Por REDACCION
Por Roberto Schneider (*). - La noticia de la temprana muerte del actor y productor teatral Sebastián Zoppi ha provocado hondo impacto en el ambiente teatral y cultural rafaelino. A pesar de su corta edad, Seba -como amorosamente lo llamaban sus familiares y amigos- fue un profundo conocedor del arte teatral y tuvo asimismo una amplia participación en diversas manifestaciones del quehacer cultural en Rafaela, la ciudad que tanto amaba.
En su corta pero igualmente aquilatada trayectoria, Zoppi fue alumno del Taller de Teatro del Centro Cultural La Máscara, dirigido por Marcelo Allasino. Participó en diferentes seminarios de actuación e iluminación a cargo de grandes maestros, como Vanesa Weinberg, Leandra Rodríguez y Lorrie P. Snyder, en el marco del Festival de Teatro de Rafaela y también en diversos talleres y seminarios para actores dictados por Claudia Cantero, Esteban Cárdenas y Allasino.
Sebastián fue actor en diferentes medios como radio, gráfica y televisión para Rafaela, Sunchales y Santa Fe (en publicidades, personajes para programas radiales y radioteatro, videos institucionales y spot publicitarios). Fue protagonista del espectáculo Hube amado, del Centro Cultural La Máscara bajo la dirección de Gustavo Mondino, el proyecto que resultó ganador del concurso de Coproducciones del Festival de Teatro Rafaela 2009. Con ese montaje se presentó también en Santa Fe y Rosario. Participó del proyecto experimental del Centro Cultural la Máscara Viernes Improvisado, basado en improvisaciones y work in progress. Fue actor protagónico del AudioTour ficcional Los Filántropos, bajo la dirección del Grupo BiNeural-MonoKultur de Córdoba, aquella recordada experiencia sonora individual donde se tomó a Rafaela como escenario para un recorrido ficcional, producido especialmente para el Festival de Teatro Rafaela 2011.
Pero sin duda alguna uno de los hitos fundamentales en la carrera de Sebastián Zoppi fue su valiosa participación en la Producción y Programación del Festival de Teatro de Rafaela desde hace algunos años y de los Ciclos de Verano, organizados por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Rafaela. En esa labor, Seba se proponía crear vivencias teatrales a partir de una concepción poética de la acción escénica, en la que el movimiento y la palabra se articularan en un espacio y tiempo metafóricos. En la pasada edición del Festival de Rafaela, la carpa de circo montada para los chicos y las familias fue un indiscutido éxito de crítica y de público, que trascendió las fronteras rafaelinas.
Inquieto, creativo, gran amigo, entregado con pasión a su trabajo, Sebastián Zoppi fue un hombre de teatro a ultranza. Trabajó siempre con esfuerzo y creatividad, sin perseguir la fama o el éxito sino por el teatro mismo porque su corazón estaba en ese quehacer. Para lograr ese objetivo tuvo un grupo que lo quiso y lo sostuvo -la despedida de sus restos en las puertas del Centro Cultural La Máscara, su segundo hogar, fue dolorosamente emotiva-, en el que se apoyó permanentemente. No tenía falsedades ni doble discurso. Por sobre todas las cosas era un hombre de bien querido por sus familiares y todos sus compañeros. Y amado por Mayra, su incondicional sostén.
(*) Publicado en El Litoral.
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