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Sociales Sábado 18 de Julio de 2015

SUFRIMIENTO

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Redacción

Por Redacción

El sufrimiento, sea físico o espiritual, es vivido fundamentalmente bajo dos aspectos: el propio y el ajeno. Es mi dolor, o el dolor de los demás. Los demás pueden estar más cerca o más lejos en mi círculo afectivo, y esto hará que el dolor ajeno me involucre más cuanto más cerca de mis afectos se encuentre el ser querido que sufre.

Esto sucede en todo sufrimiento, pero conviene recordar que, ante el dolor ajeno, somos naturalmente  más sensibles al dolor físico que al espiritual. No recuerdo quién escribió al respecto"Una pequeña herida en un dedo despierta la compasión ajena. Una herida en el alma provoca el alejamiento de los demás". Aunque esto puede suceder en ciertos casos, conviene destacar también la generosidad de mucha gente que sabe dar su tiempo y su corazón a quien le sangra el alma.

Sobre el dolor ajeno precisamente, René Trossero ( "Pensar y vivir en libertad") nos ayuda a reflexionar:

"Si haces sufrir para hacer sufrir, eres un malvado. Si dejas que otros sufran porque tú haces sincera y responsablemente tu vida, eres un hombre libre.

"Cristo no se sintió culpable de haber hecho sufrir a sus padres, cuando su misión le exigió separarse de ellos.

"Naciste haciendo sufrir a tu madre; y espero que no te sientas culpable. No crecerás sin que otros sufran, pero tú no eres responsable de ese sufrimiento.

"Si te propones como meta no hacer sufrir a nadie, sufrirás la imposibilidad de vivir.

"Aceptar con entereza el sufrimiento inevitable es sano, y virtuoso. Buscar el sufrimiento innecesario es masoquismo. Hacer sufrir a otro deliberadamente es sadismo.

"A veces es más difícil aceptar el sufrimiento de los que amas que el tuyo propio.

"Si te propones evitar a tu hijo todo sufrimiento, lo educarás muy mal, porque sufrir es parte de la vida y hay que aprender a hacerlo.

"Tu miedo al sufrimiento puede paralizar tu vida y causarte los mayores sufrimientos".

Le acerco, al final, un pensamiento que puede servirle para siempre: "Si tu hermano padece, no le pidas cuentas a Dios. Interrógate a ti mismo".

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