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Suplemento Economía Domingo 16 de Octubre de 2011

Desde 2003, el real se revalorizó en un 107%

El peso sigue siendo muy competitivo respecto de la moneda brasilera. La productividad de la economía local creció el doble que en Brasil. Pese al resquemor de algunos empresarios locales. Es decir, afirman que el precio del dólar es bajo y, por lo tanto, va a subir, para impulsar al público a comprar dólares y que finalmente termine subiendo. La devaluación de Brasil de las últimas semanas potenció este discurso. Sin embargo, para situar el impacto de esta variación en el valor del real sobre la competitividad de Argentina respecto de Brasil es necesario salir de una óptica excesivamente cortoplacista y realizar un análisis desde una perspectiva de más largo plazo.

Redacción

Por Redacción

Desde fines de julio al presente el real acumuló una devaluación respecto al dólar de 15,7%, producto del incremento de la incertidumbre internacional y la intensificación de las políticas tendientes a reducir la apreciación cambiaria. Más allá de este comportamiento en el margen, la moneda brasileña acumula una fuerte apreciación, tanto en términos nominales como reales, frente al dólar desde 2003.

El tipo de cambio real bilateral de Brasil con Estados Unidos se revalorizó 107% respecto del año 2003 y 2,3% en el último año”. El análisis forma parte de un informe que realizó el Banco Central luego de la devaluación del real.

Desde hace varios meses distintos analistas de cuño neoliberal sostienen que el tipo de cambio argentino está retrasado y que es necesaria una devaluación. Como en otras oportunidades, estos economistas, que defienden intereses sectoriales, juegan a la profecía autocumplida.

Es decir, afirman que el precio del dólar es bajo y, por lo tanto, va a subir, para impulsar al público a comprar dólares y que finalmente termine subiendo. La devaluación de Brasil de las últimas semanas potenció este discurso. Sin embargo, para situar el impacto de esta variación en el valor del real sobre la competitividad de Argentina respecto de Brasil es necesario salir de una óptica excesivamente cortoplacista y realizar un análisis desde una perspectiva de más largo plazo.

Desde 2003, el peso exhibió una leve pero persistente depreciación frente al dólar. Esta tendencia ha sido resultado de la política económica implementada por Argentina, que no dejó apreciar su moneda frente a las presiones cambiarias originadas a partir de los altos términos de intercambio y la elevada liquidez internacional que dio lugar a fuertes flujos de fondos hacia las economías emergentes. Las políticas aplicadas por el Banco Central consistieron en la intervención en el mercado cambiario, con el objetivo de reducir la volatilidad y la aplicación de controles de capitales a los flujos especulativos. Según el informe del Central, como consecuencia de las trayectorias antes mencionadas del peso y del real frente al dólar, el tipo de cambio bilateral con Brasil exhibió una continua depreciación. “Tomando el año 2003 el peso se devaluó respecto al real aproximadamente un 55,8%”, precisa el informe.

Así, la reciente pérdida de valor del real frente al dólar, de mantenerse, tendría un impacto menor sobre el tipo de cambio bilateral de Argentina-Brasil. De hecho, la reciente depreciación nominal del real respecto del peso –un 16,8% acumulado desde agosto– sitúa al tipo de cambio bilateral en niveles similares a los registrados en promedio en el cuarto trimestre de 2010.

Si la comparación se realiza deflactando al tipo de cambio bilateral por la evolución de los salarios en ambos países, se observa que el tipo de cambio real bilateral se mantiene depreciado respecto de los primeros años de la reciente recuperación económica y a los valores vigentes durante la convertibilidad.

A los niveles actuales, el peso está depreciado en términos reales 28,6% en relación al promedio de 2003 y 38,5% comparado con el promedio 1995-2001. El Banco Central suma un dato que suele ser soslayado a la hora de comparar el grado de competitividad de la economía: el incremento de la productividad, fruto del aumento de las cantidades producidas superiores a la suba del empleo. Desde 2004 hasta 2010 la productividad total de la economía acumuló un alza de 40,9%. En Brasil, en el mismo período, la productividad aumentó sólo un 19%.


Integración vs. vulnerabilidad


Los desafios que presenta la crisis financiera internacional para Sudamérica. Ante la debacle económica mundial, los ministros de Economía de la Unasur se reunieron en Buenos Aires para consensuar medidas para enfrentar la crisis en forma conjunta. A continuación se reproduce el documento resultante de la cumbre.

Los Ministros de Economía y Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales, reunidos recientemente en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, instalamos el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas y aprobamos su Estatuto y su Plan de Acción.

Las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de los doce países que conforman la Unasur, reunidos en la Ciudad de Lima, Perú el día 28 de julio de 2011, instruyeron a los Ministros de Economía y Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales acerca de la necesidad de enfrentar conjuntamente los desafíos de la crisis económica y financiera, originada en gran parte de los países desarrollados, y de profundizar la integración regional en el marco de la Unasur para preservar el crecimiento económico, la estabilidad, la inclusión y la cohesión social.

