Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Sociales Miércoles 20 de Junio de 2018

Presentado con gran repercusión

FUGA DE ALAS

Agrandar imagen PRESENTACION./ Un momento del reciente acto.
PRESENTACION./ Un momento del reciente acto.
REDACCION

Por REDACCION

El pasado jueves 14 de junio, ante numeroso público, fue presentado en la Biblioteca Popular “Monseñor Brasca” de esta ciudad, el libro de haikus “Fuga de alas”, cuya autoría corresponde a la escritora rafaelina Liana Friedrich, mientras que las ilustraciones fueron realizadas por la artista Delia Sosa.

Esta fecha clave, ya que se halla precedida por el “Día del Escritor” y sucedida por el “Día del Libro”, resultó propicia para iniciar la jornada con un homenaje a un grande de las letras, recientemente desaparecido: Ángel Balzarino, con palabras a cargo de su amiga Irene Rainone.

A continuación, en un ambiente poblado de imágenes, donde se exhibieron las pinturas originales (óleos, aguadas, acrílicos, collages), la plástica Delia Sosa se refirió a la tapa del volumen, que representa una máscara romana, de la que emanan figuras aladas, invitando a la concurrencia a desenmascarar el contenido del libro, para poder ingresar a la intimidad de los haikus y apreciar su significación poética, caracterizada por un constante ir y venir: un viaje hacia el exterior y a la interioridad de la sensibilidad emotiva, pero también los continuos contrastes, entre día - noche, frío -calor, verano - invierno, dolor - felicidad.

Luego, la escritora Liana Friedrich, a través de un video que proyectaba los haikus con sus respectivas ilustraciones, fue adentrándose en la obra, para referir las características salientes de la misma. Susan Sontag decía: “Amo las limitaciones, porque son la causa de la inspiración”, porque los haikus, portadores de mensajes, por lo general, de carácter descriptivo, no sólo relacionados con el paisaje natural (que suele reflejar cómo va mutando, según el transcurso de las estaciones: “Ceniza gris / erosiona el verano./ Prólogo otoñal.”), también pintan con sutiles pinceladas, cuadros de la vida cotidiana, deteniéndose en la belleza -diminuta pero magnífica- de las cosas simples, contextualizadas en escenarios del alma, cuyo clima se tiñe de nostalgia, para recodar penas y alegrías del corazón: “Felicidad: / Extasis y tortura./ (Ingrato oxímoron):”. Sucede que la piedra angular del haiku –explica- es el aware: una emoción profunda provocada por la percepción de la naturaleza, donde el poeta, contagiado por la tristeza, o también por la alegría exultante, se conmueve espiritualmente, y a la vez estéticamente… una sensación, que es capaz de captar –a la manera de los pintores impresionistas- de un momento efímero y singular, para que a través de las voces poéticas, se prolongue en la sensibilidad del otro: el lector. Los haikus en español buscan, al igual que los originales (cultivados en Japón desde hace centenares de años) “penetrar en la vida de las cosas”, en lo más simple y esencial, para lo cual el escritor construye escenarios, para que más tarde su lector, experimente luminosos instantes: “Suben los duendes/ al carrillón del sol./ El bosque ríe”. Basho, ya en el siglo XVII, dejó para la posteridad esta definición: "Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento".

Este tipo discursivo resulta esencial para desplegar una lírica de lo sublime, breve y austera, pero por esa misma razón, intensa y sutil, especie que ya fuera abordada por grandes instauradores de literaturidad: los anglosajones D.H. Lawrence y J. Joyce; los españoles J. R. Jiménez, F. García Lorca, R. Alberti y L. Cernuda, y por nuestros representantes de las letras latinoamericanas: O. Paz, J. L. Borges y M. Benedetti.

Stendhal, representante del realismo francés, ya anticipaba que “Con los tiempos que corren, la brevedad es el único signo de respeto apreciado por el público”. Por esa misma razón -destaca la autora- los haikus son los más indicados para realizar una lectura rápida, adecuada a la vertiginosidad y a la vida acelerada que conlleva esta época de cambios permanentes. Además, como este tipo discursivo de tres versos (de 5/7/5 sílabas), carece de un argumento o de una ilación temática que los una, el libro puede abrirse en cualquier página y degustar una imagen, una idea, una sensación, que invite a reflexionar o a soñar un instante, en medio del maremágnun de las actividades cotidianas.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso