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Suplemento Economía Domingo 8 de Junio de 2014

12 J, el Día D para la Argentina

El acuerdo con el Club de París no es suficiente para regresar al mercado financiero internacional. Ahora falta cerrar el conflicto con el Club de Nueva York integrado por los fondos buitre. Ese partido jugará en la Corte Suprema de Estados Unidos, el mismo día en que comienza el Mundial de Brasil.

Fernando Camusso

Por Fernando Camusso

Periodista: Tanto pediste un acuerdo con el Club de París, ¿supongo que debés estar contento, no?

Analista Económico: Sí, digamos que salimos del Veraz, firmamos el Plan de Pagos, pero volver a los mercados voluntarios de deuda no será sencillo. En primer lugar porque con este acuerdo no te asegurás los dólares que la economía necesita. El déficit fiscal continúa por encima del 4% del PBI y el BCRA se encamina a emitir más de $ 140.000 millones para financiar al tesoro este año. En segundo lugar porque la prima de riesgo sigue por las nubes. En este tren de ir cerrando frentes de conflictos que comenzó con el acuerdo Repsol/YPF, necesitás una compresión (reducción) importante de spreads solo para igualar a países como Bolivia que pueden colocar deuda al 5%. Acordate que en promedio los bonos argentinos marcan una yield (rendimiento al vencimiento) del 11%. Para llegar a la zona de 8%, y ponerla parda a YPF, necesitás un primer colapso de 300 puntos básicos y eso será clave. En criollo, los bonos argentinos rinden más porque los inversores le piden una prima de riesgo mayor. Eso es bueno para los inversores pero malo para el país. En consecuencia el costo de colocar deuda hoy es muy alto y por lo tanto debemos intentar disminuir el riesgo país.


P: ¿De qué depende una primera reducción de los niveles de riesgo?

AE: Claramente de un factor fundamental. El próximo 12 de junio -el mismo día en que comienza el Mundial de Brasil- es el dead-line. Analistas, operadores, empresarios y gobierno están esperando este día. El 12 J la Corte de EE.UU. decidirá si toma el caso o no de los Fondos Buitre contra Argentina. El gobierno nacional tiene altas expectativas que la Suprema Corte americana pida opinión al gobierno de Barak Obama antes de decidir. Un fallo favorable podría abrir una ventana de apreciación de la deuda soberana argentina con la consiguiente reducción en sus yields (rendimiento). El primer impacto de compresión podría ser rápido conforme mejoren las expectativas en Wall Street y estas derramen al resto del mercado. Digamos que esos 300 puntos básicos es el castigo superficial que viene recibiendo Argentina por su comportamiento, y por lo tanto es susceptible de una reducción razonablemente rápida. Las compresiones posteriores van a depender claramente de mejoras reales y estrategias económicas consistentes que seguramente le tocarán al próximo gobierno. Recordá que si pateamos el tema HOLD-OUTS hasta enero de 2015, se vence la cláusula pari passu que estipula que cualquier mejora que Argentina haga sobre la deuda defaulteada a futuro, deberá ser reconocida también a quiénes ingresaron a los canjes 2005 y 2010. En ese caso podríamos negociar directamente con los fondos buitres.


P: Ahora dame el esquema de mínima en relación a los hold-outs.

AE: Si la Corte se niega, levanta el “stay” y otorga viabilidad a los fallos de las cámaras inferiores como el del juez Griesa, Argentina podría entrar en default técnico puesto que se verá obligada a pagar al contado USD 1.330 millones a los fondos buitres. Además quedaría sin protección de posibles reclamos adicionales de los acreedores que sí entraron al canje reclamando la quita que sufrieron anteriormente.


P: ¿Cómo ayuda el arreglo con el Club de París en este sentido?

AE: Claramente es un guiño a la comunidad financiera internacional que queremos cerrar definitivamente el capítulo de default del 2001 y que pretendemos ser “amigables” hacia afuera. Está claro también que esto lo hacemos a regañadientes porque necesitamos imperiosamente aliviar la restricción externa a través del ingreso de dólares genuinos. Ojo al piojo, volver al financiamiento internacional no solo descomprime el frente externo, sino qué también contribuye a mejorar el escenario internacional para que el sector privado pueda financiarse en esos tramos a tasas más competitivas.


P: Y al final dejamos fuera al FMI…

AE: Correcto. El discurso en contra de las políticas impuestas por el FMI era muy fuerte y es obvio que era el único bastión que el gobierno nacional no estaba dispuesto a comprometer. El resto se fueron cayendo uno a uno. En lo personal, creo que la intervención o no del FMI tiene que ver con una cuestión netamente política e intrascendente para el futuro de la Argentina. El Club de París lo quería como una especie de auditor y garante, pero no como un organismo que vuelva a imponer políticas económicas al país.


