Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Suplemento Economía Domingo 9 de Febrero de 2014

El BCRA aplica las medidas correctas

ESTUDIO DE LA CONSULTORA ECONOMIA & REGIONES

REDACCION

Por REDACCION

"El BCRA enfrenta la crisis cambiaria poniendo toda la “carne al

asador”. Por un lado, el presidente del BCRA sube la tasa de interés

para convencer a los agentes que se “queden” en pesos y así apuntalar la

demanda de dinero, quitándole presión al tipo de cambio y reservas.

Esta medida es positiva y se dirige en el sentido correcto. Hasta

el momento el BCRA ha subido la tasa en forma sostenida del 15% al 30%

anual y todo indica que lo seguirá haciendo", señaló la consultora Economía & Regiones en su último análisis de coyuntura. Lo que sigue es el trabajo en el que pone bajo la lupa lo que sucedió en la Argentina en lo que hace a la crisis del mercado cambiario. 

A comienzos de esta semana

la autoridad monetaria convalidó tasas en pesos que oscilan entre el

28.5% y el 30.41%. Recibió ofertas por un total de $14.926

MM.aceptó $11.391 MM, de los cuales $7.566 MM fueron absorción neta. El

total de ofertas recibidas muestran que el mercado responde y está ávido

por hacer colocaciones a tasas de interés más elevadas, lo cual marca

que hay espacio para que el BCRA siga subiendo la tasa.

Y seguramente el BCRA continuará subiendo la tasa. La reciente

devaluación hizo crecer las expectativas de inflación y devaluación en

torno al 40%/45% anual. Hace dos meses se precisaba “sólo” una suba al

35% anual, ahora, con expectativas más elevadas, se requiere que la tasa

de interés se incremente por encima de esas expectativas. Esto

demuestra que cuanto más se tarda en tomar las medidas correctas, más

elevados son los costos.

Por otro lado, el presidente del BCRA, Juan Carlo Fábrega, revivió

una norma suspendida en 2005 para forzar a los bancos a desprenderse de

divisas y “entregárselas” al BCRA. En este sentido, el martes pasado el

Central publicó su Comunicación 5536 a través de la cual se establece

que los bancos no podrán tener una posición global neta de moneda

extranjera superior al 30% de su responsabilidad patrimonial computable

(RCP). A su vez, el presidente del BCRA agregó en la comunicación un

límite del 10% de la RCP para la exposición a contratos futuros de

moneda extranjera.

Con esta medida, la autoridad monetaria consigue que las entidades

financieras vendan gran parte de sus posiciones en dólar billete, en

títulos en dólares y en contratos a dólar futuro. El BCRA establece un

cronograma de aquí a fin de mayo para adecuarse a los nuevos niveles

permitidos: un 25% de la liquidación deberá hacerse este mes, otro

cuarto en marzo, otro tanto en abril y el último tramo en mayo. En otras

palabras, de aquí a mayo el sistema financiero estará vendiendo dólares

por aproximadamente U$D 2.000 / U$D 2.500 millones, con lo cual se

intenta aumentar la oferta de divisas y mantener estable (o bajar) la

cotización del dólar oficial, el dólar contado con liquidación y

también, quizás, el dólar blue.

Esta medida no aumenta las reservas contables del BCRA, pero sí

acrecienta las reservas (netas) que son propiedad del BCRA. ¿Por qué?

Porque cuando un banco tiene una posición en dólares, dicha posición se

encuentra 100% “encajada” formando parte del stock de reservas

contables, pero en realidad son un pasivo del BCRA con las entidades

financieras. De hecho, cuando el banco hace “uso” de esos dólares, se

retiran de su cuenta corriente en el BCRA y se deducen del stock de

reservas. Justamente, esta nueva norma minimiza este riesgo.

