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Sociales Martes 11 de Junio de 2024

Sensaciones y sentimientos: We Nicola Paone

Con una simpleza absolutamente natural, llegaba a todos: nunca pasó desapercibido. Las letras eran directas, y a veces con emoción apenas contenida.

Agrandar imagen El recordado y popular cantante.
El recordado y popular cantante. Crédito: Wikipedia

Por Hugo Borgna

Fue uno de los más pintorescos artistas del canto que haya pasado por Argentina, y la definición le va más que ajustada. Tenía un registro de tenor que le permitió las más diversas alturas; simpático (mucho) y cuando se lo proponía, dramático.

“¿Dónde puso el huevo la gallina? No lo sé, no lo sé. Ella cacarea aquí, cacarea y allá; cacarea aquí, cacarea allá, y no lo puedo encontrar. ¡Un huevo afortunado, que nunca fue encontrado!”

Con una simpleza absolutamente natural, llegaba a todos: nunca pasó desapercibido. Las letras eran directas, y a veces con emoción apenas contenida.

“We paesano, we we we paesano, ¿We paesano, cómo está? Italia piccolina, carísima mamá”

Lo que encerraba en estas pocas palabras era la sensación de no poder estar en su país. Le hablaba a su paisano de una Italia lejana, nombraba las distintas regiones y destacaba que todas ellas componían la Italia. Se refería a una Italia pequeña, pero grande como una mamma de todos.

Nació en Pensilvania en octubre de 1915, hijo de un inmigrante italiano. Vivió en Sicilia entre los 5 y 15 años y volvió a los Estados Unidos, desde donde organizó su carrera.

Un enfoque especial desarrolló en La cafetera, muy exitosa en Argentina.

“La cafetera, la bebicina, la cafetera, la bebicina, le fa glu glu , le fa glu glu”. Con estas palabras decía un mensaje de piedad hacia la máquina de hacer café, que tiene esa tarea como única justificación de vivir, aludiendo asimismo los actos de existencia de algunas personas.

Estuvo en los años 1940 y 1950 aquí, actuó en radio… (¿en cuál les parece, lectores?, Sí, en El mundo, donde además dialogaba al aire con el locutor presentador)- Llegó incluso a filmar una película que se llamó, por supuesto, “We paisano”, donde lució su canto y simpática presencia, por más que era un autoemigrado en América del Sur. Dedicó su canto y mensaje a esa multitud de italianos esparcidos por América.

El atento lector estará atento porque sabe que no hemos mencionado todavía otro gran éxito, cantado en italiano (como casi todo) y también con una traducción al castellano.

“Señora (o señorita) maestra, ¿qué tiene usted ahí?”, decía la letra, y la respuesta de ella era “estos son los cabellos que no se deben tocar”, y así iba bajando: la frente, la nariz, la boca, el cuello, el pecho, la cintura, las piernas y los pies, sin más paradas en ese recorrido con intermedias. Haciendo el mismo camino -pero de regreso- hacia arriba, hasta los cabellos”

“El niño va a la escuela porque quiere saber y ¿qué quiere saber, que quiere aprender”, todo originado en que la maestra le decía que podría ver todas esas partes si concurría a la escuela. Por eso las menciones empezaban, en un momento dado, desde los pies -nombrando todo- hasta los cabellos. Quedaba en claro que a todo eso “no se lo debe tocar”.

Aquí, al recordar su paso entre nosotros (especialmente en Buenos Aires), nos enteramos de que estaba viviendo en Nueva York. También supimos que allí fue dueño de un comedor muy famoso, y de un sello discográfico con grupo propio de canto y baile.

Vivió sus últimos años en los Estados Unidos, hasta el 25 de diciembre de 2003. Tuvo una vida sin el goce completo de la nacionalidad. Su lengua materna fue el inglés y se hizo famoso cantando música tradicional en italiano. Llegó a cumplir 88 años.

Quién sabe por qué criterio conservador, que nunca nos deja del todo, hemos asumido a Nicola Paone como un músico que solamente buscaba divertir.

Teniéndolo presente, no dejaríamos pasar la oportunidad de hacerle un pedido.

Que nos regale, solo a nosotros, un “we, paisano, ¿cómo está?”

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