Por REDACCIÓN
FORMOSA, 15 (AICA).-El obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego, destacó que el 15 de agosto se celebra la solemnidad de la Asunción de la Virgen María y consideró que "este misterio y dogma marianos llenan de alegría y de esperanza".
"Creemos en la Resurrección, la glorificación de nuestra carne y en la Vida eterna; todo ello, por obra de nuestro Salvador, Jesucristo. María ya ha alcanzado la meta, la plenitud del plan de salvación de Dios: predestinados, llamados, justificados y glorificados", reflexionó.
"Por ello, la oración litúrgica, inspirándose en el Concilio Vaticano II, proclama a María, para el peregrinante Pueblo de Dios, como signo de esperanza cierta y de consuelo, hasta que llegue el día del Señor", recordó.
El obispo formoseño señaló que el Catecismo de la Iglesia Católica presenta a María como "ícono escatológico de la Iglesia, pues la Santísima Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su Cuerpo".
"Este es el motivo de nuestra alegría y esperanza, y con razón la invocamos como causa de nuestra alegría y Madre de la esperanza", sostuvo el prelado en su editorial mensual en el periódico diocesano Peregrinamos.
"Continuamos nuestro peregrinar, cada día, anhelando la conversión y la reforma, tanto personal como comunitaria, a la luz de querer 'ser y vivir una Iglesia sinodal misionera', contribuir a la transformación de nuestro mundo, herido y fracturado, a fin de que esté en mayor sintonía con el designio y proyecto de Dios: la fraternidad universal de los hijos de Dios", concluyó.+