Por REDACCIÓN
Por Hugo Borgna
Algún roquero dirá que lo que hicieron fue de música ligera, pensando en sus propios modelos históricos. Otros, amigos del buen decir, se preguntarán cómo definir ese modo de tocar tan irresistible, tan libre de modelos y parecía ser necesario para desarrollar algo con arte.
¿Cómo tocaban Las Medias Negras y Las Primas? Con seguridad, no pasaban desapercibidas.
Eran cuatro activas integrantes, con algo de coreografía que, tomadas del modo de la cumbia (la auténtica, la colombiana), hacían llegar su claro mensaje a la comunidad masculina.
“El mundo está loco, compadre: anda mal del coco; se le dio vuelta la torta, compadre, porque el hombre es la mujer. La mujer ahora secretaría quiere ser, trabaja en la oficina, el hombre está en el hogar. La mujer gobernadora quiere ser, el hombre está condenado, la mujer es el varón”
Esa era la cumbia tocada y cantada por Las medias negras, las mismas que hicieron su aparición en el escenario emblemático de Independiente, mediante un tema con mucho “gancho” (así se definía a un tema éxito de gran popularidad), y que los hombres de hoy agradecerían: era un peligro latente y así lo avisaron Las Medias Negras. Claro que hubo otro, también de buena difusión: Malas costumbres, refiriéndose al abusivo uso del inglés (transcurría 1963) ya bastante infiltrado (“Si Colombia te vio nacer, por qué esa mala costumbre, que tienes de hablar inglés”
Como se ve, avisos prudentemente dichos, a excepción de que el mundo “está mal del coco, compadre” y “se le dio vuelta la torta”: no suenan muy elegantes.
El impacto que movilizó hacia todos los costados al público, fue el causado por “Las Primas”.
“Yo tengo una prima que se llama Lupita / y ella tiene un novio que se llama Antonio / y cuando su novio la va a visitar / comienza el problema cuando él la va a abrazar / Saca la mano Antonio que mamá está en la cocina / dale un beso a Lupita que tu mami no nos mira / Saca la mano Antonio que me puedo entusiasmar / y si mamá nos viera nos tendremos que casar”
La novedad en el caso de Las Primas, era la importante dosis picardía, que jugaba como en su propia casa con la oración puesta a producir el doble sentido, y un ritmo bailable como una especie de cumbia colombiana. Ideal para las fiestas improvisadas en grupos pequeños, esas que no hace demasiado tiempo eran una tendencia, casi costumbre.
Del árbol tan familiar, como primas amenas, surgieron ramas (distintas a las astillas de mismo baile). La primera voz de Las Primas, Daniela Mori hizo su propio canto y se la reconoció cantando un éxito notable (“Amor sincero”), que el público rebautizó “Endúlzame que soy café”.
Desde entonces en las portadas de los CD figuraba “Amor sincero” y entre paréntesis, para asegurar la compra del disco la aclaración “Endúlzame que soy café”. Y hubo más ramas en ese vegetal tan ligero y volátil.
María Eugenia Florez (Fátima) también fue parte de Las Primas, grupo originado y conducido artísticamente por Norberto Marcos, desde 2001 hasta 2023.
En este punto la realidad tangible y la historia siguen su camino juntas. Los nombres referidos están a la vista y alcance en los medios públicos. Las idas y pausas de estos grupos marcaron una huella y el recuerdo-nostalgia ya está al alcance de todos.
Por todo lo demás sería injusto al evocar a Las Primas y Medias Negras, hacer referencia sólo a su nivel de calidad.
No es bueno ni deseable quitarle emoción a lo que, nombrado hoy, produce una sensación grata de acompañamiento de aquellos tiempos. A no dudar de que es principalmente el nuestro.