando que el
momento elegido para la operación no fue el adecuado, máxime si se
pretendía dar una señal de fortaleza ante los fondos buitre.
Porque, en definitiva, ese era otro de los objetivos que
perseguía el canje: mostrar que el país puede retornar a los
mercados financieros y que los inversores creen en la capacidad de
pago de la Argentina.
A contrario de lo esperado, los números dejaron en claro que la
prudencia domina la actitud de los inversores y que ante tanta
convulsión financiera prefieren esperan que escampe el temporal.
La tormenta financiera que azota el frente externo por la
brusca caída en el precio del petróleo desalentó la posibilidad de
extender el plazo del canje, como en algún momento se llegó a pensar.
Incluso, se evaluó en esferas oficiales volver a abrir la
operación en enero, pero se prefirió hacer el anuncio, dar vuelta
la página y esperar el otro año para decidir el camino a seguir.
"La operación fue un soberbio fracaso. Se van más dólares que
los que ingresaron", sentenció, sin dudas, el economista Agustín
Monteverde, al ser consultado por NA.
Para Monteverde, el Gobierno no pudo conseguir los fondos que
estaba esperando pese a "las presiones que circularon en los
últimos días" y a la asistencia de organismos oficiales que se
suscribieron a la operación de canje.
Cómo queda el Gobierno frente al mercado financiero.
Seguramente desde el Ejecutivo intentarán superar el trago
amargo de la operación y continuar con las medidas para apuntalar
reservas y evitar una suba en dólar blue.
Los últimos resultados conseguidos por Alejandro Vanoli al
frente del Banco Central dieron una bocanada de oxígeno a la
gestión económica.
Las reservas del Central superaron los 30 mil millones de
dólares, en gran medida por el acuerdo de swap con el Banco
Central de China, y permitirán transitar los últimos días del 2015
con algo más de tranquilidad.
A su vez, la brecha cambiaria, ese gran dolor de cabeza que
condicionó el año entero, se ubicó por debajo del 50 por ciento,
cuando llegó a superar el 100 por ciento.
Así queda explícitamente clara la idea del Gobierno de anclar
el tipo de cambio y evitar bruscos movimientos en la moneda como
el ocurrido en enero.
Diciembre siempre ha sido un mes controvertido y traumático
para la Argentina, sin embargo la perspectiva en el corto plazo no
es tan crítica, más allá del amargo sabor que dejó el canje del
Boden 2015.
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