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Suplemento Economía Domingo 21 de Septiembre de 2014

Algo huele mal en esta Argentina

Renovados condimentos para crear un escenario harto conocido por los argentinos: estancamiento e incertidumbre preelectoral.

Lic. Alfredo Koncurat

Por Lic. Alfredo Koncurat

Con el tiempo vamos a recordar estos años y particularmente al 2014 como un año paradójico, en donde la confluencia de hechos extraños devuelve un collage inverosímil, un escenario económico inaudito, cuanto menos excepcional. Es cierto que el 2014 pintaba como un año complicado, ya desde fines del 2013 se vislumbraba un escenario complejo, donde la performance de la economía venía condicionada a la recuperación de la confianza general.

Hoy, entrando ya en el último trimestre del año la instantánea muestra un marcado deterioro en los principales indicadores macroeconómicos, la dureza de las estadísticas delatan lo que todos en mayor o menor medida percibimos: un contexto espinoso y difícil.

Sin embargo y lo paradójico es que se percibe la actual crisis con una gravedad que no se condice con la realidad, ya que los números fríos también nos muestran que lejos está el país de caer hoy en una crisis terminal, al menos comparada con el apocalíptico 2001, o la hiperinflación de fines de los ´80 y principios de los ´90; y también lejos está la Argentina de padecer las terribles consecuencias sociales que hoy sufren muchos de los países europeos como el caso de España, que soporta un 25% de desempleo.


¿PROFECIA AUTOCUMPLIDA?

Es cierto que el fallo de la Corte estadounidense supuso sumar un nuevo e inesperado condimento a nuestras propias dificultades, y ante un escenario de incertidumbre este factor oscureció aún más las perspectivas de los próximos meses; sin embargo, y más ligado a un concepto propio de la psicología de masas, se puede afirmar que la incertidumbre y el caos propiciado por los medios masivos de comunicación son exagerados y parecen pesar de forma determinante en la balanza, y la postergación especulativa de inversiones, de liquidación de cosecha y de consumo ha generado un mecanismo inercial negativo que se auto potencia y se complota de forma perversa contra el crecimiento económico.

Este comportamiento especulativo se ha exacerbado de modo brutal y sin sustento lógico, sino, ¿cómo se explica el crecimiento récord de la bolsa de valores de Buenos Aires y la compra récord de dólares para ahorro en el pasado mes de agosto? La Bolsa porteña fue la que más creció en el mundo en lo que va del presente año duplicando sus ganancias, al pasar el Merval de 5.391 puntos al 31 de diciembre de 2013 a 11.054 puntos actualmente, lo que equivale a un incremento de más del 105%; mientras que la compra de dólares por parte del público en general ascendió en el pasado mes a 260 millones marcando un nuevo récord, cifra que ya era superada a mitad de septiembre.

Es evidente que algo no está resuelto todavía en Argentina, a diferencia de otras naciones nosotros no hemos podido generar los consensos necesarios para aplicar políticas de estado a largo plazo que lleven al país a crecer sobre una senda de expansión sustentable.

La histórica puja sectorial por la distribución del ingreso juega un papel determinante en esta falta de consensos, pero también el histórico rol “anti patria” de relevantes actores de turno que sobrevaloran su posición y la del sector que representan por sobre los del país ha jugado en el pasado y juegan hoy también un papel clave en contra de nuestra autodeterminación como país para aplicar políticas económicas que generen crecimiento y desarrollo nacional.

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