Editorial

Las redes sociales

En un principio, se pensaba que las redes sociales podían cumplir una función básica: conectar amigos, desde aquellos que se encontraban habitualmente en una misma ciudad hasta aquellos que estaban alejados por razones, en especial, de distancia y por tanto tenían menores posibilidades de comunicarse en forma continua.

Así, la emergencia de las redes como Facebook reinventó las formas de relacionarse con el otro. Permitían compartir fotos o videos de viejos tiempos o actuales para mostrarle al grupo de amigos recuerdos o la actualidad misma de cada uno. O simplemente se comparten contenidos, como un video de una banda musical alojado en ese gran archivo de Youtube.

Las profesoras en las universidades de Berkeley y Michigan State, Danah Boyd y Nicole Ellison, definieron a las redes sociales como “servicios con sede en la red que permiten a los individuos: 1) construir un perfil público o semipúblico dentro un sistema delimitado, 2) articular una lista de otros usuarios con los que comparten relaciones, 3) ver y recorrer la lista de relaciones que esas personas relacionadas tienen con otras dentro del sistema”.

Estas nuevas tecnologías de la comunicación se presentan como un organismo vivo que muta continuamente y descubre nuevas aplicaciones. Sumaron juegos que entretienen -y retienen- a los usuarios mientras de la mano del marketing las empresas grandes comprendieron que también pueden desarrollar estrategias de posicionamiento e inclusive venta. A menos escala, pequeños emprendedores también sacan réditos porque pueden cargar fotos de lo que producen y ofrecerlo a una red de amigos.

Con el tiempo los medios de comunicación tradicionales comprendieron que podían captar televidentes o lectores subiendo sus contenidos en Facebook –nació en Harvard en 2004- con la colaboración de los usuarios que van compartiendo una y otra vez aquellos temas que son de su interés.

El desarrollo de estas plataformas virtuales que son las redes sociales fue acompañado por la evolución de teléfonos inteligentes que ahora permiten estar conectados en todo momento y lugar, por lo que ya no se depende de una PC o una notebook.

Y la política no fue la excepción. Aún se estudia cómo Barack Obama basó gran parte de su campaña electoral en las redes sociales y en qué debe su llegada a la Casa Blanca a estas tecnologías.

En este contexto, los principales referentes de la política desembarcaron con sus cuentas en Facebook o Twitter, una red que a través de breves mensajes capta la atención de los periodistas. Es que desde hace un tiempo a esta parte los dirigentes reducen las conferencias de prensa y optan por expresarse en Twitter convencidos de que lograrán impacto en los medios tradicionales.

Un caso hoy es emblemático. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, exprime desde el año pasado su cuenta en Twitter para declarar sus pensamientos, con críticas directas o bien apelando a la sátira y la ironía.

En España el movimiento de los indignados, que está cumpliendo dos años, creció y se consolidó a partir de la instantaneidad que posibilitan las comunicaciones online vía redes sociales. En Argentina, las últimas protestas contra el Gobierno nacional se gestaron y se replicaron también a través de estas tecnologías.

En una nota publicada por CNN, John Sutter había, remarcado que “las nuevas tecnologías de comunicación -desde Facebook y Twitter hasta BlackBerry Messenger- ayudan a la gente a movilizarse y rebelarse contra los gobiernos”. A la vez consideró que “los expertos en tecnología tienden a ver internet y a los medios sociales como fuerzas democratizadoras, herramientas digitales que pueden ser utilizadas para derrocar dictadores y desencadenar un cambio”.

Asimismo, citó a Wael Ghonim, aquel empleado de Google que “ayudó a organizar la revolución 2.0 de Egipto”, porque sintetizó esta teoría de la siguiente manera: "Si quieres liberar a una sociedad, sólo dale internet".

Otra perspectiva sobre el fenómeno de las redes sociales –objeto de investigación en el mundo académico- corre por cuenta de Javier Toret, quien es miembro del grupo “DataAnalysis15M” que se dedica a estudiar las movilizaciones contra el ajuste en Europa y la relación con las redes. “Pensamos que no es un mero uso de las redes sociales, sino la actuación colectiva e inteligente de apropiación de redes sociales y otras herramientas digitales para una acción política y colectiva transformadora. No es la revolución Facebook o Twitter, es una nueva capacidad tecnopolítica, practicada a nivel masivo por ciudadanos en red”, señaló.

Así las cosas, hoy las redes sociales atraviesan todos los órdenes de la vida misma. Y su estudio recién comienza.