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Suplemento Economía Domingo 7 de Enero de 2024

El Caputazo

Reflexiones en torno a la competencia y libre mercado, equilibrio fiscal y otros tópicos para avanzar hacia un país mejor.

Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

Las medidas tomadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, en el decreto de desregulación económica en conjunto con una ley enviada con Congreso con más de 600 artículos, busca estabilizar la inflación con un esquema de precios libres luego de décadas de intervención que dañaron fuertemente al país. Estas medidas implican abordar diversos factores que contribuyen a la variabilidad de los precios
Se estableció un política monetaria restrictiva, que busca controlar la oferta monetaria, hasta ahora desmadrada, frenando el gasto público sin recursos e intentando reducir el mismo en la búsqueda del equilibrio fiscal. Conjuntamente con esto, debería establecerse una tasa de interés más alta de la actual buscando incentivar el ahorro en pesos y desincentivando el gasto. Es probable que esto lo veamos en un futuro cercano.
De la mano, viene una política fiscal que busca el equilibrio entre ingresos y gastos para evitar déficits excesivos que deban ser financiados mediante la emisión de dinero.
Un pilar fundamental de las medidas es el giro hacia la competencia y libre mercado, para evitar, que una vez actualizados los precios artificialmente atrasados durante gobiernos anteriores, se corrijan los aumentos injustificados que estamos viendo. Para ello es indispensable reducir o eliminar barreras comerciales que limitan la entrada de nuevos competidores.
La dinámica de competencia y libre mercado estabiliza los precios basada en la interacción de oferta y demanda en un entorno donde múltiples actores compiten por satisfacer las necesidades del consumidor. Es clave que sean muchos y variados los competidores. En un mercado competitivo, las empresas buscan eficiencia y calidad para destacarse, lo que conduce a una presión constante para ofrecer productos y servicios a precios también competitivos.
Esta competencia fomenta la innovación, la eficiencia productiva y la mejora continua, resultando en un equilibrio de precios que refleja las condiciones reales de oferta y demanda. La libre entrada y salida de empresas, y otros actores como los trabajadores, en el mercado también contribuye a la estabilidad de precios, ya que nuevos competidores pueden ingresar para satisfacer la demanda insatisfecha o desafiar a los actuales. Actuando en conjunto, esta dinámica promueve un entorno donde los precios se ajustan de manera natural a las condiciones del mercado, contribuyendo a la estabilidad económica.
Actualmente, se observa esta dinámica en los precios de los alquileres en los lugares de vacaciones, los que a diferencia del resto de la economía, los vemos que han bajado respecto de las ofertas previas a la temporada. 
Reforzando lo buscado en la libre competencia y formación de precios se facilita las importaciones, de manera que fomentando el comercio internacional, se garantice el acceso a bienes y servicios a precios competitivos, diversificando las fuentes de importaciones para reducir la dependencia y evitar shocks de precios.
Se espera que las medidas de desregulación de la economía actúen sobre la inversión, estimulando a la producción y mejorando la productividad para evitar presiones inflacionarias relacionadas con la oferta. A mayor oferta de productos, similares y sustitutos, los precios tenderán a la baja.
Como consecuencia de la liberación de los precios es necesario flexibilizar salarios. No se puede intervenir en uno y no en otro, ya que, al permitir cierta flexibilidad en la fijación de precios, debo darle la misma dinámica a los salarios, permitiendo que estos se ajusten según las condiciones del mercado, y se paguen mejores salarios en las actividades más productivas. Para ello se debe facilitar la negociación colectiva entre empleadores y trabajadores para determinar salarios de manera eficiente.
Para que la inversión, los precios y los salarios, muestren un compás de crecimiento, es indispensable lograr estabilidad política y social, que por el momento estamos viendo difícil y que costará conseguirla. Paralelamente, se deben generar instituciones fuertes para fomentar la inversión y la confianza empresarial, incluyendo a la sociedad civil en el proceso de toma de decisiones económicas para asegurar un enfoque equitativo y bien informado. Esto último es fortaleza del actual gobierno que posee un altísimo grado de aceptación de sus políticas, máxime a sabiendas que afecta el bolsillo, a corto plazo, de los mismos ciudadanos, probablemente más maduros hoy que en elecciones pasadas.
Probablemente algún día se recuerde la suba de precios que siguió a la desregulación de la economía como el Caputazo, pero ojalá lo recordemos también como el paso previo para la llegada de la inversión y con ella el crecimiento del país y desarrollo de la población. Para que esto funcione, deben frenarse a los obstaculizadores, que colocan amparos frente a las medidas, jueces que frenan los cambios y paros de una CGT que solo defiende a menos de la mitad de los trabajadores, muchos de los cuales -paradójicamente- son votantes y defensores de las presentes medidas. Lo que ocurre es que muchos prefieren seguir así, con el modelo anterior, con sus privilegios, en su “casta”.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler.

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