Por REDACCION
Luego de 5 semanas de licencia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner reasumió sus funciones y en línea con lo esperado introdujo cambios en el gabinete que no perseguirían ejecutar reformas estructurales en el modelo económico, según sostiene en su último documento la consultora Economía & Regiones (E&R). "El objetivo principal del nuevo gabinete y las nuevas medidas de política económica que se apliquen será generar un clima económico razonable para “sobrevivir” hasta fines de 2015, que Jorge Capitanich o Daniel Scioli tengan chances de ganar las elecciones y retener la presidencia de la Nación para el Frente para la Victoria dentro de un poco más de dos años", sintetiza en el trabajo de 15 carillas en el que efectúa un profundo análisis sobre estas designaciones y los escenarios posibles que se plantean en materia económica.
"Creemos que habrá una profundización del actual modelo económico con un sólo cambio: se buscará volver a los mercados de crédito dejando de lado la política oficial de desendeudamiento", subraya E&R para luego posarse sobre los dos funcionarios recientemente designados que cargan con varias mochilas sobre sus espaldas.
La designación de Jorge Capitanich tiene varias lecturas. Por un lado, el ex gobernador de Chaco y ex jefe de Gabinete de Duhalde es un hombre acostumbrado a ejercer cargos ejecutivos, por lo cual tiene demostrada capacidad para gerenciar la ejecución de las políticas públicas. Además es economista, por lo cual monitoreará personalmente las decisiones y la ejecución de las políticas económicas. En este sentido, creemos que Axel Kicillof deberá coordinar esas políticas con Capitanich y, en algunas ocasiones, el nuevo Jefe de Gabinete podría funcionar como una suerte de dique de contención para las ideas más extremas del nuevo Ministro de Economía.
Otro activo es que Jorge Capitanich es un peronista clásico de la primera hora con más de 20 años de militancia. En este sentido, su designación puede ser vista como la introducción de una cuña política. Dado que Capitanich es respetado y tiene buenas relaciones con numerosos gobernadores e intendentes, su nombramiento podría llegar a ser también un dique de contención para la fuga de gobernadores e intendentes peronistas hacia las filas de Sergio Massa. En consecuencia podría convertirse en un competidor natural de Daniel Scioli por la sucesión presidencial en 2015.
En definitiva, la designación de Capitanich podría implicar la delegación en su persona, por parte de la presidenta, de muchas de las decisiones a tomar en los últimos dos años de mandato. A su vez, es garantía que habrá mayor coordinación de políticas con Kicillof y los gobernadores. En este sentido, hay que tener en cuenta que en estos dos próximos años Capitanich se juega su posibilidad de ser presidenciable en 2015, lo que permite pensar que intentará promover una transición política y económica prolija que promueva cierto ordenamiento en materia de política económica.
En tanto, la designación de Axel Kicillof dota de homogeneidad a la conducción económica, solucionando uno de los principales problemas que tenía el gobierno: la descoordinación de la política económica por el reparto de la autoridad de las decisiones en cuatro funcionarios con disidencias de criterio, que hasta la semana pasada estaban encarnados en Kicillof, Moreno, Marcó del Pont y Lorenzino.
El nombramiento de Kicillof puede interpretarse como una señal tendiente a una intensificación del sesgo altamente intervencionista del actual rumbo de la política económica. En este sentido, hay que recordar que el nuevo Ministro siempre dijo “qué las crisis económicas se solucionan con más intervención del Estado”. También ha defendido férreamente la industrialización como único camino posible para un desarrollo exitoso. Es más,siempre sostuvo que “la planificación desde el Estado, dirigiendo los recursos hacia el desarrollo productivo, es la única herramienta que funciona en el mediano y largo plazo”.
En primer lugar y considerando la política cambiaria, el pensamiento del nuevo Ministro de Economía se encuentra en línea con el mensaje de Capitanich de que “no habrá anuncios grandilocuentes” en materia cambiaria. No cree en que el tipo de cambio pueda aportar soluciones (mágicas) al modelo económico actual.
En pocas palabras, Kicillof concluye que Argentina enfrenta un dilema cambiario: la apreciación es recesiva y la devaluación –sin retenciones variables–, inflacionaria. Estaría en contra de devaluación porque afecta negativamente los salarios de los trabajadores tanto en términos de dólar como de poder adquisitivo.
En síntesis, de los cambios de gabinete y los anuncios se desprendería que lo más probable sería que no hubiese una política de shock con grandes cambios macroeconómicos. Por el contrario, probablemente el gobierno aplicaría un conjunto de políticas macro y microeconómicas tendientes a atender la solución de los desequilibrios macro, pero también la problemática microeconómica sectorial y de las economías regionales.
El gobierno no recurriría aparentemente a la solución mágica de la suba del tipo de cambio, sino que aplicaría una batería de distintos instrumentos que tendría por objetivo incentivar la producción y las exportaciones de bienes nacionales con el objeto de crear fuentes de trabajo y lograr acrecentar el ingreso de dólares genuinos. En esta última dimensión hay que comprender el discurso del nuevo Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que en su primera aparición pública estableció una meta de USD95.000 MM de exportaciones para el año que viene, lo cual es muy ambicioso si se lo compara contra los USD83.000 / USD84.000 millones que se exportarían este año.
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