Por REDACCION
EL HOMBRE DE ACERO: (EE.UU.-Canadá-Gran Bretaña/2013).
Dirección: Zack Snyder. Guión: David Goyer y Christopher Nolan. Elenco: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Diane Lane, Russell Crowe, Kevin Costner, Laurence Fishburne y otros. Música: Hans Zimmer. Duración: 143 minutos.
Alguien dijo que había que empezar por el principio. Y eso fue lo que hicieron los creadores de este nuevo Superman – pese a que se lo nombra como el hombre de acero – a las órdenes del productor y guionista Christopher Nolan (director de “Batman Inicia”, y “El Origen”, entre otras) que en este caso dejó las riendas de la dirección en manos de Zack Snyder, el mismo de “300”, “Watchmen”, “Mundo Surreal” y “Ga'Hoole, la Leyenda de los Guardianes”. Nada nuevo hay en la conocida historia. En una Krypton a punto de estallar y que combina futurismo con zoología fantástica y un cierto art decó, Jor-El (Russell Crowe) y su esposa Lara depositan al bebote Kal-El en su nave cunita despachándolo hacia la tierra donde suponen hay seres inteligentes. Le adjuntan un códice con valiosa información, códice con el que el maligno General Zod (Michael Shannon) quiere hacerse a toda costa, pese a estar confinado – congelado – en la llamada “Zona Fantasma”. Todo continúa con un Clark Kent veinteañero, que vive con sus padres adoptivos (Kevin Costner y Diane Lane) trabajando en su granja de Smalville. Ignora quién es realmente, hasta que empieza a utilizar sus superpoderes en forma accidental, y, por supuesto, eso llama un poquito la atención de una periodista del The Daily Planet (Amy Adams) que será quien ponga la parte romántica del filme. Por supuesto que el supervillano General Zod se escapará de la “Zona Fantasma” y vendrá a la tierra para hacerse del ya mencionado códice. Lo que continúa será la mayor catástrofe digital que vimos en la pantalla, con una Metrópolis entera – rascacielos, monumentos, ventanales, paredes, autos, todo -, tirada abajo con el goce de un niño armado de un martillo. Con cada revisionismo de los personajes creados por comics, se gana y se pierde. En este caso, este filme es el ambicioso prólogo de futuras secuelas, a no tener duda, ya que no tenemos kriptonita verde, ni está Lex Luthor, Superman no sonríe, ni guiña el ojo a la cámara mientras vuela, ni tampoco vemos a Clark Kent cumplir función de periodista.
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