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Suplemento Economía Domingo 26 de Agosto de 2012

Ajustes y reelección atraviesan la economía

Los ajustes en las provincias, los comicios legislativos de 2013 y la reelección hacen ruido a la economía.

José Calero

Por José Calero

Las

turbulencias provinciales ante el ajuste lanzado por distintos

gobernadores obligará a la presidenta Cristina Fernández a

auxiliarlas si aspira a garantizar que el 2013, año de elecciones

cruciales para una eventual reforma constitucional, se transite

con mayor tranquilidad.


La actitud de rebelión mostrada por el gobernador cordobés

José Manuel De la Sota -quien mantuvo un sugestivo encuentro con

Mauricio Macri-, asolado por urgencias en las cuentas públicas,

sumada a los problemas que atraviesa Antonio Bonfatti en Santa Fe,

son dos ejemplos de última hora.


El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, dijo que

es "inminente" un fallo del alto tribunal por el reclamo de fondos

coparticipables de la provincia de Santa Fe al Gobierno nacional,

cuya demanda se inició hace ocho años.

Pero no son más que la continuidad de las dificultades que

padeció Daniel Scioli en julio, al no poder pagar el aguinaldo y

tener que ser auxiliado por la Casa Rosada.


La situación en las principales provincias del país es

complicada por la caída de la recaudación originada en un

enfriamiento del consumo.

Esto obligó a paralizar obras públicas que derivaron en

problemas en la cadena de pagos de sectores como la construcción y

sus proveedores.

Suspensiones de operarios como las de la planta de Iveco en

Córdoba o el cierre del frigorífico Swift en Venado Tuerto, están

vinculados con un reacomodamiento global de un empresariado

cauteloso, que parece decidido a aguardar el desarrollo del

segundo semestre para adoptar decisiones de fondo.

El descalabro en el mercado inmobiliario provocado por el cepo

cambiario ya originó una caída del 46 por ciento en las escrituras

en julio con respecto al mismo período del 2011, según el último

relevamiento del Colegio de Escribanos bonaerense.


Los municipios atraviesan problemas similares a los de las

provincias, y por ello tanto esos distritos como las comunas están

más que interesados en apretar el torniquete de una presión

impositiva de por sí muy elevada.

El aumento en el inmobiliario rural y en ingresos brutos en las

provincias, y el alza de tasas municipales que ya provocaron una

reacción de productores agropecuarios y comerciantes -la CAME

advirtió sobre una posible rebelión fiscal-, reflejan los

problemas de un Estado cada vez más presente en la economía, que

también debe lidiar con la inflación, como le ocurre a los

ciudadanos de a pie.


En este tema se prendió el ahora opositor líder de la CGT, Hugo

Moyano, quien subió la apuesta y dijo que la inflación ya es del

48 por ciento anual y que por ello la probable suba del 25 por

ciento en el mínimo no imponible para el pago de Ganancias por

parte de los asalariados, ya no alcanza.


Los Estados Nacional, Provincial y Municipal ya se convirtieron

en uno de los principales empleadores de la Argentina, superando

largamente el millón de personas.

Si se suman los planes sociales y subsidios a servicios

públicos, más las regulaciones, la presencia estatal en la mayoría

de los sectores de la economía debe ubicarse en uno de los niveles

más altos de la historia moderna argentina.

Esto representa un desafío enorme para los gobiernos, y

obligará a la Presidenta a mantener un delicado equilibrio en la

relación Nación-Provincias.


El Estado Nacional es el que puede autorizar a las provincias

que suscribieron el Pacto Fiscal a endeudarse, como ocurrió con

Buenos Aires cuando lo requirió Scioli, y como lo viene reclamando

Mauricio Macri, sin suerte.

A esto se suma que la máquina de hacer billetes es potestad de

la Nación, y también la discrecionalidad para decidir a qué

gobiernos se auxilia y a cuáles no.

Los mandatarios provinciales se empiezan a convencer de que la

recepción de ayuda puede llegar a depender de un factor político

que suena cada vez con más fuerza: el apoyo a una reforma

constitucional que habilite la reelección de Cristina Fernández.

Daniel Scioli, quien viene padeciendo el acoso del

cristi-kirchnerismo casi desde el 2003, lo sabe mejor que nadie, y

tal vez por ello en las últimas horas dijo desde Chile que si hay

una reforma, apoyará un nuevo mandato de Cristina.

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