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Sociales Viernes 27 de Enero de 2012

Sexo y energía

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Redacción

Por Redacción

Que el sexo es energía nadie podrá cuestionarlo. Lo que uno debe preguntarse es cómo manejar esa energía. ¿Cómo explicárselo, por ejemplo, a los novios? Quisiera compartir algunas buenas precisiones de Alonso López Quintas, que del tema sabe mucho:

"Piénselo dos veces antes de entregarse a cualquier tipo de vértigo, porque los vértigos se incentivan entre sí, y cualquiera de ellos puede llevarlos adonde tal vez ustedes no querían ir. Las experiencias de vértigo deben evitarse ante todo por las consecuencias que acarrean, no sólo porque estén prohibidas y hayan sido consideradas tabú antiguamente. Lo decisivo es que tales prácticas no permiten desarrollarse cabalmente al hombre, y el hombre debe crecer, llegar a la madurez, a plenitud, al despliegue total de sus posibilidades.

Un avión Jumbo tiene una enorme potencia. Recorre la pista, alcanza una velocidad muy alta, y a los pocos minutos debe lograr la libertad del vuelo. De no hacerlo, se estrella contra el primer obstáculo del terreno. El ser humano está dotado de una energía que supera las meras necesidades biológicas de subsistencia. Está llamado a una forma de actividad libre muy alta. Sus tendencias lo llevan a cobrar velocidad, son como una pista de despegue. Hace bien el hombre en dejarse llevar de tales pulsiones, que lo dinamizan. Pero es insensato si quiere quedarse siempre en la pista de despegue y se niega a elevarse por encima de ella y moverse en un nivel superior. La energía adquirida provocará un choque violento. No florecerá en un movimiento libre. Provocará destrucción.

Las tendencias humanas no son meras fuerzas instintivas que comienzan y terminan en sí mismas. Son fuerzas auxiliares de la voluntad, de la capacidad creadora de proyectos de existencia plena... Toda energía que está destinada a integrarse en un conjunto lleno de sentido se convierte en un poder destructivo cuando es tomada aparte, porque con ello es tergiversada, se la somete a leyes que no corresponden a su modo de ser. La fuerza sexual ordenada a la vida amorosa es fuente de energía constructiva. Es expresión viva de una relación oblativa (de ofrenda), y esta, con su generosidad, debe mantener los impulsos en el cauce debido...".

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