P: Off the record me comentabas una perlita, ¿si la blanqueamos?

AE: Hagamos un raconto primero de las características del acuerdo. Argentina se compromete a pagar USD 9.700 millones en 5 años. Hacia julio del 2014 se haría un primer pago de USD 650 millones y en mayo del 2015 otros USD 500 millones. Esto corresponde a una entrega cash que el gobierno logró reducir dado que los acreedores pretendían un monto del doble como mínimo. El resto sería prorrateado durante 5 años pero con la existencia de un piso o pago mínimo. O sea, Argentina puede hacer pagos mínimos durante 5 años y en ese caso tendría 2 años adicionales para atender un remanente que rondaría los USD 2.200 millones si se diera este escenario. La tasa de interés implícita rondaría el 3,8%. Por otro lado Argentina se compromete a realizar una mayor amortización en caso que las inversiones extranjeras directas provenientes de estos países acreedores vayan en aumento. O sea, a más inversiones se amortizaría mayor proporción. Me pareció curioso que en la letra chica del acuerdo, no conocida aún, y según comentó el Ministro en conferencia de prensa, existiera una suerte de “Cupón Esfuerzo Compartido”, parafraseando al Cupón PBI. Dejo aquí una pregunta: ¿Cuál sería el monto de Inversión Extranjera Directa que gatillaría un mayor pago por parte del gobierno argentino? En fin, todavía falta que se informe sobre los números finos del arreglo.


P: ¿Qué opinás del monto del acuerdo?

AE. No pienso cambiar de opinión, dije que el acuerdo es una buena noticia y lo sostengo. Igual nótese una cosa. Al 30/09/2013 la deuda con el Club de París acusaba USD 4.900 millones de capital más unos USD 1.000 millones de intereses atrasados pero sin punitorios. En ese momento no quisimos arreglar. A la fecha tiramos la raya en USD 9.700 millones que parece ahora sí se deberían a punitorios de una década, aunque no está muy claro. En todo caso, una picardía USD 3.800 millones adicionales por 7 meses. El costo de decir y desdecirse.


P: Vamos a lo importante, ¿la soja?

AE: Espero que recuerdes cuando anticipaba precios en un techo y descendientes. Veamos, debido a los efectos nocivos de las lluvias, aún no llegó el grueso del volumen a los mercados. Las exportaciones se han retrasado incluso en Brasil de manera que es por este motivo que aún hay precios sostenidos digamos en USD 546 por tonelada en Chicago. Pero si mirás la soja a enero de 2015 la encontrás en USD 450 por tn. Los rindes locales son buenos, pero en EE.UU se esperan buenas cosechas.


P: ¿Recomendarías vender?

AE: Viendo esa tendencia de los precios en el mercado de futuros y la posible evolución del dólar en Argentina, la respuesta es definitivamente sí.


P: Explicame un poco mejor.

AE: Simple, entramos en una etapa electoral. No veo a un gobierno queriendo reducir el gasto público con lo cual la inflación seguirá alta pero controlada. Tampoco veo a un gobierno queriendo practicar un salto devaluatorio brusco. Más bien lo veo intentando que el dólar acompañe el nivel de precios muy gradualmente. Quedarse esperando significa tal vez alguna mejora en el precio debido a micro-devaluaciones locales, pero un riesgo por posibles caídas en las cotizaciones internacionales.


P: Ok, para finalizar, ¿ves una posibilidad de que lleguemos a las próximas elecciones sin chocar?

AE: Parece haber un mayor grado de sensatez en ciertas decisiones, más por necesidad que por deseo. Tarde, pero al fin, nos dimos cuenta que es imposible vivir con lo nuestro, que necesitamos amigarnos con los mercados. Los próximos 6 meses serán claves para ver si podemos conseguir dólares por esta vía. Sin embargo la economía real es el problema. El nivel de actividad se encuentra muy deprimido y para generar mejores condiciones necesitás propiciar reducciones en la tasa de interés que volvería a meter presión sobre el dólar y a convalidar un nuevo escenario de expectativas de devaluación muy nocivo en este trimestre verde. Tras cartón, si llegáramos a tener una decisión desfavorable de la Suprema Corte de Nueva York, todos los intentos para volver a los mercados internacionales se verían muy comprometidos. En síntesis, aún muchos nubarrones como para cantar “cierta” victoria.

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