Por Redacción
Si en Argentina nos gustan los descuentos, las cuotas sin interés y las promociones, el tema que desarrollaré hoy tiene mucho de esa satisfacción que se genera al comprar algo mucho más barato que lo cotidiano.
Acercándose las fiestas de fin de año, una fecha clave que motoriza los niveles de consumo, en Estados Unidos se celebra tradicionalmente el “Black Friday”, que en su traducción al español sería Viernes Negro. Este día, que casualmente fue antes de ayer, inaugura la temporada de compras navideñas y su lugar en el calendario es posterior al Día de Acción de Gracias tan popular por aquellas tierras (el cuarto jueves de noviembre). El núcleo conceptual es que los comercios más grandes y los pequeños también desarrollan las promociones más agresivas de todo el año.
En el Black Friday las tiendas abren sus puertas ofreciendo una gama de productos a precios realmente atractivos. Por tal motivo mucha gente se aglomera fuera de los centros de compra esperando que abran sus puertas para aprovechar la variedad que existe a primera hora. Incluso hay americanos que acampan fuera de los grandes hipermercados, al mejor estilo recital de rock, para asegurarse ingresar en primer lugar (porque en este caso, el que madruga puede elegir y el que llega último debe conformarse con los saldos si los hubiere).
La forma en la que surge este día tiene varias versiones, sin embargo la mayoría coincide que cobra forma alrededor de los años 60 en Filadelfia. En esa ciudad el término negro se emplea para describir el gran tráfico de gente y la multitud de consumidores que se advertía el día posterior al de Acción de Gracias.
Hay una segunda explicación del origen ligada a una mega caída de la bolsa ocurrida durante los años 30 que fue denominada como el viernes negro. Más acá en el tiempo, se apuntó que se trata de un día negro por el balance comercial, que pasa de rojo por escasas ventas a negro por un aumento explosivo de las mismas a partir de las rebajas.
Gradualmente la fecha se fue consolidando hasta convertirse en una tradición en Estados Unidos y ahora parece ir por más, ya que se está expandiendo por el mundo. España, Canadá, México y hasta Chile son algunos de los países que ya incorporan al calendario comercial la figura del Viernes Negro como una forma de dinamizar las ventas más allá de que se otorguen descuentos. Por supuesto que Estados Unidos, como inspirador de esta herramienta estratégica para el comercio, lleva años de trayectoria y experiencia en conceder beneficios a los consumidores.
Las promociones se tornan excesivamente atractivas ya que los descuentos pueden alcanzar hasta el 80% del precio de productos de diferentes rubros. Desde ropa hasta herramientas todo entra en Black Friday, pero los juguetes y la tecnología se llevan el premio mayor. Los comerciantes incluso consideran como “ridículas” las ofertas dado los precios a los que se mueven.
De esta manera se pueden ver precios como un ipad a U$S 300, cámaras de fotos profesionales desde U$S 400 y una xBox desde U$S 199. De la misma manera pantalones para bebé desde U$S 4 o jeans para mujer a partir de U$S20.
El fanatismo llegó a tanto que muchos de los puntos de venta abren sus puertas en el primer minuto del viernes para que ya puedan ingresar los consumidores (bautizados como “cazagangas”) a comprar. Dentro de las tiendas más características de estos desopilantes descuentos se encuentran Wal-Mart, Best Buy, Toys R us, Target, Brandsmart entre otras de gran calibre.
La euforia, el fanatismo y el caos son algo característico en este día de compras. De repente me hace acordar a los capítulos de la famosa serie La Niñera, cuya protagonista acampaba delante de los comercios para obtener la mejor oferta y que nadie se la robe.
Pero como en todos los órdenes, la tecnología también se convirtió en una extraordinaria herramienta para que los consumidores capitalicen al máximo las ofertas disponibles. Así, surgieron páginas creadas especialmente para orientarlos dónde comprar y cómo hacerlo, y cuáles son las principales ofertas por aprovechar ( www.blackfriday.com, www.blackfriday2012.com, www.theblackfriday.com). Además dan consejos de compras y establecen períodos de tiempo en determinadas ofertas para que nadie se pierda de comprar lo que quiera y al mejor precio.
Además se crearon aplicaciones para celulares (Black Friday App) para efectuar compras online y por supuesto la actualización constante mediante las redes sociales.
Volviendo a la Argentina, donde también nos encantan las promociones, se observan incipientes iniciativas que sembrar el espíritu del Black Friday americano. En agosto de este año la Cámara de Comercio e Industria de Posadas incentivó la realización de este día entre sus comercios adheridos y los resultados de la propuesta fueron realmente atractivos según los propios comerciantes, multiplicándose por 6 las ventas en comparación a un día normal.
Es indudable que con el paso de los años hemos estado adquiriendo algunas tradiciones y costumbres populares de países líderes como propias. Quizás, con el paso del tiempo, en diversas ciudades de la Argentina se impulse un viernes negro con súper ofertas similar al que se institucionalizó en Estados Unidos. Más aún considerando que noviembre suele ser un mes en el que las ventas se amesetan según reconocen los propios comerciantes, que después de apostar al Día de la Madre deben resignarse a esperar la Navidad para volver a vender en grande.
Si esto se implementa, seguramente será con resultados positivos porque ¿a quién no le gusta comprar más barato?
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