Por Redacción
Por Guillermo
Malisani
(Especial NA)
A pocos días de terminar un año complicado, las
expectativas económicas en el corto plazo están puestas en la
evolución del mercado interno, las negociaciones salariales, la
incipiente recuperación de la industria, el desempeño de Brasil y
el precio de la soja.
Entre empresarios y analistas existe cierta coincidencia a la
hora de evaluar el 2012: la primera parte mostró signos negativos
en casi todos los indicadores pero los últimos meses evidencian
síntomas de tenue recuperación.
Si bien todo el año fue cambiante, diciembre fue
particularmente movido y con fuertes oscilaciones en el ánimo del
Gobierno y también de la gente.
Cuesta creer pero en un mismo mes, la Argentina estuvo al borde
de entrar en default pero superó esa instancia para luego
conseguir el apoyo interno y externo en la lucha contra los fondos
buitre.
Pero no sólo logró frenar el avance de los fondos buitre, sino
que también recuperó la Fragata Libertad que estaba incautada en
puerto de Ghana.
Después, YPF anuncia un acuerdo con la norteamericana Chevron
para explorar la cuenca Vaca Muerta para la extracción de petróleo
no convencional y tras ello, el Gobierno anuncia que tomará
posesión del histórico predio ferial de Palermo, hasta ahora en
manos de la Sociedad Rural Argentina.
Demasiado movimiento para un mes en el que mucha gente está
pensando en las fiestas de fin de año y en las vacaciones para
intentar despejar la mente.
En este marco, existen dos factores clave que deberán ser
analizados de cerca: la evolución de la economía brasileña y el
precio de la soja.
En las últimas horas, el Banco Central de Brasil rebajó la
estimación de crecimiento económico en ese país a sólo 1 por
ciento desde el 1,6 por ciento anterior.
La rebaja enciende una luz de alarma para la Argentina, ya que
es el principal destino para las exportaciones nacionales y su
evolución es observada de cerca por los industriales.
La soja, que llegó a tocar un nivel cercano a los 600 dólares
en el año, termina el 2012 en torno a los 518 dólares, el valor
más bajo en casi un mes y medio.
Las preocupaciones de los analistas sobre la demanda china está
presionando a la baja el precio, que se aleja cada vez más de las
cifras récord.
En lo que casi no hay dudas es el potencial del mercado
interno, en cuanto a ser el principal motorizador del crecimiento
económico.
El hecho de ser un año con elecciones legislativas, hace
presumir que el gasto público no bajará y que será orientado
principalmente a mantener elevada la asistencia social para
alentar el consumo.
La evolución del sector manufacturero será clave para conocer
el desarrollo del 2013 y si finalmente la economía argentina puede
retomar el crecimiento.
"La desaceleración china, la crisis europea, Brasil con una
caída de su actividad industrial acumulada del 5,2 por ciento en
los últimos dos años complicaron la actividad del sector",
sentenció el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren.
Sin embargo, para el presidente de la central fabril desde el
último trimestre de 2012 se está observando "un cambio en la
tendencia, con una considerable heterogeneidad en el
comportamiento de los distintos sectores industriales".
Según los datos del INDEC -que en este caso están en línea con
las proyecciones privadas- la industria cerrará el año con una
caída cercana al 1 por ciento.
Sin embargo, sobre el final del año muestra síntomas de
recuperación con un incremento del 2,5 por ciento y eso alimenta
la esperanza de un mejor 2013.
En el primer trimestre del próximo año, el Gobierno deberá
definir una estrategia de negociación en los tribunales de los
Estados Unidos con los fondos buitre.
Hasta ahora, el país dio buenas señales: pagó los fuertes
vencimientos que hubo en 2012 y en ese sentido el próximo año se
presenta menos asfixiante que este.
También en estos primeros meses deberá sortear un punto
crucial: las negociaciones salariales, que incluirán el reclamo
por la suba del mínimo no imponible de Ganancias, y que será un
factor más en torno a la evolución de los precios.
A casi diez días de terminar el 2012, la cambiante realidad
argentina encuentra al país atento a otra situación: saqueos de
comercios en distintas ciudades del país.
Una película que se repite, pero que la gente había empezado a
olvidar.
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