¿Qué busca el BCRA con esta nueva norma para los Bancos? Algunos

analistas dicen que el BCRA pretende comprar tiempo en el medio de la

crisis cambiaria para llegar a abril/mayo cuando se liquida la cosecha

de soja. Estos analistas dan por seguro que la liquidación de soja

amortiguará significativamente el drenaje de reservas. No obstante,

creemos que esta visión del “puente” hasta abril y mayo peca de

optimismo. En este sentido, sólo basta recordar que en marzo / julio del

2013 el drenaje de reservas superó en promedio los U$D 1.000 millones

mensuales y la tasa de caída interanual se aceleró significativamente.

Con un plan económico integral esta nueva medida no sólo podría

comprar tiempo, sino también tranquilidad, porque al aumento del stock

de reservas netas le brinda al BCRA más “espalda” para seguir

“aguantando” el drenaje al tipo de cambio de 8 pesos por dólar. Pero

justamente este es el punto en donde comienzan a jugar variables que se

encuentran fuera del dominio del BCRA.

El sostenido exceso de

gasto, el aumento del déficit y el permanente incremento de la

dominancia fiscal son el origen de la actual crisis cambiaria. Para

parar la fuga de reservas y eliminar las presiones cambiarias es

necesario aplicar un plan integral cuyo corazón sea el ajuste fiscal y

la eliminación de la dominancia fiscal. Sin ajuste fiscal y sin

eliminar la dominancia fiscal, no hay chances de éxito.

Hace falta un ajuste que conduzca el superávit primario y el

resultado financiero del SPN a los niveles de 2004. Aquel resultado 

fiscal de 2003 y 2004 fue uno de los principales responsables del

descenso de la inflación que cayó de 40% (2002) a 3.7% (2003) y 6.1%

(2004). También fue responsable de la eliminación de las presiones

cambiarias. En este sentido, sólo basta recordar que el tipo de cambio

nominal descendió de 3.85 a 2.75 pesos por dólar de la mano de aquel

ajuste fiscal.

Sin embargo, el ajuste fiscal no depende del BCRA, sino del Ministro

de Economía, Axel Kicillof y de la Presidente. En ese sentido, el Poder Ejecutivo

hasta ahora sólo ha anunciado expansiones de gasto. Es decir, pareciera

que no hay intención de hacer un ajuste, por lo que se pierde la

oportunidad de lograr coordinación entre las medidas implementadas y

alcanzar un plan integral. De perder esta oportunidad, muy difícilmente

se termine teniendo éxito en detener el drenaje de reservas, diluir las

presiones cambiarias y revertir definitivamente la actual crisis

cambiaria.

El mercado percibe la ausencia de coordinación de políticas y la

falta de vocación y decisión para encarar un ajuste fiscal que tiende a

eliminar los desequilibrios macroeconómicos subyacentes detrás de la

crisis cambiaria.

En función a esta descoordinación el sector privado forma sus

expectativas: Si el sector privado forma sus expectativas (adaptativas)

en función a la historia reciente pasada, observa inflación, tasa de devaluación y ritmo de pérdida de reservas

crecientes en el último año. Al mismo tiempo, también observa que la

liquidación de la cosecha de soja del año pasado no sirvió en absoluto

para mitigar la crisis cambiaria.

Si sus expectativas son mirando al futuro (racionales), prevé mayor

gasto, mayor déficit, mayores necesidades financieras y más dominancia

fiscal. En ambos escenarios, las expectativas serán de más inflación y

devaluación para el futuro.

En este marco, los incentivos para correr contra las reservas del

BCRA aumentan; más si se sabe que sin ajuste fiscal la defensa del tipo

de cambio a 8 pesos por dólares puede tener éxito sólo en el corto

plazo. Paralelamente, este marco es un incentivo para demorar la

liquidación de exportaciones, lo cual alimenta las presiones negativas

sobre las reservas y el tipo de cambio.

En definitiva, todos

los esfuerzos realizados por el BCRA, adoptando medidas en la dirección

correcta, para enfrentar la difícil situación macroeconómica actual,

quedan neutralizados por las decisiones de política del Ministerio de

Economía.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso