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Suplemento Economía Viernes 22 de Noviembre de 2024

El dólar con cinturón de seguridad

¿Por qué, si la brecha cambiaria es mínima, no salimos de la trampa?

Agrandar imagen DÓLARES. Por ahora continuarán las restricciones, el Gobierno evitará tomar riesgos en la previa de las elecciones.
DÓLARES. Por ahora continuarán las restricciones, el Gobierno evitará tomar riesgos en la previa de las elecciones. Crédito: FOTO ARCHIVO

Por Guillermo Briggiler

En los últimos meses, la diferencia entre el dólar oficial y los paralelos (como el "dólar blue" o el "dólar CCL") ha experimentado una significativa reducción en comparación con la brecha que marcaba el mercado cambiario a mediados de 2023, pasando de casi el 100% a solo el diez por ciento o incluso menos. Este fenómeno ha generado expectativas sobre si es este el momento adecuado para liberar el mercado cambiario y salir del cepo. La pregunta es legítima, pero la respuesta requiere entender la compleja situación económica, política y social que aún condiciona las decisiones del Gobierno nacional.

La brecha cambiaria ha sido uno de los indicadores más relevantes durante los últimos años en Argentina, dada su capacidad para reflejar la diferencia entre el valor oficial del dólar y el valor que el mercado asigna a los dólares libres. En un contexto de inflación alta y escasez de divisas, el dólar blue, el CCL (contado con liquidación) y otros tipos de cambio no oficiales suelen dispararse frente al dólar cuya cotización es "regulada" por el Banco Central.

Sin embargo, en los últimos meses, esa diferencia se ha achicado considerablemente, lo que ha generado la ilusión de que la Argentina podría estar cerca de normalizar su mercado cambiario, eliminando las restricciones que limitan el acceso a las divisas y permitiendo que el mercado se autorregule.

Aunque la mejora de la brecha cambiaria podría parecer un argumento a favor de la flexibilización del control de cambios, existen varios factores que explican por qué el Gobierno aún no ha dado el paso de eliminar el cepo cambiario, pese a las señales del mercado.

Una de las principales razones por las cuales el Ministerio de Economía mantiene el control cambiario es la necesidad de controlar la inflación. El cepo al dólar es, en muchos aspectos, una herramienta de política económica que busca evitar que la devaluación acelerada del peso incremente aún más los precios internos, lo que generaría un círculo vicioso de inflación y pérdida de poder adquisitivo.

Liberar el mercado cambiario podría llevar a una devaluación inmediata y abrupta del peso, lo que a su vez dispararía la inflación. Argentina atraviesa un proceso de estabilización económica con cifras inflacionarias históricas, y el temor es que una salida desordenada del cepo podría desestabilizar aún más la economía, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.

Me dirán que ya los valores de los paralelos están arbitrados y sus valores bajos, apenas un poco más altos que el oficial, todos cerca de $1.100, pero tenemos que tener presente que dichos valores del Mep, CCL y Blue se encuentran afectados por la intervención de las exportaciones que se liquidan al dólar blend, es decir venden dólares en el mercado al exportar y del BCRA que se comprometió a vender los dólares que recibe por exportaciones para absorber los pesos que van al mercado en estas operaciones, esterilizando de tal manera la emisión.

Conjuntamente, las reservas del Banco Central de la República Argentina siguen siendo limitadas, a pesar de los esfuerzos por acumularlas. Aunque el Gobierno ha logrado ciertas mejoras, como el acceso a préstamos del FMI y acuerdos con otros países, las reservas no son suficientes como para garantizar una flotación libre del peso frente al dólar. Un mercado cambiario totalmente liberado podría generar una presión inmediata sobre las reservas, y no poseer los dólares suficientes para dar respuesta a la demanda ni mucho menos parar una eventual corrida.

El panorama político es otro factor clave que explica por qué el Gobierno no se arriesga a liberar el mercado cambiario. Hay elecciones de medio término el año próximo, y mostrar que el tipo de cambio está estable y la inflación controlada es la llave de las mismas, a falta de poder mostrar logros de crecimiento y mejora del salario real.

Aunque la reducción de la brecha cambiaria es una señal positiva, no es suficiente para justificar una salida inmediata del cepo. El Gobierno enfrenta un dilema complicado entre la necesidad de liberalizar el mercado cambiario para facilitar el flujo de divisas y con ello motorizar la inversión, ya que no se traen dólares donde no pueden sacarse luego, y el riesgo de que esta medida pueda desestabilizar aún más la economía.

Es posible que la salida del cepo deba esperar a una mejora más sustancial en las reservas internacionales, que por el momento se recuperaron, y con el blanqueo de capitales se fortalecieron, pero la macroeconomía continuará viajando con el cinturón de seguridad del dólar colocado hasta el momento técnico y político oportuno.

 

#BuenaSaludFinanciera

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@GuilleBriggiler

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