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Sociales Martes 5 de Agosto de 2014

Fundamentos para la vida

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Pastor Carlos Terranova

Por Pastor Carlos Terranova

Leo en el Salmo 11 la siguiente afirmación -Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo? (V.3). Una pregunta muy interesante y a la vez actual. Primeramente deberíamos definir la palabra “fundamentos” y el diccionario de la Real Academia dice: Principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya un edificio u otra cosa. Reglas básicas sobre las que una sociedad funciona. ¿Cuáles son los fundamentos que se están destruyendo? Déjeme enumerar al menos cuatro, el primero es la familia. Ella es blanco de inmoralidades y pecados. Está tan bastardeada y golpeada, que vemos con asombro cómo se deteriora. La primera vez que Dios dijo que algo no estaba bien fue cuando vio al hombre solo. En Génesis 2:18 leemos “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Como resultado creó una familia y la bendijo. Cuando Dios vio al hombre solo no le hace a su mamá. No le hace otro hombre, no le hace a un hijo, no le hace un equipo de fútbol, un televisor, no le hizo una Iglesia, le hizo a su esposa, una mujer. Cuando ella abre sus ojos quien está frente no es su mamá, no es un shopping, ni una peluquería… le hizo a su esposo. Dios hace el matrimonio para que el hombre y la mujer estén completos. Cuando Dios quiso preservar a su pueblo de la desintegración como nación les ordenó formar familias fuertes: Jeremías 29:5-6 "Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto. Cásense, y tengan hijos e hijas; y casen a sus hijos e hijas, para que a su vez ellos les den nietos. Multiplíquense allá, y no disminuyan. Dios sabe que una sociedad sana se basa en familias sanas. El diablo también sabe que si destruye el matrimonio afecta a mucho más que dos. Hoy se cumple la palabra dada por el profeta Isaías a lo malo se le dice bueno y viceversa. Adulterio, divorcios, incomunicación, fracaso, hijos rebeldes, padres ausentes, etc. son el cóctel diario de una familia que se cae a pedazos. No permitan que la posibilidad del divorcio entre en sus pensamientos. Incluso en momentos de gran conflicto y desaliento, el divorcio no es la solución. Sólo sustituye sus problemas por una nueva serie de sufrimientos, algunos problemas quedan atrás, pero otras dificultades vienen. Guarden su relación del desgaste como si estuvieran defendiendo sus propias vidas. El otro fundamento que se está perdiendo es el apego a las leyes humanas y divinas. Si miramos la sociedad veremos un común denominador. Una tendencia nociva y peligrosa a no obedecer lo establecido, los hombres somos transgresores por excelencia. Lo vemos en el NO del niño y sus rebeldías. Transgresión a las leyes de tránsito, evasión de impuesto, desacato a la autoridad, rebeldía hacia los padres y más. Cuando no somos capaces de obedecer las leyes humanas, menos seremos capaces de cumplir las leyes divinas. Si entendiéramos que la transgresión trae consecuencias y la obediencia bendición, ¿cuántas cosas cambiarían verdad? La tercera base que se está destruyendo es la de los valores éticos, morales y espirituales. Las buenas costumbres, los hábitos sanos se han perdido. Soy de la época donde se le daba el asiento a las embarazadas y ancianos. Donde se decía gracias, aún por las cosas más pequeñas. Donde la palabra valía más que un documento y se sellaba un trato con un apretón de manos. Soy de la época donde se cuidaba el vocabulario y si decías una mala palabra te lavaban la boca con jabón. Hoy el vocabulario soez se escucha en los medios de comunicación como algo común y corriente. El cuarto valor que debemos rescatar y defender es el fundamento de nuestra fe.¿Cómo se puede destruir o venir abajo el fundamento de nuestra fe? Cuando mi fe, se hace costumbre, rutina, religiosidad. Cuando todo es racional y no damos lugar a lo sobrenatural. Cuando nuestra confianza está puesta en el hombre y no en Dios. Cuando mis creencias son debilitadas con mezclas peligrosas de corrientes ocultista, supersticiones y cosas semejantes. Cuando mi fe está fundamentada en conveniencias y no en el amor a Dios. Busco a Dios por lo que me va a dar o bendecir no porque le amo de todo corazón. La pregunta del salmista es ¿qué puede hacer el justo? Y ante la realidad que vivimos, escuchamos muchas respuestas erróneas, como: “Mejor esconderse y algunos hacen como el avestruz”. Leemos en el Salmo 11:1 En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave? Otros afirman no podemos hacer nada y efectivamente no hacen nada y dejan que las cosas pasen. Confiesan derrota con su boca, no hay formas de avanzar, somos minorías o es una meta imposible. Pero no todo está perdido, yo creo que hay esperanza. Lo primero que debemos hacer es volver nuestro corazón a Dios y comenzar a obedecerlo. Cuando Dios le promete a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo, la Biblia dice que creyó esperanza contra esperanza. Es la clase de esperanza que ve más allá de las circunstancias y puede descansar en las promesas de Dios. Hagamos el esfuerzo reconstruyamos los fundamentos, tomemos en primer lugar el desafío de salvar la familia. Porque ella es el fundamento de una sociedad sana. Recobremos los valores, la conducta sana, el valor de la palabra empeñada. Recobremos la fe genuina en un Dios que todo lo puede y avancemos para lograr un mundo mejor. Dios le bendiga.

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