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Sociales Domingo 8 de Febrero de 2015

SOLTERIA FORZADA

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REDACCION

Por REDACCION

Creo  que hay fundamentalmente dos tipos de solterías: la elegida y la forzada. La elegida, como una opción en la vida; la forzada, como un verdadero padecimiento, que a veces resulta duro.

"Oración de una señorita de 35 años" es una plegaria que se encuentra en "Oraciones para los días inaguantables", un librito de Lucien Jerphagnon  traducido en España. La publico ahora pensando  que alguna soltera podrá rezarla con provecho:

"Señor, ya es hora de que deje de soñar. Es inútil y me hace demasiado daño. Haría mejor aceptar -decididamente, con sencillez, con elegancia- el ser... sí ¡oh Dios mío! ' una solterona'.

Señor, tú sabes cuánto he sufrido ciertas noches, sola, sin otro apoyo que mi trabajo y algunos amigos inseguros. Tú sabes que algunos días he encontrado injusto, antes de comprender que yo no tenía derecho a nada. ¿Es culpa tuya el que a menudo haya soñado en otra vida? ¿Soñar sería un derecho a poseer lo que se sueña? No, no conviene evocar más lo que "podría haber sido". No conviene soñar más . Hay que abrazar la otra vida. La mía. Y hacerla digna y sencilla, útil a los demás.

Aleja de mí, Señor, las 'esperanzas' ridículas, y los proyectos irreales, y los despechos rabiosos; las resignaciones que se resuelven en suspiros y en...'compensaciones'.

Concédeme ser para los demás una ayuda y nunca una molestia. Que sea amiga, sencilla y buena; que aprenda a no envidiar la felicidad de los demás, ni hablar constantemente de mis esperanzas fallidas. Que sea un apoyo, no un reproche.

Señor, líbrame  también de creerme víctima...¿Víctima de qué?

Líbrame de creerme heroica, cuando no hago, lo mismo que ellos, pero de otra manera, más que vivir al día, ayudando en lo que puedo sin nada de extraordinario.

Que no busque un refugio sutil en la 'abnegación'. No . Que todo sea sencillo en mi humilde, apacible. Esta será ¡oh Señor!, si tú lo quieres, mi manera de 'ser como los demás'..."

Para el final, un pensamiento de Epicteto: "En nosotros mismos hay siempre mucho que destruir y reedificar: no nos quejemos de estar solos"...

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