Por REDACCION
Los datos son por demás elocuentes: según CAME, las ventas minoristas en septiembre cayeron un 8,2% y ningún de los 22 rubros que componen la serie registró variación positiva. Los mayores descensos se dieron en neumáticos (-16,2%), inmobiliaria (-12,8%) y electrodomésticos (12,6%). Para los primeros siete meses del año las exportaciones cayeron un 10% anual, muy afectadas por los altos costos, el atraso cambiario y la presión impositiva, lo que se traduce en pérdida de competitividad. La inflación está en el 40% mientras que el rojo fiscal se ubicó para el período enero – julio en 40.000 millones, considerando las transferencias de ANSeS y BCRA. Por su parte, la falta de dólares llevó a una suba del blue, a establecer más trabas a las importaciones y a acentuar el cepo cambiario. Este listado de indicadores negativos que muestran como una radiografía el estado de las cosas en Argentina fue elaborado por el Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (CISE) de Fundación Libertad.
El gobierno intenta resolver las incongruencias del modelo con más gasto público pero, como este es financiado con emisión monetaria, los efectos son: más inflación, menos demanda de pesos, más presiones sobre el tipo de cambio y mayores pasivos del BCRA -que luego de inyectar pesos en la economía los esteriliza a través de letras (LEBAC y NOBAC)- . En efecto, el gobierno pretende solucionar los desequilibrios acentuando el origen de los mismos, esto es, más déficit fiscal. Ergo, los resultados serán cada vez peores, y así lo demuestran las proyecciones económicas 2015.
Particularmente, el FMI dio a conocer esta semana las perspectivas económicas mundiales para 2015. En este contexto, afirma el informe de CISE, para nuestro país se espera que el PBI caiga un 1,5% y se de una suba del desempleo para ubicarse en el 9%. Estos guarismos marcan un fuerte retroceso si se compara con el informe de abril del organismo, donde se esperaba que haya un leve crecimiento. El default ha sido el principal factor que revertió el panorama que se había esbozado a principios de año.
El informe señala: “se proyecta que Argentina siga en recesión en 2014 –15, en un contexto de crecientes desequilibrios macroeconómicos e incertidumbres relacionadas con el prolongado enfrentamiento con los acreedores disidentes. La inflación permanece elevada, y la brecha entre el tipo de cambio oficial y el informal ha seguido aumentando en los últimos meses”.
El muy bajo desempeño de Argentina contrasta notablemente con el resto de los países de la región, salvo, claro está, con Venezuela. Se espera que las economías regionales crezcan en 2015, incluso algunos países experimentarían tasas de expansión del orden del 5% como es el caso de Perú y de Bolivia (seguido por Colombia con 4,5%, Ecuador y Paraguay 4%, Chile 3,3%, Uruguay 2,8%, Brasil 1,4%, en tanto Venezuela decrecería 1%).
Para 2015 repuntaría a 2,2% el crecimiento regional (luego de avanzar el 1,3% en 2014), aunque debe tenerse en cuenta que habría riesgos derivados de la economía mundial tales como un shock negativo de demanda externa a partir de una eventual desaceleración de la inversión en China o un aumento brusco de las tasas de interés en Estados Unidos.
Así, el modelo “argenzuela” no es para nada exitoso. Con más intervencionismo y más gasto no se saldrá de la crisis, al contrario, se acentuará la misma. La pregunta que cabe hacerse entonces es hasta cuándo podrá “aguantar” la economía sin correcciones de fondo. No es factible que el gobierno lleva a cabo el “golpe de timón” -tal como enfatizaron autoridades del FMI- que se necesita para estabilizar los precios, generar inversiones y confianza.
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