Conscientes de la responsabilidad que nos compete y de la solidez demostrada en los últimos años, que permitió a la región aplicar políticas anticíclicas en un marco de confianza, el Consejo se plantea afrontar de manera coordinada y concertada el actual escenario internacional signado por la crisis en los principales países desarrollados.

La fortaleza macroeconómica construida a lo largo de la primera década del siglo por los países de la Unasur, fue decisiva a la hora enfrentar con éxito el primer impacto de la crisis en 2008. Las políticas se desarrollaron en un marco de estabilidad y confianza brindada a los ciudadanos de nuestros países.

Durante la reciente crisis internacional, las economías de la Unasur fueron capaces de mantener importantes tasas de crecimiento de la producción y el empleo. La fortaleza macroeconómica de nuestros países incluida la solvencia fiscal y la solidez de las reservas internacionales, permitió la aplicación de políticas sociales, monetarias y fiscales anticíclicas en un marco de estabilidad. Sosteniendo el alto crecimiento y desarrollo con trabajo e inclusión social. En estas circunstancias, nuestra región se encuentra mejor preparada para enfrentar coyunturas internacionales adversas.

Esta respuesta de la región Suramericana a la crisis sirvió para sostener la actividad y mantener importantes tasas de crecimiento de la producción y el empleo. Por tal motivo, es que este Consejo Suramericano de Economía y Finanzas está obligado a profundizar y generar espacios propios de cooperación, acumulación y reproducción económica, haciéndose imprescindible desarrollar instrumentos de políticas públicas que permitan mayor bienestar de nuestra población.

El compromiso asumido por este Consejo le otorga la máxima legitimidad al proceso en curso.

En el marco del análisis e intercambio de opiniones que se han venido realizando se destaca:

La crisis financiera iniciada en los países desarrollados en el año 2008 continúa sin resolverse. A pesar de las medidas aplicadas, la desconfianza aún persiste en aquellas economías, en especial en sus capacidades de crecer y generar empleo y de mantener sus niveles de deuda sostenibles.

En esa dirección, se considera viable promover el desarrollo de una nueva arquitectura financiera, pero además fortaleciendo y adaptando la existente, para reducir la vulnerabilidad externa de la región e impulsar el desarrollo económico y social, teniendo presente las condiciones institucionales existentes de cada uno de los órganos rectores de la política monetaria, cambiaria y financiera, incorporando los avances logrados en las instituciones existentes, evaluándolas y adecuándolas a los nuevos desafíos de la región.

En adición a estos esfuerzos coordinados a nivel regional, cada país de la Unasur debe continuar adoptando las medidas necesarias para fortalecer su desempeño macroeconómico, financiero, productivo y social en prevención a un posible agravamiento de la crisis en gran parte de los países desarrollados, incluyendo medidas macroprudenciales como forma de prevenir los impactos negativos, provocados por la volatilidad de los flujos financieros.

El Consejo acuerda:

• Trabajar para viabilizar medidas de cooperación técnica en lo atinente al manejo y movilización de las reservas internacionales. Se recomienda impulsar la posibilidad de expansión del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y de su adaptación al nuevo contexto, para potenciarlo como instrumento de toda la región. Se contemplará también el análisis de la puesta en marcha de un fondo de reservas o de otros instrumentos que cumplan similar función.

• Impulsar el uso de monedas de la región para cursar las transacciones comerciales intra-regionales que sirvan de incentivo para profundizar los procesos de integración. Además se aconseja implementar mecanismos de financiamiento al comercio, con especial atención a las asimetrías existentes entre los países miembros de la Unasur.

• Recomendar la reevaluación del Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos ALADI e invitar a los países miembros de Unasur a analizar la iniciativa Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE) u otros sistemas de compensación y unidad de cuenta regional para cursar transacciones.

• Los países suscriptores del convenio constitutivo del Banco del Sur acuerdan acelerar su lanzamiento, conscientes de la necesidad de contar con instrumentos de financiación de largo plazo, e invitan al resto de los países de la Unasur a sumarse a la iniciativa con el propósito de consolidar el proceso de integración regional, la cohesión social y la soberanía económica y financiera.

• Asumir el compromiso de fortalecer a la Corporación Andina de Fomento (CAF) cuyo objetivo principal es el de promover la integración, el desarrollo y la inclusión social.

• Incentivar el comercio intra-regional, adoptando las medidas que sean necesarias, para incrementar los flujos comerciales, y que sea mutuamente beneficioso, considerando las asimetrías existentes entre los países, que confluya hacia la complementación socio-productiva, sobre las bases de la cooperación, aprovechamiento de las capacidades y potencialidades existentes en la región, así como en el uso sustentable de los recursos naturales y la generación de empleos.

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